La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



lunes, 30 de abril de 2012

Manuel Moreno
PROYECTO DE CONSTITUCION DE LA SOCIEDAD PATRIOTICA

Por: Roberto Antonio Lizarazu
Desde nuestra Constitución Nacional, el Código Civil, la legislación penal, comercial y laboral, etc. etc. Siempre copiamos o adaptamos lo ya redactado a nuestras propias necesidades. Honestamente no lo considero un error. Solamente hay que esmerarse en copiar lo mejor del momento en cada materia.

Hace unas décadas existía y se encontraba en plena vigencia entre la bibliografía que se exigía a los alumnos de nivel terciario que cursaban carreras de Derecho, un libro de Carlos Sánchez Viamonte titulado Historia Institucional Argentina, editado por el Fondo de Cultura Económica, donde entre otras nociones, hacía notar de manera comparada el texto de nuestra Constitución Nacional, incluido el Preámbulo, con la de los Estados Unidos y por lo menos quince naciones latinoamericanas más. Todo el articulado era copia de la norteamericana y cuando nuestros Convencionales Constituyentes habían modificado algo, esa modificación era adoptada a su vez por otras naciones. Se debe hacer notar que nuestro Preámbulo tiene tres palabras de diferencia con el de los Estados Unidos.

Respecto a nuestro Código Civil, sabemos que Dalmacio Vélez Sársfield adoptó a nuestras necesidades el Esbozo de Freitas, quien a su vez había abrevado en el Código Napoleón. El Esbozo de Augusto Teixeira de Freitas fue un anteproyecto de Código Civil para Brasil, pero que nunca fue aprobado ni entró en vigencia.

Ejemplos como este existen varios, pero todo tiene su límite. Hoy nos referiremos a lo ocurrido en la Asamblea del año XIII donde dentro de los distintos proyectos constitucionales que se presentaron para su consideración, todos fallidos, incluso el que comentaremos, se puede observar la simple copia de un proyecto de la Sociedad Patriótica (1)realizada de la Constitución de Cádiz de 1812. Es sorprendente, estábamos en plena guerra de la Independencia contra España, e intentamos copiarle la Constitución a la nación de la cual intentamos independizarnos.

Mencionaré por respeto a los señores lectores solamente los diez primeros artículos del proyecto. Tenía 54 en total; y todos eran
redactados con similar metodología.

Art. 1º Const. Cádiz 1812 - La Nación Española es libre e Independiente.
Art 1º Proyecto a la Asamblea de 1813 - Las Provincias del Río de la Plata forman una república libre e independiente.

Art. 2º Const. Cádiz 1812 - La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo le pertenece exclusivamente el derecho de establecer sus leyes y de adoptar la forma de gobierno que más le convenga.
Art 2º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - La soberanía del estado reside esencialmente en el pueblo y por lo tanto establece sus leyes y su forma de gobierno.

Art.3 Const. Cádiz 1812 - Son Españoles los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas y los hijos de èstos.
Art. 3º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - Son ciudadanos los hombres libres que nacidos y residentes en el territorio de la República se hallen inscriptos en el Registro Cívico.

Art.4º Const. Cádiz 1812 - Los extranjeros que hayan obtenido carta de naturaleza.
Art. 4º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - Los extranjeros que después de cinco años se hallan inscriptos en el Registro Cívico.

Art. 5º Const. Cádiz 1812 - Los libertos que adquieren la libertad en España.
Art. 5º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - Los esclavos que de nuevo entrasen a nuestro territorio, adquieren la libertad. (2)

Art. 6º Const. Cádiz 1812 - El territorio español comprenderá… (Se detalla el territorio español de ese momento)
Art. 6º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - El territorio de la República Argentina comprenderá… (Se detalla el territorio argentino de ese momento).

Art. 7º Const. Cádiz 1812 - La Nación Española profesa la religión católica apostólica romana. La Nación Española la protege.
Art. 7ª Proyecto a la Asamblea del año 1813 - La religión católica es la religión del Estado Argentino. El la protege.

Art. 8º Const. Cádiz 1812 - La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes.
Art. 8º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - La potestad de hacer las leyes reside en el Congreso.

Art. 9º Const. Cádiz 1812 - La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 9º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en los depositarios del Poder Ejecutivo.

Art. 10º Const. Cádiz 1812 - La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los tribunales establecidos por la ley.
Art. 10º Proyecto a la Asamblea del año 1813 - Los ciudadanos tienen la libertad en los tribunales de justicia establecidos por la ley.

El resto del articulado, hasta el 54º, sigue el mismo método y continuar comparando, sería abusar de la tolerancia de los señores lectores y además no correspondería al objeto de un comentario en este sitio. El proyecto que nos ocupa merece, en copiado un 10, en originalidad un 0.

(1) La Sociedad Patriótica fue creada en marzo de 1811 por Manuel Moreno, hermano menor de Mariano. Fue integrada entre otros por: Hipólito Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Juan Larrea, Agustín José Donado, Bernardo de Monteagudo y otros personajes de menor trascendencia en la sociedad.   Sus fundamentos doctrinarios estaban basados en los conceptos de la “soberanía popular”, que ya se encontraba en la Constitución de los Estados Unidos y en el “Contrato Social” de Rousseau. 

(2) No es verdad como erróneamente se enseña, que La Asamblea del año XIII había abolido la esclavitud. Había decretado la “libertad de vientres”. Es decir que todos los hijos de esclavos a partir del 31 de enero de 1813 deberían ser considerados hombres libres. Pero los que eran esclavos siguieron siendo esclavos. El proyecto de la Sociedad Patriótica en su artículo 5º dice que serían libres los esclavos que ingresen de otro país, pero los nuestros lo siguieron siendo.

