La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



martes, 7 de enero de 2014

Raúl Scalabrini Ortíz



BREVE RESEÑA DE LOS FERROCARRILES ARGENTINOS


Por: Roberto Antonio Lizarazu

Las diferentes menciones de acciones y fechas de ninguna manera son el logro de investigaciones del que escribe. Todo está copiado de manera inmisericorde de la obra Historia de los Ferrocarriles Argentinos de Raúl Scalabrini Ortíz (1). Este es el apunte que usaba cuando tenía que explicar en treinta y cinco minutos, como y cuando se llevaron a cabo  los cuarenta y dos mil kilómetros de vías férreas, con que nuestro país contaba cuando éramos una gran nación.

La historia de los Ferrocarriles Argentinos es, en gran parte, la historia del progreso nacional. Las paralelas de acero (la denominación es de Scalabrini Ortíz) al irrumpir en la pampa hostil y sin domeñar,  sentaron las bases para las corrientes colonizadoras, el establecimiento de pueblos que se transformaron en ciudades y la canalización del producto de la tierra hacia los centros de consumo.

La primera empresa nacional de ferrocarriles se fundó en 1854, con el nombre de “Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste” . Una ley especial autorizó al Poder Ejecutivo para conceder la construcción de un ferrocarril de 24.000 varas (1) que arrancando de las calles Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), Potosí (hoy Alsina), Federación (hoy Rivadavia), piedad (hoy Bartolomé Mitre), o Cangallo se dirija al Oeste, formándose con capitales argentinos la sociedad encargada de construirlo.

El 30 de agosto de 1857 se produjo la histórica inauguración del primer ferrocarril en nuestra patria. Se trataba de una línea de 10 kilómetros de extensión arrancando de la Estación del Parque (en el solar donde hoy se levanta el Teatro Colón) hasta Floresta, atravesando la actual Plaza Lavalle y siguiendo por la calle del mismo nombre hasta Callao. De aquí, tomando una curva (la cortada Rauch) enfilaba hacia el once, seguía por Medrano y se internaba entre pintorescas quintas hasta llegar a Floresta.

El anuncio de la incorporación de un nuevo y revolucionario medio de transporte -el tren- agitó todos los espíritus. Corrían tiempos en que gente criteriosa y con estudios, afirmaba que una velocidad de 30 o 40 kilómetros por hora produciría serios trastornos a la salud física y mental del pasajero,  que los convertiría en un hato de lisiados y trastornados a los usuarios de tan temerario medio de transporte. (2)

Al margen de estas chicanas, para darnos una idea acerca de la dimensión histórica de esta obra, Alberdi deja escrito algunos conceptos que merecen ser transcriptos: Sin el ferrocarril, no tendréis unidad política, cosa que sucede,  en países donde la distancia hace imposible la acción del poder de gobierno equilibrado. Proteged al mismo tiempo las empresas particulares para la construcción de ferrocarriles. Colmadlas de ventajas ahora; y tendréis mano de obra asegurada para las futuras generaciones de laboriosos ciudadanos de todo rango y profesión.

Fue en la presidencia de Bartolomé Mitre (12.12.1861 a 12.10.1868) donde se confirió un impulso decisivo a la construcción y desarrollo de los ferrocarriles. Cuando llegó a la presidencia el país tenía 61 kilómetros de vías férreas. Cuando se retiró, la extensión era de 573 kilómetros.

Luego vino Sarmiento. (Presidente del 12.10.1868 a 12.10.1874). Fue un propulsor notable del quehacer ferroviario y le pertenece la conocida anécdota cuando opina en el recinto legislativo sobre un préstamo de 800.000 pesos fuertes (también se denominaban duros, copiando la expresión española) que se pedirían a un banco inglés. Considerando Sarmiento que era poco capital para financiar ferrocarriles, diría: Vean ustedes al prestamista del barrio. En cuanto a mi, no he de morirme sin ver invertidos en ferrocarriles, no digo ochocientos mil, sino ocho millones de duros”.  Entonces irritado ante las risas de los legisladores y de la barra, pidió Sarmiento que esas risas constaran en acta. Necesito, dijo: que consten esas risas para que se sepa con que clase de necios he tenido que lidiar.  (3)

Cuando fallece Sarmiento en 1888, los capitales invertidos en ferrocarriles en el país, sumaban 223 millones de pesos fuertes, y la extensión de vías cuando deja la presidencia en 1864, llegaba a 1331 kilómetros.

