La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



miércoles, 30 de abril de 2014

CONCEPTO DE GEOPOLÍTICA








GEOPOLÍTICA – Concepto de  Geopolítica - Introducción.


Por: Licenciado Jorge Nelson Poma. Presidente del Centro de Estudios Estratégicos, Geopolíticos e Investigaciones Científicas de Misiones. General San Martín

Muchas personas se han acercado a nuestro Centro de Estudios Estratégicos y Geopolíticos como una suerte de curiosidad: es un partido político? NO. Es una institución con tendencia política? NO. Es exclusivo de una clase de institución como la militar? NO. Entonces qué es? Se trata de una Institución Educativa que difunde conceptos objetivos sobre la Geopolítica Mundial, Regional y Nacional, para la formación académica de sus integrantes, los cuales fuera de la Institución elegirán su color político con plena independencia de criterio.

Difundir una suerte de definiciones sobre el concepto de Geopolítica que ya las hay, nos parece un listado aburrido y estructurado de copiado de un listado y sin saber exactamente cuál es el concepto de fondo que encierra  ésta maravillosa asignatura pendiente para la masa de los argentinos.

Un chileno me expresaba que un Soldado Raso Chileno sabe más Geopolítica que un General Argentino, les informo que dolió, pero meditando objetivamente en un pensamiento objetivo, desarraigado o despojado de toda pasión, nos dijimos, salvando las honrosas excepciones: es verdad.

Entre los seres que dejaron huellas, aparte de nuestros Héroes Fundacionales, el Gral. Div (R) Juan Enrique Guglialmelli o “El último General de la Patria” parafraseando al historiador José María Rosas y con el debido respeto a los actuales generales, sólo se refería o quiso decir y dejar establecido, lo involucrado que estaba con la Nación Argentina en su Visión Geopolítica del Cono Sur.[i]

Entonces Fundamos el Centro de Estudios Estratégicos e Investigaciones Científicas de Misiones “Gral. San Martín” con la finalidad de capacitarnos y capacitar a civiles o integrantes de las Fuerzas Armadas, Docentes e interesados en general ya sean argentinos o de cualquier nacionalidad como ya hemos tenido.

Algunos se preguntarán porqué, aparte de los Funcionarios Políticos, las Fuerzas Armadas deben conocer Geopolítica? Las Fuerzas Armadas son una de las herramientas de la Política, entonces, ya sea que apunten hacia arriba o hacia abajo se debe interpretar a la política y para ello el instrumento científico más apropiado es la Geopolítica, siendo una herramienta de la política deben saber interpretar para poder cumplir estratégicamente los Objetivos Políticos, otros ejemplos en el mundo nos lo están gritando a nuestro alrededor, pero muchos no los escuchan.

Volviendo a la temática de marras: existen a nuestro entender dos tipos de Geopolítica. Llamémosla: “La Geopolítica Académica” y “La Geopolítica de los Dinosaurios” con las derivaciones de ambas.

Pero antes intentaremos que se tenga un panorama general de la Geopolítica en términos accesibles o simples para que todo no científico las pueda absorber a su acervo cultural.

La Geopolítica no es una Asignatura que se memoriza y se repite, tampoco son cálculos con un resultado exacto, la Geopolítica no se entiende y nada más, la Geopolítica se COMPRENDE no se estudia y se es geopolítico, la Geopolítica es análisis, interpretación y discernimiento con una visión de futuro, la Geopolítica es premonitoria, es arte y es ciencia.

Lo más importante de esta somera explicación es que la Geopolítica es integral, abarca el todo, es global, no se puede analizar el Sur sin conocer el Norte, ni el Este sin conocer el oeste, tampoco es simétrica, puede ser asimétrica, tiene que ver todo con todo.

No se puede enseñar historia o filosofía sin conocer la geopolítica, porque de ser así estaríamos en una enseñanza parcial y no en su verdadero entorno universal, no se puede interpretar un grano de arena sin conocer el médano al que pertenece en el entorno mundial y su impacto en la región.

De la Geopolítica se derivan las Estrategias como un arte de consecución de objetivos de distintos niveles: Municipal, Provincial, Nacional, Regional o Mundial.