Fuente documental. Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Investigaciones Históricas. Documentos para la Historia Argentina, Tomo XlX, La Asamblea del año XIII, Buenos Aires, 1922.

domingo, 29 de abril de 2012

José Gervasio de Artigas


ARTIGAS Y LA INDEPENDENCIA DEL RIO DE LA PLATA


Por: Doctor Julio R. Otaño

El eclipse de los grandes revolucionarios latinoamericanos del siglo XIX no pudo ser más patético. Bastará indicar que Bolívar, habiendo concebido la idea de crear una gran nación desde México al cabo de Hornos acabará vencido en su propia aldea.  Abandonado por el gobierno de Rivadavia, San Martín renuncia a completar su campaña continental y se retira de la vida pública. En el caso de Artigas la ironía se vuelve más trágica. Desde hace un siglo su estatua evoca a un prócer de Uruguay. Su carrera se despliega durante una década y agoniza en el desierto paraguayo, en la soledad más total, a lo largo de otras tre Nacía Artigas en la Banda Oriental en 1764, hijo de una antigua y linajuda familia, hacendado y oficial de blandengues.                         

La singularidad de su personalidad consiste en que fue el único Jefe latinoamericano que libró en el Río de la Plata casi simultáneamente una lucha incesante contra el Imperio Británico, contra el Imperio Español, contra el Imperio Portugués y contra la oligarquía de Buenos Aires.  Su principal sostén fue la campaña oriental y el litoral argentino, constituido por gauchos, peones, indios guaraníes y negros. Artigas pertenece a la generación revolucionaria de San Martín y Bolívar. Estos Jefes se propusieron conservar la UNIDAD EN LA INDEPENDENCIA; a diferencia de San Martín que se asignó la misión de extender la llama revolucionaria a través de los Andes y sólo le cupo luchar contra los realistas, lo mismo que a Bolívar; Artigas se erigió en caudillo de la defensa nacional del Plata y al mismo tiempo en arquitecto de la Unión FEDERAL de las provincias del sur. Defendió la frontera exterior, mientras luchaba por impedir la creación de fronteras interiores. Fue en tal carácter, uno de los primeros próceres americanos y el verdadero CAUDILLO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO.

Es por eso que algunos historiadores unitarios como Mitre durante toda su vida se dedicarán a denigrarlo. Cuando Buenos Aires sustituye a ESPAÑA EN LA HEGEMONÍA SOBRE EL RESTO DE LAS PROVINCIAS, todas ellas se levantarán contra Bs. As. Pero de todos los caudillos es Artigas el que más hondo y lejos ve el conjunto de los problemas históricos en juego. Gran parte de los argentinos ignoran que durante 1810 y 1820 el antigüismo era el poder político dominante en la mayor parte de nuestro territorio. Aclamado por los PUEBLOS LIBRES como PROTECTOR, Artigas ejercía su influencia en las provincias de la Banda Oriental, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe.

El gobierno centralista del Directorio sólo gobernaba la provincia metrópoli y un puñado de provincias, donde ya empezaba a fermentar la idea FEDERAL. Expresando la reacción general de los pueblos del interior ante las despóticas tentativas de Buenos Aires por subyugarlos a su política exclusivista.  Artigas SIEMPRE RECHAZÓ LA IDEA DE INDEPENDENCIA DE LA Banda Oriental, afirmando que es parte integrante de las Provincias Unidas de la AMÉRICA DEL SUR; pero “cada provincia deberá ser autónoma, es decir elegirá sus autoridades y tendrá sus propias leyes y estatutos”.
Si éste era el programa de Artigas, el de Gran Bretaña era exactamente todo lo contrario: independencia de la Banda Oriental y supremacía de Bs. As.

Desde los comienzos de su gesta heroica los indios integran sus huestes. No les recita ni les habla DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA. Los conoce y los protege, planeando obras de colonizaciones indígenas. Adopta a un indio, ANDRESITO, como gobernador de las Misiones.
Sus ideas económicas serán proteccionistas colocando altas tasas y aranceles para los productos extranjeros competitivos de la industria vernácula. Dicta también un reglamento de tierras: ordenando repartirla entre negros, indios y criollos pobres. La alianza entre Buenos  Aires y los portugueses terminará con la derrota del caudillo; será posteriormente traicionado por su lugarteniente Francisco Ramírez, quien lo derrota obligándole a exiliarse en Paraguay: Don José Gervasio de Artigas falleció el 23 de septiembre de 1850 en el destierro y pobremente.

viernes, 27 de abril de 2012


MONSEÑOR FRANCISCO DE VITORIA. UN OBISPO QUE NOS AVERGÜENZA A LOS CATOLICOS

Por: Roberto Antonio Lizarazu
Es verdad que por estas lejanas pampas y alejados de la mano de Dios tuvimos de todo, hasta monseñores que fueron precursores de nuestra actividad comercial más redituable: el contrabando o como se dice ahora “intercambio no oficial”. El Obispo del Tucumán Fray Francisco de Vitoria fue el precursor de estas actividades non sanctas, prácticamente desde el comienzo de nuestra historia y a las que se les daba, como justificativo,  un baño bautismal de “libre comercio”. Y lo más grave que fue además el iniciador  del infamante tráfico de esclavos negros. Resultó toda una verdadera vergüenza para la Iglesia Catolica, contar en sus filas jerárquicas con semejante personaje.  

Reconozco que soy católico practicante, pero este comentario no trata de fe religiosa ni de la Iglesia Católica. Intento presentar para el conocimiento de los lectores, hechos sucedidos que forman parte de nuestra historia y a mí personalmente como católico me indignan y honestamente preferiría que no fuesen verdad.

Se supone que el comercio de las colonias debía hacerse de manera exclusiva con la metrópoli, y que el puerto de Buenos Aires se encontraba cerrado desde y  para otros destinos, pero siempre había alguna palabra dudosa en los reglamentos y alguna coma que viajaba de un lugar a otro de un  párrafo y modificaba sustancialmente el alcance de las disposiciones, dejando  lugar a nuestra vieja conocida: la excepción.