Le sucede  otro presidente hacedor de progreso. Nicolás Avellaneda (desde el 12.10.1874 hasta el 12.10.1880). Él personalmente inauguró durante su mandato, 1185 kilómetros de vías. Ya en 1878 llegaban al puerto de Buenos Aires, trenes con una carga singular con destino a Europa: trigo. El primer embarque de 4500 toneladas fue un hito en el progreso nacional y el propio Avellaneda reconoció: Ha sido el acto  de mayor trascendencia de mi gobierno. Comenzaba una época que le valió a nuestro país el prestigio de ser el granero del mundo.

Llegó la primera presidencia del general Julio Argentino Roca (12.10.1880 a 12.10.1886). Para 1881 se había duplicado la extensión de vías a 2516 kilómetros y cuando finaliza su mandato teníamos 5836 kilómetros de vías, que ya se internaban profundamente en nuestro país. Roca en su mensaje al Congreso de 1883 nos deja una definición notable de lo que es el verdadero progreso: …brotan como por encanto los productos de la tierra, el comercio y la población.

El malón sistemático, ya era un terrible recuerdo. El empuje colonizador se abría paso en zonas donde otrora el indio acechara. Y luego de las armas, llegaba el tren, adelantándose a la producción de la zona donde tendían sus rieles, creándola y fomentándola por su propio influjo.


En el período de las presidencias de Miguel Juarez Celman (12.10.1886 a 06.08.1890),  Carlos Pellegrini (06.08.1890 a 12.10.1892)   y Luis Saénz  Peña (12.10.1892 a 23.01.1895) se reduce el ritmo de colocación de vías, pero extrañamente, aumentan los metros cuadrados de edificación de estaciones, talleres, galpones y las mismas terminales de las distintas líneas. La explicación merece diferentes opiniones de los autores que trataron el tema. El motivo más coherente pareciera ser el aumento de la inmigración de constructores y albañiles italianos que se produce en ese momento, quienes contaban con experiencia en los distintos materiales importados, tanto ingleses como franceses y fueron contratados por las empresas ferroviarias en forma masiva.

A mediados de 1895, en la presidencia de José Evaristo Uriburu (23.01.1895 a 12.10.1898) el Gobierno comprendió que se podían producir graves sucesos en la frontera con Chile. De inmediato se dispuso la construcción de una línea de carácter estratégico desde Bahía Blanca a Neuquén, que permitiera una eficiente movilización del ejército a la parte sur de nuestro territorio. Esa obra se encaró con verdadero fervor patriótico. Se convino que el gobierno expropiaría a su costa la franja de terreno necesaria para la construcción de vías, playas y estaciones.            

Los planos y pliegos del último tramo fueron aprobados el 24 de marzo de 1897 y el 1º de junio de 1898 se inauguraba la obra total. Cuesta imaginar cómo pudieron aquellos hombres, en tan poco tiempo, vencer tantas dificultades de accidentes topográficos, lejanías e inclemencias, y coronar tan titánico esfuerzo.

El general Roca, presidente de la República por segunda vez, desde el 12.10.1898 a 12.10.1904, inauguró ese ramal estratégico. Luego de disipadas las sombras de un enfrentamiento bélico con Chile, de hecho se convirtió en un fraterno medio de comunicación y de comercio argentino-chileno, que irónicamente prestó servicios opuestos al previsto originariamente.

En materia ferroviaria, el siglo XX no puede comenzar por ser más promisorio. Entre los años 1901 y 1914, en las presidencias de Julio Argentino Roca, Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta, se libraron al servicio público 16603 kilómetros, aumentándose en un cien por ciento la red que poseíamos en 1901. Ninguna nación de Europa alcanzó un ritmo semejante de crecimiento ferroviario. En forma paralela aumentaron las riquezas nacionales, en 1900, por primera vez, la agricultura desplaza a la ganadería en materia de volúmenes de cargas.