Muchos podrán cuestionar esta síntesis extrema para una explicación muy concreta, pero si no se logra la Base en que se apoya la Geopolítica es imposible avanzar, entonces reitero que la Geopolítica se Comprende no se aprende, se Comprende y es pasión de análisis, interpretación y discernimiento.

Geopolítica Académica:

En este aspecto de la Geopolítica se estila utilizar como Ciencia porque se exige una Hipótesis concreta, un estudio de factibilidad y de ser posible se establece una Ley que le dé categoría de Política de Estado.

Involucra a una comunidad como un municipio, una provincia o un conjunto de ellas o a toda una nación, tal vez podríamos implementarla regionalmente entre dos o más países hermanos.

Este es entonces el porqué es que expresamos que la “Geopolítica es la Génesis de las Políticas de Estado”, por ejemplo: allá en la década del 60 era indispensable integrar la Mesopotamia Argentina (Hipótesis), se desarrollaron los Estudios de Factibilidad (Ciencia), se aprobaron las obras y se constituyeron en Ley (Política de Estado) que ningún gobierno pudo cambiar y es así que nacieron las obras como el túnel subfluvial, el puente Gral. Belgrano, Zárate Brazo Largo y las que faltan.

Valga como ejemplo también la denominada Autopista Hídrica Paraná – Paraguay y su conexión con las Cuencas del Amazonas, Orinoco y Negro. Los estudios de factibilidad es la ciencia basal para que se exprese la posibilidad del cumplimiento del Objetivo Político a través de la Geopolítica como también la concreción de los acuerdos internacionales de la UNASUR[ii] que le darían a los Estados componentes las exigencias  de Políticas de Estado[iii].

El Análisis de los Factores de la Geopolítica constituirá la base del éxito en una Apreciación Geopolítica acertada, pero esto es más avanzado y lo veremos en artículos subsiguientes.[iv]

La Provincia de Misiones ha impuesto la obligatoriedad de estudio de las Ciencias Políticas e Historia de la Integración Regional a partir del año 2014 y cuya sumatoria es una sola Asignatura denominada Geopolítica constituye de igual modo un gran avance para los jóvenes desde el Nivel Secundario.

Geopolítica de los Dinosaurios:

Este aspecto de la Geopolítica es el que se estila usar como Arte e involucra a las Relaciones Internacionales por las buenas o por las malas, es algo así como construir el escenario más conveniente a los intereses del poder y para ello la Estrategia tiene un papel preponderante en sus distintas formas (Abiertas o miméticas), nace de este modo la utilización de las diversas herramientas como la Diplomacia, Militar, Económica, Religiosa o cualquier otra de utilidad al logro de los Objetivos de la Geopolítica, a mi entender todas son guerras con armas militares o con otro tipo de armas[v].

Henry Kissinger decía que “La geopolítica existe con sólo ver como se mueven los mapas”, en el manejo del poder mundial o gran parte de ello hace de la Geopolítica un verdadero Arte que trabaja en la construcción del escenario del futuro, disolver países o formar bloques de naciones como la OTAN son construcciones de poder, hasta acceder a la última teoría geopolítica conocida que es el “Nuevo Orden o Gobierno Mundial”.

Repetir teorías como las de Mackinder y la Isla Mundial, la Teoría alemana del Espacio Vital o la chilena de las Fronteras vivas, ni hablar todavía de la seriedad y trascendencia de la Geopolítica del Brasil, etc., etc., etc., no tiene objeto para la finalidad de este esbozo de Comprensión del concepto de fondo de la Geopolítica.

Derivaciones de la Geopolítica:

La Geopolítica debe observarse en cuatro dimensiones: el espacio terrestre, marítimo, aéreo y el tiempo. Terrestre como espacio natural y definitivo de los Objetivos Geopolíticos. Marítimo como medio fundamental para lograr la proyección al espacio terrestre. Del mismo modo el medio Aéreo – Espacial tiene como finalidad la proyección al medio natural o terrestre.