Experto en excepciones resultó este monseñor Francisco de Vitoria al que no debe confundirse con su homónimo, que vivió un siglo antes y fue un destacado fraile, también dominico, autor de importantes obras de diversas materias tanto teologales como comerciales.

Hay que reconocer que el camino del comercio monopólico, el legal en ese momento, lo llevan a cabo los pobladores de Asunción, quienes en 1572 comenzaron la construcción  del navío “San Cristóbal Buenaventura” y que en junio de 1580 partió hacia España llevando cueros, azúcar, dulces, crines y otros productos paraguayos. Llega a Sanlúcar  de Barrameda en septiembre de 1580, como adelantado de esas actividades.

Vitoria, quien ya había tenido dificultades con las autoridades de Lima, por sus desmedidos afanes en la obtención y acumulación de bienes materiales de cualquier origen, en 1582 toma posesión de su nueva diócesis (Obispado de Tucumán) y se establece en Santiago del Estero, donde construye la primera catedral, y organiza paralelamente varias empresas comerciales e industriales con variada suerte.

Para 1580 compra y repara en Santa Fe una fragata construida en Asunción con la que organiza su primera expedición comercial. Estaba capitaneada por el mercader portugués López Vásquez Pestaña, asociado a la empresa y figuraba entre sus tripulantes el padre Francisco Salcedo, también portugués en carácter de “Representante Espiritual”. Era un viaje hasta Brasil y regreso. Por supuesto no podían llegar hasta Cádiz ni a ningún puerto con influencia española  porqué hubiesen terminado todos presos y con su carga confiscada.

La embarcación fue cargada con frutos del país y salió del puerto de Buenos Aires el 20 de octubre de 1585 con sus bodegas bien repletas a efectos de que el padre Francisco Salcedo pudiese cumplir con la obra espiritual que le fuera encomendada: evangelizar a los nativos.

Esta fragata toca los puertos de San Vicente, Río  de Janeiro y Bahía. Donde “hicieron mucha carga de cosas de la tierra, campanas de hierro, calderos de cobre, bacías, peroles para hacer azúcar y algunos negros para el servicio del señor Obispo” (1). Cuando se observa la cantidad de negros comprados en Brasil, que fueron sesenta, se deduce cual era el verdadero motivo de este viaje, camuflado como empresa espiritual.

Es notable la aceptación que recibe Vitoria y sus acompañantes por parte de las autoridades brasileñas, pues le cayó en gracia al Gobernador Manuel Téllez de Barreto y a los funcionarios de su gobierno. Tanta es la aceptación y tan bien le fue en sus negocios que es necesario comprar otra embarcación para poder traer todo lo que compraron. Además hay  que tener en cuenta los sesenta esclavos,  que para que valieran había que venderlos vivos.

Pero la suerte siempre tiene contra. Ya de regreso, frente a Buenos Aires, y teniendo a la vista la ciudad, los sorprendió la noche inmovilizándolos una niebla hasta las primeras horas de la mañana siguiente. Al despejarse la neblina se encontraron con que estaban cercadas por tres poderosas y bien artilladas naves piratas inglesas. Piratas, ingleses y  además luteranos, no tenían un solo punto de coincidencia con Vitoria y su grupo.

Después de robarles absolutamente todo, los piratas ingleses los remolcaron prisioneros hasta el estrecho de Magallanes donde los abandonaron con unos barriles de agua y unas bolsas de arroz, desmantelando una de las naves y llevándose la otra.  Toda la tripulación, unas sesenta personas más los sesenta esclavos tuvieron que caminar 3000 kilómetros de regreso hasta Buenos Aires. Este es el resultado de la primera empresa de intercambio comercial ilegal en el Río de la Plata emprendida por el obispo Vitoria.

Segunda intentona

Pero el obispo de los tucumanos no era de amilanarse por algunos pocos kilómetros. Finalmente se pudieron vender los esclavos sobrevivientes en Potosí, distante otros 3000 kilómetros de Buenos Aires,  donde obtuvo una diferencia importante como para comenzar su segundo intento de apostolado al que se abocó de inmediato. Puso a los indios de su diócesis a trabajar de inmediato. Dando vuelta las pesadas piedras de las tahonas para moler el trigo, cuya harina era solicitada desde brasil. Los telares se aceleraron fabricando ponchos, frazadas y telas varias.  Se incentivó  la recolección de miel y cera silvestres en los montes. Y se decomisaron varios almacenes y depósitos de las principales tribus de la inmensa diócesis que abarcaba desde Jujuy hasta Córdoba y desde la punta de San Luís hasta Santiago del Estero y Santa Fe.

El 2 de septiembre de 1587  en la fragata “San Antonio” se hace a la vela por segunda vez rumbo a Brasil, con las bodegas del San Antonio llenas de mercaderías mal habidas a los creyentes  indígenas y pretendiendo, al regresar, llenarlas de esclavos africanos. Pero esta vez la fortuna jugó en su contra desde el inicio. Al tercer día de navegación un furioso temporal frente a la costa este de la banda oriental los obligó a atracar de apuro y quedaron encallados a metros de la costa. Un grupo de charrúas que conocían lo peligroso del lugar por los continuos naufragios,  y por eso vivían en las cercanías de ese sitio,  salvaron el mes. Saquearon el navío, y robaron toda la mercadería y el oro y la plata que llevaba Vitoria.