Pero es en 1925, presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear (12.10.1922 a 12.10.1928) donde se señala el récord en cuanto a la expansión de la red, con la habilitación de 4000 kilómetros que determinan los 41932 kilómetros con que llegamos a contar.

Es en el año 1948 cuando se nacionalizaron los ferrocarriles, en momentos que, por la falta de renovación y reposición de vías, material rodante y de tracción, así como el estado de la infraestructura, hacían del sistema ferroviaro argentino, un ente que reclamaba una total modernización. El resto es historia contemporánea y debe quedar a cargo de  autores idóneos en el período.







Observaciones

(1) Sorprendentemente la ley no precisa de cual vara se trata. Cada uno interpretó lo que le convenía a sus intereses.

Vara española.  La Vara variaba respecto a la longitud del pie (patrón de los sistemas métricos arcaicos), la longitud de la vara oscilaba en los distintos territorios de España, entre 0,912 metros de la de Alicante y los 0,768 m de la de Teruel. No obstante, la más empleada era la vara castellana o vara de Burgos, de 0,835905 metros, tres veces el pie castellano de 0,278635 metros.     

Vara Inglesa. También conocida como yarda (símbolo: yd) es la unidad de longitud básica en los sistemas de medida utilizados en Estados Unidos, Panamá y Reino Unido. En esos países equivale a 0,9144 metros.

Para 1854, se encontraban -solamente en Europa- nueve Varas en vigencia. En realidad nadie sabía hasta donde llegaría el ferrocarril. El paso del tiempo y el desarrollo logrado, en pocos años superarían  esta dificultad originaria de los legisladores de esta Ley Especial.


(2) El tema de la velocidad a la que debían viajar los usuarios, fue un clásico de los opinantes. Todo el mundo tenía algo que decir al respecto. Dio letra a los periodistas, a los caricaturistas y a los humoristas. Por esos años en Buenos Aires, competían en el medio gráfico:
El Nacional. (1852-1893).  Editado por Cayetano Casanova. Dirigido por Dalmacio Vélez Sársfield. Redactores: Sarmiento, Mitre, Miguel Cané. Orientación política: Liberal mitrista.  Y La Tribuna. Editado por Saturnino Cardoso. Dirigido por J. R. Muñoz y Adolfo Alsina. Orientación política: Autonomista alsinista. A partir de 1854 cada número que se editó de estas publicaciones dedicaban dos o más páginas al tema ferroviario y a su evolución.

En este mismo sentido, se publicó en fecha 14 de junio de 1859, en La Revista del Plata, que dirigiera y editara Carlos Pellegrini, unos versos criollos de Anastasio el Pollo  (Estanislao del Campo)  El Ferrocarril del Oeste en la Plaza del Parque, que son unas desopilantes e imperdible décimas referidas al viaje de La Porteña desde El Parque hasta  La Floresta. Se debe hacer notar que Carlos Pellegrini y Estanislao Del Campo eran adversarios políticos declarados. Otros autores sostienen que estos mismos versos son publicados en diferentes medios, pero el suscripto nunca encontró los mismos. Podría ser que algún especialista en hemerotecas halle algo nuevo, pero es muy difícil su verificación precisa debido a que se tratan de fotografías de hojas impresas.

(3) Se sostiene que esa anécdota ocurrió en la sesión  del 23 de agosto de 1870. Cuando Sarmiento en su carácter de Presidente solicita autorización a la Legislatura para obtener el crédito. Finalmente obtiene su aprobación. Honestamente la sesión ocurrió, y finalmente el crédito fue aprobado por 800 mil pesos fuertes,  pero los términos de la anécdota, no figuran en el acta correspondiente. Palabra más o menos,  diferentes autores,  dan como verídico el hecho. Los medios del momento la registran, pero no el acta de la sesión, que daría veracidad absoluta a las expresiones de Sarmiento.


Bibliografía General

Historia de los Ferrocarriles Argentinos. Raúl Scalabrini Ortíz. Editorial Plus Ultra, Con un apéndice de la Ley Mitre, Primera Edición,  Impreso en los Talleres Gráficos Garamond S.C.A., Cabrera 3856, Buenos Aires, abril de 1972.

Historia Argentina, José María Rosa. Presidencias Argentinas. Editorial Oriente S. A. Buenos Aires, 1976.