Asimismo se debe tener en cuenta que existen Geopolíticas Generales y aquellas más específicas o Geopolíticas Direccionadas o Geopolíticas Sectoriales. Qué es esto? Bien:

Desde el punto de vista académico valga como ejemplo para su comprensión que el estudio como Asignatura desde el Nivel Secundario trata la Geopolítica General Básica. Una vez en la Universidad las Carreras de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales continuarán con los estudios profundos de la Geopolítica General o Global y su impacto en la Región, pero aquellas carreras que poseen un mayor grado de especificidad se verán insertas en el estudio de la Geopolítica Direccionada o Sectorial.

En tal sentido y valga como ejemplo, los estudiantes de Medicina se verían obligados a dominar la Geopolítica Mundial de la Salud y su impacto en la Región, los estudiantes de Geología deberán dominar la Geopolítica de los Recursos Naturales del mundo y la Región, base fundamental de la mayoría de las guerras en el mundo y en la historia de la humanidad, y así sucesivamente otras especificidades tendrán su Geopolítica Direccionada o Sectorial.

Para comprender este concepto y finalizar con esta síntesis introductoria a la Geopolítica, es conveniente conocer la historia de los conflictos que a primera vista lo podemos expresar en términos casi infantiles pero infalibles a su comprensión:

Hace millones de años los individuos o ya tribus se establecían cerca un lecho de agua como sustento a la vida hasta que otra tribu con gritos guturales asustaba a la primera, ésta huía y buscaba la forma de volver a apoderarse de ese recurso natural vital.

Al tiempo la tribu desalojada conoce el valor del palo o garrote como herramienta de poder, concurre al lugar donde había sido desalojada y ante los gritos guturales de la tribu ocupante, los atacan a garrotazos y con facilidad los hacen huir, la tribu desalojada en la búsqueda de una respuesta mejor, descubre que lanzando piedras supera al garrote y vence nuevamente apoderándose del vital elemento.

Pasan los años y sobrevienen las lanzas que vencen las piedras, luego las flechas más efectivas que las lanzas, las catapultas, el fusil a chispa, el cañón, la ametralladora, bombas terrestres o aéreas con posterioridad, hasta que llegamos a los misiles de corto mediano y largo alcance, las bombas atómicas, las bombas neutrónicas, la guerra de las galaxias y otras secretas y complejas que merecen explicaciones prolongadas.

Estamos en el Siglo XXI, la tecnología está descomunalmente avanzada, se puede hacer una guerra con máquinas no tripuladas y mil sorpresas más, pero el Objetivo Geopolítico sigue siendo el mismo: los Recursos Naturales como el Petróleo, los Minerales, el Agua, los Alimentos del futuro, etc.

Como introducción al estudio de la Geopolítica creemos que es suficiente por hoy, poco a poco iremos incrementando las exigencias en el conocimiento de la Asignatura más importante y aglutinante de todo análisis para comprender el mundo y la Región, sin olvidar que conocer la historia nos hace comprender el presente e ir formando el escenario del futuro.






[i] Gral. de div. (R) Juan Enrique Guglialmelli – Geopolítica del cono sur – El Cid Editor – Buenos Aires – Caracas – Barcelona – (Sin fecha establecida).
[ii] UNASUR: Unión de las Naciones del Sur.
[iii] Cambian gobiernos pero no cambian los objetivos y la ejecución de las obras por los férreos compromisos adquiridos.
[iv] Licenciado Jorge Nelson Poma – “La Apreciación Geopolítica” – 2008 – Sin Editar – Expuesto en Seminario – Monografía Científica – Post Título “Diplomado Superior en Geopolítica Regional y Nacional” – Instituto de Estudios Superiores “Combate de Mbororé” – Posadas – Msiones.
[v] Por lo general llamadas “Guerras Silenciosas” - “Guerras Blandas” – “Guerras Smart” – “Guerras Psicológicas” – ONGs: Organizaciones no Gubernamentales infiltradas – Etc. 