Ahora viene una parte de la historia que no tiene desperdicio y que nos ilustra sobre   la clase de personalidades  que gobernaban estos alejados sitios.  “El Gobernador de Buenos Aires era el famoso Juan Torres de Navarrete, arbitrario a rajatabla y con enfermiza predisposición a quedarse con el dinero ajeno. Los náufragos fueron salvados y rescatados con vida. A los indios se los obligó a devolver el oro y la plata y recibieron una descomunal paliza y sufrieron algunas bajas. Pero ni un mísero maravedí volvió a las arcas del obispo Vitoria. Todo  quedó en manos del Gobernador.” (2)

Tercera intentona

Finalmente, y como la materia prima y la mano de obra era totalmente gratis, el Obispo Vitoria pudo concretar su exportación de frutos del país e ingresar, de regreso, el segundo contingente de esclavos de origen africano proveniente de Brasil. Este tercer y último viaje se realizó entre 1589 y 1590. Y le reditúa una cifra entre 6000 y 7000 pesos plata por la venta de los esclavos, que se realiza en Buenos Aires y en Córdoba. La puerta ya estaba abierta y duró  más de dos siglos en cerrarse.

Antes de terminar este comentario deseo aclarar a los señores  lectores,  que este Obispo goza en la historiografía argentina de muy buen concepto entre la mayoría de los autores; y que a pesar de haber sido el iniciador del comercio clandestino de plata, oro y sobre todos del infamante tráfico de esclavos en el Río de la Plata, todo eso se minimiza en nombre del libre comercio y hasta merece el reconocimiento del día 2 de septiembre, día de la industria argentina, fecha del segundo  de sus viajes como homenaje a su benemérita obra apostólica  en bien de las almas de los  paganos esclavos.

Fuente: (1) (2) José Torre Revello, La Sociedad Colonial, Buenos Aires, 1970.




jueves, 26 de abril de 2012

Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón
MISION DESIGNADA   POR EL DIRECTOR PUEYRREDON AL CUBANO VALDÉS  ANTE AUSTRIA Y RUSIA PARA CONSEGUIRNOS UN PRINCIPE PROTECTOR.


Por: Roberto Antonio Lizarazu

Cuando  las papas queman, los príncipes no aparecen, el miedo cunde y nuestros dirigentes políticos no se encuentran a la altura de las circunstancias; las misiones diplomáticas dirigidas por Rivadavia,  recorrían las cortes de Europa buscando soluciones en potencias extranjeras. Cualquier país es bueno para pedir ayuda. Pero ante los evidentes fracasos de Rivadavia,  como veremos en este comentario, el Director Pueyrredón designa a un periodista cubano para que ante las monarquías   gobernantes en  Austria y en  Rusia, nos salven la situación política a nosotros.   Si señores lectores, en 1817 representantes de las provincias Unidas del Río de la Plata le piden ayuda a Rusia.  Algunos conspicuos autores sostienen que hasta Manchuria no llegaron, porqué era invierno y había mucha nieve.

Con fecha 3 de enero de 1817, Pueyrredón, que fue Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata desde el 9 de julio de 1816 hasta el 9 de junio de 1819, dispuso dar por finalizada la maratónica misión de Rivadavia en Europa, que venía desde el Segundo Triunvirato (1814).  Prácticamente desde un año atrás se encontraba varado en Paris, que como todos sabemos es un lugar ideal para vivir viaticando  sin hacer nada. Ya ni las más elementales noticias sobre la situación del país le eran comunicadas. El último oficio que recibió del gobierno fue en diciembre de 1816 dándole cuenta de la Declaración de la Independencia en Tucumán. Esta noticia hacía más de dos meses que era pública en Europa. Si carecía de comunicaciones sobre hechos de tanta importancia como la declaración de la independencia, no es extraño que se mantuviera sin instrucciones y sin respuestas a sus muchas cartas informativas sobre la situación europea. A pesar de ello considero de interés reproducir algunas de esas cartas que no eran respondidas y ni siquiera se les acusaba recibo por parte del gobierno. Ni Manuel García, que se supone que dependía de él y que se encontraba en Londres, le informaba nada. Cada personaje jugaba su propio partido de manera independiente y de acuerdo a sus intereses políticos y económicos.  

En fecha 31 de enero de 1817, en carta al gobierno dice: “… se dolía de la conducta de la corte de Brasil, pero desgraciadamente todos mis esfuerzos son hasta ahora inútiles, para saber las deliberaciones de ese Gobierno a este propósito, y qué es lo que ha hecho D. Manuel García , de quien, es bien extraño , no tengo ni una letra; de manera que sobre un asunto de tanta consecuencia no puedo, absolutamente, obrar ni hablar, y precisamente cuando la invasión de los portugueses en ese territorio ocupa tanto a la Europa, a quien generalmente desagrada.”

El 22 de marzo volvía a escribir afligido, advirtiendo “… que la causa revolucionaria debía atender tres objetivos vitales: las disposiciones existentes, o posibles, de las naciones cuyo influjo decidía los destinos en el momento; la situación particular de España, y la marcha que, como consecuencia de uno y otro, y de su propio estado, debían adoptar las Provincias Unidas.”

Conviene detenerse un momento en estos tres objetivos vitales para nuestra revolución e independencia. Considero que resumen exactamente el ideario rivadaviano sobre el particular. Primero tenemos que considerar las disposiciones de las potencias que deciden los destinos de las naciones, (Gran Bretaña y Francia); segundo tener en cuenta lo que podría querer España de nosotros y tercero las medidas que deberían adoptar las Provincias Unidas respecto de los puntos anteriores.

Al efecto Rivadavia añadía: “Nunca pensé que el Congreso demorase tanto en pronunciar sobre la forma de gobierno de este Estado; pero siendo demasiado urgente el hacerlo, yo estoy persuadido que es de suma importancia el declarar a ESE ESTADO EN MONARQUÍA, RESERVÁNDOSE LA ELECCION DE SOBERANO AL RESULTADO DE LA NEGOCIACION QUE EN SU VIRTUD ACUERDAN PARA CON LAS CORTES DE EUROPA. (El subrayado es del propio Rivadavia).

Algunos antecedentes de la misión ante Rusia.

 José Lanz fue uno de los tantos profesionales europeos que Rivadavia, durante su larga permanencia en Europa, contrató para trabajar en el Río de la Plata. José Lanz, un profesor de matemáticas y ciencias naturales español que vivía en Londres,   en 1816 viaja a Buenos Aires y como no se adapta a estas latitudes regresa a Gran Bretaña en mayo de 1817 donde se encuentra  con Rivadavia. Lanz si bien es verdad que  no nos sirvió como profesor, fue contratado nuevamente por Rivadavia para que le sirviese de correo con Pueyrredón y volvió al Río de la Plata con correspondencia para el gobierno. En carta del 30 de agosto de 1817, dice que “este método para informar al gobierno lo usaría  en cuanto se lo permitieran sus recursos, adelantando la noticia de que se preparaba una nueva expedición en Cádiz, y se rumoreaba que era propósito del Emperador Alejandro de Rusia auxiliar a España en sus propósitos ofensivos, si bien señalando que las demás potencias veían con desconfianza la actitud rusa, por ser la nación que menos relaciones e intereses tenía con la América. (1) Por otra parte, añadía Rivadavia, es muy poco probable que la Rusia hiciera sacrificios de buques, tropas y dinero, o sólo dinero, sin una indemnización más que proporcionada. Por su parte no creía que tal expedición  (la española que se preparaba en Cádiz) llegara tener más apoyo que el de la corte del Brasil, cuando ésta ha pedido a Lisboa un refuerzo de 4 a 6 mil hombres con la mayor urgencia, y que ya han salido en parte, y el resto si no se ha dado ya a la vela, no tardará en zarpar, según la noticia de los diarios.”

Misión del cubano Antonio José Valdés ante Austria y Rusia en representación de Pueyrredón.

Por carta del 30 de junio de 1817, dirigida al director Pueyrredón, Rivadavia decía que “el 14 de dicho mes había sido sorprendido por un artículo de uno de los diarios  de París, concebido en los siguientes términos: En La Gazeta de Bremen del 29 de mayo, se lee el artículo siguiente: En este momento se halla en ésta un diputado de Buenos Aires de paso para Viena, encargado de ofrecer el Reino de Buenos Aires a un príncipe Austriaco. Se dice que este Diputado deberá dirigirse a otra corte poderosa de Europa, en el caso que sus ofertas no sean admitidas en Viena.”

Rivadavia ya había recibido instrucciones del 3 de enero de 1817 firmadas por Pueyrredón, disponiendo su regreso por no haber “motivo alguno de conveniencia que pueda fundar su residencia en Europa”.  Rivadavia no pudo admitir que se enviara un nuevo comisionado, por lo que supuso se trataba de una falsa información. No lo era en realidad. En la misma fecha, el 3 de enero de 1817, Pueyrredón había confiado a Antonio José Valdés, un cubano que había sido director de “El Censor” a llevar pliegos a los emperadores de Rusia y Austria rogándoles nos adopten bajo sus poderosos dominios, y eventualmente designen algún príncipe que se haga cargo de nosotros. Valdés utilizaba el cargo de Diputado Representante de las Provincias Unidas  de Sud América.

En la carta que lleva Valdés, dirigida al emperador de Rusia, y sobre la cual requiero de los señores lectores la lean con detenimiento, Pueyrredón comienza diciendo que: “Estaba en el interés de Europa que América dejara de permanecer en la ignorancia y la servidumbre, para que cultivada, floreciera y abriera sus entrañas al género humano, sin ser patrimonio exclusivo de una Nación mezquina y suspicaz, que se abroga su dominio en virtud de un descubrimiento casual  (el descubrimiento de América) y de la famosa Bula de donación otorgada por Alejandro 6º,  (la Bula que divide América entre España y Portugal) Es constante que la naturaleza ha destinado la tierra a las necesidades del hombre en general, Y NO DA A NINGUN PUEBLO MAS DERECHO QUE EL DE APROPIARSE EL PAIS QUE LE ES SUFICIENTE, obstruyendo su beneficio con perjuicio necesario de los demás Pueblos”.

Este último párrafo, en el que subrayamos un concepto sorprendente, que ofrece todos los caracteres de una invitación a tomar posesiones en América, ya que era evidente que Buenos Aires a la cabeza de las Provincias Unidas de Sud América contaban con más tierra de la que necesitaban por su cantidad de habitantes. Por otra parte se debe tener en cuenta que de manera simultánea a la Guerra de la Independencia que se estaba desarrollando a pleno. El triunfo de Chacabuco fue el 12 de febrero de 1817. Los gobernantes gestionaban príncipes de cualquier nación del mundo y sugerían la ocupación de nuestros territorios a las potencias europeas. Existía una contradicción evidente entre las acciones militares de algunos héroes por la guerra de independencia de nuestra patria contra el anterior coloniaje español;  y las acciones políticas de los dirigentes portuarios que ofrecen el gobierno y el territorio de nuestra patria a cualquier potencia que aspire a obtenerla.

Pero debemos continuar con los lagrimosos pedidos de Pueyrredón al Zar de Rusia. La América sigue su denodada y sangrienta lucha (la Guerra de la Independencia) en la que reconoce la suma necesidad de un brazo poderoso que vigorice su aliento, y paralice las maquinaciones  y esfuerzos de sus enemigos. ¿Y quién, Señor, mas adecuado que V. M. I. (2) cuyo sólo nombre respeta toda la Tierra.