sábado, 26 de abril de 2014


JUAN DE SAN MARTÍN Y GÓMEZ


 Por: Roberto Antonio Lizarazu

Del comandante Juan de San Martín y Gómez, padre del Libertador y nuestro máximo prócer nacional,   podríamos decir que es el Abuelo de la Patria. Don Juan nace en el antiguo Reino de León,  en Cervatos de la Cueza, Palencia, España, el 3 de febrero de 1728  y fallece en Málaga, España, el 4 de diciembre de 1796. Militar español, que hizo carrera en la región del Río de la Plata. Se lo recuerda por sus propias acciones militares, por haber sido gobernante de Yapeyú y muy especialmente por haber sido el padre del general don José de San Martín,  libertador de nuestro país,  de Chile y del Perú.   
Los padres de don Juan fueron:  Andrés de San Martín y de la Riguera e Isidora Gómez, formaban una familia hidalga de clase media cuya casa se conserva en el número 27 de la calle Las Solanas de Cervatos de la Cueza como Casa-museo del General San Martín, destacando la sala de honor, donde se guardan recuerdos y testimonios de la amistad con la República Argentina. Una nueva iglesia   fue construida en Cervatos por el gobierno argentino.
Por el pueblo de Cervatos, que se levanta en la comarca de la Cueza,  atravesaba una calzada romana, y cuyo nombre lo toma por el del río que la cruza. Se  supone que en ese sitio  debió existir una antigua fortaleza Celta, origen de la actual población.
La casa de la familia San Martín, se trata de una morada noble castellana, austera, fuerte, construida de adobe, con tapial revestido de barro y paja, y concebida para cobijarse de los fríos del invierno. De este tipo de edificación cabe decir, como observó González Garrido, que fue llevada a América por Alonso de Ojeda, Juan de Garay y el mismo Juan de San Martín convirtiéndose, en América en la técnica criolla por antonomasia, denominada abobe, que tiene varios miles de años de uso. 
Esa casa luce el escudo con el lema de la casa-solar de los San Martín, en Cervatos de la Cueza: De azores castellanos nació el cóndor que sobrevoló los Andes.
En 1746 ingresó en el ejército español teniendo 18 años como soldado en el Regimiento de Lisboa, con el cual intervino en cuatro campañas militares en el norte de África, permaneciendo en Melilla durante 17 años, siendo cabo, luego sargento, desde el 31 de octubre de 1755; y luego sargento 1°. Aun se conserva su primera hoja de servicios en donde se lee que era un hombre de estatura baja, cabello castaño claro y ojos garzos. Siguió luego a su regimiento de regreso a España, estando acantonado en diversos lugares. Por sus méritos en África el 20 de noviembre de 1764 se le concedió un grado de teniente, algo poco frecuente para alguien que no era de una familia noble.
Juan inicia  su aprendizaje militar en las cálidas y arenosas tierras de África,  igual como lo haría su hijo José Francisco unas décadas luego, donde realizó cuatro campañas militares.  
Cuando después de guerrear en tierras de las morerías regresó a la metrópoli, siguió a su regimiento a través de las distintas regiones en que estuviera de guarnición. Así le vemos actuar en la zona Cantábrica, en Galicia, en  Guipúzcoa, en Extremadura y en  Andalucía. Ya para ese momento, era Juan de San Martín un soldado fogueado y diestro en los campos de batalla cuando, en 1764, se le destinó para continuar sus servicios en el Río de la Plata. Cuando el 21 de octubre de 1764 se regularon en Málaga los servicios de Juan de San Martín, se le computaron diecisiete años y trece días en campañas. A raíz de su meritoria foja de servicios, se le ascendía a oficial del ejército real con los galones de teniente, cuyo título le fue extendido el 20 de noviembre de 1764.    
Su embarque con destino al Río de la Plata, insistimos, al cual fue destinado,  lo debió efectuar en Cádiz. Se debe aclarar que el Río de la Plata, Montevideo y Buenos Aires, a los efectos militares de la defensa,  constituían una  sola plaza militar, que al arribo los jefes determinaban cual era el destino del designado.  La carrera militar de Juan de San Martín es, pues, aparentemente modesta; pero, en la hondura de su abnegada vida, se puede percibir el anuncio de las virtudes heroicas de su hijo menor, José Francisco.