El oficio dirigido al emperador de Austria por Pueyrredón, y entregado por el inefable cubano  Antonio José Valdés, tiene las mismas características lagrimosas, y transcribiré algunos párrafos que considero importantes. Se iniciaba con una explicación de los antecedentes políticos de estas pampas, que a los austriacos le sonarían como si les hablaran en chino. Ahora veremos como Pueyrredón le pide disculpas al Emperador de Austria  de haber realizado las acciones de 1810 y sobre todo la declaración de la independencia en  1816. Todo un verdadero y vergonzoso disparate. Habla de los americanos en tercera persona. ¿Y él que era él en 1810 y en 1816, súbdito de Gran Bretaña? “El proceso revolucionario establecido al ser invadida España por los franceses, los americanos creyeron que adoptar sus precauciones para no correr la suerte de su Metrópoli en Caso de ser desgraciada. Los gobiernos revolucionarios instalados en España pretendían dictar la ley a la América. Resistimos a sus pretensiones tan injustas y creamos gobiernos provisorios hasta la restitución del Sr. D. Fernando VII a su trono. Las juntas de la Península nos declararon la guerra. El regreso de Fernando VII encontró a estos pueblos en plena guerra.”  Si, estábamos en plena  Guerra de la Independencia.

“Creímos haber llegado entonces al término de tantos desastres; pero el rey (Fernando VII) mal aconsejado, sin encontrar que aplaudir en los gobiernos españoles, no consideró en nuestra resistencia los preceptos de unas autoridades que él mismo declaró nulas, la prueba ilustre de nuestra lealtad”.
“A los males consiguientes a una guerra sin fin, se había unido la expedición portuguesa, que se suponía realizada mediante un entendimiento con España, por lo que se recurre ante el emperador para que fuese el Protector de la América, título que acompañaría al de Pacificador de Europa,  con el que se lo reconoce en todo el orbe”.

Sorprendentemente la misión de Valdés ante Rusia y Austria se frustra por las inclinaciones detectivescas de Rivadavia. Por un confidente de la policía de Paris, por supuesto pago, Rivadavia es informado que el diplomático enviado por Pueyrredón  se trataba de un aventurero carente de escrúpulos y que vendía el producto (el reinado de Buenos Aires) a varios interesados a lograr la vacante. Valdés con ese objeto, según Rivadavia, había visitado al embajador español en París, el duque de Fernán Núñez, y mantenido  entrevistas con el Conde de Casa Flores. Valdés habría supuesto que a falta de príncipes no estarían mal un duque o un conde. Cualquiera que pague.

Posteriormente y por carta del 15 de febrero de 1818, y cuando en Buenos Aires ya se conocía el papelón, Rivadavia informa “que se trataba no solamente de un impostor sino también de un traidor, pues la embajada española dio a conocer un escrito suyo”.

Ya entonces se conocía la verdad en Buenos Aires, pues con fecha 31 de julio de 1818, Gregorio Tagle le escribió a Rivadavia diciéndole que se conocían otros chanchullos de Valdés.   

Como lo menciona Diego Luis Molinari en la bibliografía que señalo, “Pueyrredón recibió en este caso una dura lección. No se debe confiar en venales e  inescrupulosos periodistas”. (3)




(1) Esta es una errónea interpretación geopolítica de Rivadavia. Para la fecha Rusia de hecho era la poseedora de vastísimas  extensiones de América del Norte (Alaska) y competía tanto con Francia como con Gran Bretaña en los derechos de posesión de prácticamente todo el norte de Canadá hasta la Bahía de Hudson. También tenía un conflicto con Dinamarca sobre el dominio de Groenlandia, que es América y que recién se resuelve al finalizar la guerra ruso japonesa en 1905.

(2) V. M. I. es Vuestra Majestad Imperial.

(3) Diego Luis Molinari era un activo militante radical y siempre  la prensa liberal y luego la peronista fueron muy críticas con su obra. Irónicamente Molinari y Perón eran amigos personales y lo visitaba seguido en la Casa Rosada. También queda la correspondencia entre ambos de los años de exilio en España. Tal vez por eso la prensa antiperonista también era muy crítica con la obra de Molinari. Le pegaban de todos lados; y el cuando podía también respondía, como en este caso.

Fuente documental:  Diego Luís Molinari. “Fernando VII y la emancipación de América”, Buenos Aires, 1939. Reedición 1957.
Ricardo Piccirilli. “Rivadavia y la Diplomacia. Historia de una empresa monárquica frustrada”. Buenos Aires, 1945.
William Spence Robertson. “Russia and the emancipación of Spanish America 1816-1826, en “Hispanic American Historical Review”, tomo XXI, 1941.



ENERGÍA: PETROLEO, POLITICA Y PODER
Por: Contador Carlos Andrés Ortiz
PRIMERA PARTE
Sabemos que quien domina las fuentes de energía, tiene acceso al poder estratégico; eso es tan cierto como elemental, aunque las sibilinas falsedades del liberalismo apátrida hayan pretendido descalificar a los hidrocarburos y a la energía en general, como simples commodities, meras materias primas supuestamente carentes del enorme valor geopolítico que sin duda poseen.
Es interesante constatar que a lo largo de la historia argentina, las oscilaciones de la política energética, e incluso la nada inocente ausencia de ella en determinados períodos, guarda una clara relación con las sucesivas orientaciones político – económicas de los sucesivos gobiernos de Argentina.
Dejando de lado la prefabricada dicotomía entre “izquierdas” y “derechas” (otro europeísmo que básicamente aporta a la confusión), al analizar las orientaciones básicas de los sucesivos gobiernos de Argentina se advierten las respectivas constantes que enmarcaron y guiaron las acciones en la muy sensible y estratégica área de la energía.
Tal como con maestría señalaba Jauretche, lo esencial pasa por la orientación básica de los gobiernos, y la línea divisoria se define entre lo nacional y lo antinacional. Esto último puede tener el ropaje exterior de “derechas” cerradas o de “izquierdas” declamatorias pero huecas y carentes de sentido y propósitos propios.
Entre las primeras (las “derechas” antinacionales) están los diferentes gobiernos oligárquicos que hemos padecido, incluyendo en ellos a los siempre confundidos “patrioteros de himno y bandera”, que con o sin uniformes han suplantado el amor a La Patria Argentina por la sumisión a la “libre empresa”, mediante un formidable proceso de lavaje de cerebros, cuando no de simple espíritu mercenario, como el que con valentía denunció José María Rosa, al diferenciar a los Generales de la Patria (nombró a Guglialmelli como el último de estos, en pleno “proceso”); muy diferentes a los “generales de empresa” que pulularon desde la “revolución fusiladora”, siendo posiblemente Alcides López Aufranc el más acabado ejemplo de “general empresario”.
Entre las segundas (las “izquierdas” declamatorias y funcionales a los intereses antiargentinos), se tiene al siempre zigzaguente Partido Comunista, elitista y mentalmente cerrado, peón dócil del politburó soviético, aliado al embajador norteamericano Spruille Braden en la vergonzosa y oligárquica “Unión Democrática” en 1945; para luego ser complaciente del infame “proceso” videlista, obediente al Kremlin que necesitaba el abastecimiento de carne argentina. También coexisten diversos piqueteros de confusas y agresivas reclamaciones, ultra ecologistas dóciles a Gran Bretaña y otros inconformes crónicos varios.
Durante “el régimen” mitrista liberal (1862-1916), con alternancia en el poder del bipartidismo ultra conservador, mantenido mediante el voto cantado y otras presiones varias, fue “políticamente correcto” afirmar que “Argentina no tiene petróleo ni carbón”, con lo cual se mantuvo el monopolio del suministro de hulla británica, y luego de petróleo importado por las anglosajonas Shell y Esso. Las primeras modestas explotaciones petrolíferas criollas en el NEA (a fines del siglo XIX) se desalentaron y luego se taparon con un denso manto de silencio. El típico “ninguneo” en lo que son tan hábiles los liberales del establishment extranjerizante y oligárquico.
Pese a ello, en 1907, en una exploración petrolífera disfrazada de búsqueda de agua (para que no sea frenada por “el régimen”), se descubrió petróleo abundante y de muy buena calidad, cerca de Comodoro Rivadavia. Un detalle no menor, fue que las máquinas perforadoras y los profesionales que guiaban su uso eran alemanes, o sea que no respondían a las potencias anglosajonas.
Tuvo que venir un gobierno de clara orientación nacional y popular como el de Yrigoyen, y debió existir la vocación patriótica de los Generales e Ingenieros Mosconi y Baldrich, para que en 1922 fuera creado el ente estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales, primera empresa petrolífera estatal del mundo, que prontamente pasó a regir el mercado argentino de combustibles, con precios menores y abasteciendo a todo el territorio continental como una de las prioridades estratégicas. ¡Era el petróleo al servicio del desarrollo argentino, en lugar del negocio financiero de las transnacionales!
El golpe de Estado de 1930 –con fuerte olor a petróleo- pronto dejó de lado a los nacionalistas elitistas de Uruburu, para encaramarse al poder el contubernio oligárquico – liberal pro británico, que mediante el fraude y otras presiones, se mantuvo en el poder hasta que en 1943, el único golpe de Estado de orientación nacional del siglo XX, lo desalojó del poder.
El petróleo, el acero, la industria en general, y la dignidad nacional, eran fuertes preocupaciones del GOU (Grupo de Oficiales Unidos), de clara ideología nacional, que expulsó a “la rosca” de la partidocracia de la década infame (1930-1943), que entre otras sumisiones ignominiosas, creó el Banco Central según estatutos impuestos desde Gran Bretaña, y tuvo un vicepresidente (Julito Roca), que abiertamente se manifestó “orgulloso” de ser súbdito del hoy vetusto imperio.
Del GOU surgió Perón, quien llegó a la presidencia pese a la fuerte oposición anglosajona, con los “democráticos” oligárquicos sumados al coro del embajador de EEUU puesto a “dirigente” político antiperonista.
El petróleo y el gas natural fueron prioridades del peronismo, y en tiempo récord se construyó el gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires, dándose inicio a la enorme red de gas natural argentina, en su momento entre las mayores y más eficientes del mundo.
Buscando la diversificación energética y el desarrollo tecnológico, en esos diez años (1946-1955) se crearon Agua y Energía Eléctrica y la Comisión Nacional de Energía Atómica. La primera se abocó a la provisión de agua potable en diversos puntos de nuestra dilatada geografía, y comenzó la tarea de aforamientos (mediciones de caudales) de los ríos, amén de otros estudios para desarrollar proyectos hidroeléctricos. La segunda nos posicionó entre los lideres mundiales en energía nuclear, para fructificar dos décadas después en la primera de las hoy tres centrales nucleares; eso además de diversos usos pacíficos de la tecnología nuclear.
Pese a que nuestra neutralidad había sido funcional a Gran Bretaña en la Segunda Guerra, las potencias anglosajonas nos pasaron factura, y limitaron los suministros de equipamiento y tecnología, entre ellos los necesarios para el autoabastecimiento petrolero.
Los contratos firmados en 1954 con la Standard Oil de California, apuntaban a aumentar aceleradamente la producción de crudo, el cual sería totalmente de propiedad de YPF. Al no estar dentro de la ortodoxia del peronismo de 1945, esos contratos fueron duramente criticados, pero como sea el golpe “libertador” de 1955 los anuló…y seguimos importando petróleo caro y escaso.
Claramente el modelo de país de la “revolución fusiladora” no contemplaba el bienestar socio económico ni el desarrollo industrial, por lo que la producción petrolífera no estaba dentro de sus prioridades.
Saliéndose de los moldes preestablecidos, e incluso transgrediendo promesas preelectorales, Frondizi puso en marcha un agresivo plan petrolero y gasífero, mediante contratos con empresas extranjeras –básicamente norteamericanas-, con los cuales rápidamente se alcanzó por primera vez el autoabastecimiento petrolífero. No es un dato menor que esas empresas extraían el crudo, el cual inmediatamente quedaba en plena disposición de YPF; o sea muy lejos del modelo “privatista” de los años ’90.


ENERGÍA: PETROLEO, POLITICA Y PODER
Por: Contador Carlos Andrés Ortiz
SEGUNDA PARTE
Tras el golpe de Estado oligárquico – liberal de 1962, y las elecciones condicionadas posteriores, el radicalismo llegó al gobierno pero en una posición muy débil. Tal como prometió, anuló los contratos petrolíferos, pero carente en los hechos de un plan alternativo, Argentina volvió a importar petróleo.
Otro golpe de Estado se dio en 1966, pero este tuvo una impronta difícil de encasillar, pues comenzó como otra irrupción de liberales recalcitrantes, siendo Krieger Vasena (primer ministro de Economía), su claro personero.
Pero otros referentes de la autodenominada Revolución Argentina, tenían otras concepciones, que podrían definirse entre el viejo nacionalismo y el desarrollismo frondicista. Dentro de estos, descollando por su aguda inteligencia, su visión geopolítica y su patriotismo, estaba el General Juan Enrique Guglialmelli. Su impronta se advirtió en el fuerte énfasis industrialista, en el desarrollo hidroeléctrico (se comenzaron las obras de El Chocón y Cerros Colorados), y los muy consistentes apoyos dados al Sector Nuclear, diagramándose un ambicioso plan de obras, comenzándose Atucha 1.
Con el General Lanusse en el poder, la Revolución Argentina retomó la desgastada impronta oligárquica liberal y cerradamente antiperonista.
Muy a su disgusto, en 1973 debió entregar la Banda Presidencial al peronismo, nuevamente ganador en los comicios.
Con todo el desgaste de aquellos azarosos años, marcados ya por la guerrilla, que según testimonios del Dr. Julio González y otros analistas, fue instigada e incluso armada bajo subterfugios, con clara participación británica, acorde a las ideas de analista inglés Harry S. Ferns, quien afirmó que los avances sociales y económicos que había concretado Argentina, solo podrían ser destruidos por una guerra civil. Esa guerrilla muchas veces irracional, y las Fuerzas Armadas cooptadas por la nefasta doctrina de la Seguridad Nacional, harían realidad ese brutal enfrentamiento posterior, de cuyos coletazos aún necesitamos salir definitivamente.
El breve gobierno peronista de los ’70, con sus diferentes matices, intentó dar impulso a YPF, a Gas del Estado, a la hidroelectricidad y al Plan Nuclear. Logró firmar con Paraguay los acuerdos por Yacyretá, inauguró Atucha 1 y comenzó Atucha 2.
En 1976 nuevamente fue destituido el peronismo por una asonada militar, de neto corte ultra liberal, esta vez en una visión corregida y aumentada hasta el paroxismo. Los postulados retrógrados del liberalismo “criollo”, fogoneados desde los centros del poder financiero mundial, fueron impuestos a punta de fusil, buscándose la destrucción sistemática de la industria argentina, la desarticulación total del movimiento obrero, la desaparición del peronismo, y la reinstauración del modelo de “país – estancia” ya caduco en 1930.
En línea con la clásica alianza entre ultra liberales y los poderes petrolíferos transnacionales (léase anglosajones), se buscó en forma perversamente sistemática el endeudamiento irracional de las Empresas del Estado, con énfasis especial en YPF; todo ello como acciones previas a su posterior “privatización” o según el caso, desaparición lisa y llana.
A la vez, tal como siempre lo hicieron los liberales –operando como “aliados menores” de las petroleras anglosajonas (de EEUU y Gran Bretaña)-, buscaron frenar y/o desmantelar el Sector Hidroeléctrico y el muy estratégico Sector Nuclear. En este último, solo el claro patriotismo del Contraalmirante e Ingeniero Nuclear Carlos Castro Madero, logró enfrentar las ingentes presiones de Martínez de Hoz y sus secuaces ultra liberales.
Comenzaba así el tristísimo cuarto de siglo neoliberal, que duró desde 1976 a 2001, desembocando en la orgía destructiva de los años ’90, que desguazó al Estado y vendió o concesionó por monedas cuanto pudo, entre ello YPF y Gas del Estado; mientras que Agua y Energía Eléctrica fue suprimida, perdiéndose sin inocencia sus valiosísimos archivos, e interrumpiendo “Marijú” Alsogaray las invaluables tareas de aforamientos de los ríos.
A un tris estuvieron en 2001/2002 de lograr “el premio mayor” a tantos desatinos intencionales, pues sin duda buscaban la balcanización de Argentina en media docena de dóciles republiquetas bananeras.
Hasta Rudiger Dornsbusch tuvo el tupé de “recomendar” que nos impongan una suerte de “virrey financiero” del FMI, tal como de algún modo ahora lo consiguieron con Grecia, transformado el país Heleno en un vulgar protectorado financiero manipulado por la Banca Transnacional.
Desde siempre el liberalismo apátrida contó con los apoyos del “periodismo serio”, de “comunicadores sociales exitosos” y de “economistas de renombre”; los mismos que han quedado en evidencia como simples operadores a sueldo o comisión de los grupos de poder extranjeros que operan en Argentina.
Lo demás es historia reciente, con final abierto; pero también con un muy diferente contexto interno e internacional, con el BRICS moviendo fuertemente el tablero geopolítico mundial. No por casualidad, las potencias del BRICS aplican políticas económicas heterodoxas, alejadas de las “recetas” recesivas del liberalismo…heterodoxia económica que ha permitido a Argentina crecer a “tasas chinas” y ubicarse entre las 20 mayores economías del mundo, lo cual no es poco…por ahora.