Juan de San Martín en el Río de la Plata
Su actuación se encuentra muy ligada administrativamente a Pedro de Ceballos, pero  en 1776 pasamos de Gobernación del Río de la Plata a Virreinato del Río de la Plata y Pedro de Ceballos fue autoridad en ambas oportunidades. Como gobernador desde 1756 a 1766 y como Virrey fue el primero, desde el 15,10.1777 al 12.06.1778.
Cuando Juan desembarcó en la rada del Riachuelo ejercía las funciones de gobernador Pedro de Cevallos, quien le confió el adiestramiento e instrucción del Batallón de Milicias de Voluntarios Españoles, hasta que, en mayo de 1765, lo destinó al bloqueo de la Colonia del Sacramento y del Real de San Carlos. Permaneció en esa zona hasta julio de 1766, en que se le confió la comandancia del Partido de las Vacas y Víboras, en la actual República Oriental del Uruguay.
En ese nuevo destino prestó imponderables servicios en la persecución del contrabando. En 1767 ocurrió el extrañamiento de los jesuitas con la confiscación de los edificios y toda suerte de bienes que poseían en España y en América.- Los religiosos tenían en la actual República Oriental del Uruguay, dependiente del Colegio Belén de Buenos Aires, una extensa y bien poblada estancia llamada Calera de las Vacas -que fue conocida después con el nombre de Las Huérfanas-; se extendía ésta por el norte hasta el arroyo de las Vacas, al este lindaba con el Migueletes y el San Juan y al oeste y suroeste con el caudaloso Río de la Plata.
En ese rico latifundio de cuarenta y dos leguas cuadradas, pastaban por millares distintas especies de ganado. El entonces gobernador Francisco de Paula Bucareli y Ursúa, (Bucarelli y Ursúa sucedió a Ceballos y es gobernador entre 1776 y 1770) le confirió al teniente San Martín la ocupación de la referida estancia, encargándole después su administración, que desempeñó hasta 1744, haciendo aumentar en forma extraordinaria sus beneficios.
Al mismo tiempo que Juan de San Martín ejercía las funciones de administrador, no dejó inactivas sus funciones militares, cooperando de acuerdo con órdenes de sus superiores en el bloqueo establecido permanentemente por España a la Colonia del Sacramento.
El gobernador Bucareli otorgó el 10 de abril de 1769 al padre del Libertador, el empleo de ayudante del Batallón de Voluntarios de Buenos Aires, que confirmó el monarca por título expedido en San Lorenzo el Real el 30 de octubre de 1772.
En 1770 fue enviado a participar en el sitio de la Colonia del Sacramento, de nuevo en poder de los portugueses. Además, durante un viaje a Buenos Aires como administrador de Las Vacas, conoció a Gregoria Matorras del Ser, joven sobrina del nuevo gobernador del Tucumán, Jerónimo Luis de Matorras recién llegado al país. Había dado su palabra de casamiento y se casó por poder el 1 de octubre de 1770, reuniéndose con su esposa el 12 de octubre de ese año. El enlace se realizó en el palacio episcopal, oficiando el obispo Manuel Antonio de la Torre, el 1 de octubre de 1770. Los nuevos esposos se reunieron en Buenos Aires el día 12 de octubre de ese año, trasladándose poco después a Calera de las Vacas. Allí formaron su hogar y en ese lugar,  nacieron tres de sus hijos: María Elena, el 18 de agosto de 1771; Manuel Tadeo, el 28 de octubre de 1772 y Juan Fermín Rafael, el 5 de octubre de 1774.
Cuando el teniente Juan de San Martín cesó en las funciones de administrador de la estancia de Calera de las Vacas, el gobernador de Buenos Aires, Juan José de Vértiz y Salcedo, lo designó el 13 de diciembre de 1774 teniente gobernador del departamento de Yapeyú, haciéndose cargo de sus nuevas funciones desde principios de abril de 1775.
Como balance financiero de sus siete años como administrador de Las Vacas, consta que se produjo una renta bruta de 197.000 pesos plata en el período bajo su mando.
.Juan de San Martín en Yapeyú
Para tener una idea acertada de lo que había constituido Yapeyú en esos momentos, aún bajo el régimen misionero jesuita, nada mejor que la opinión del Padre Guillermo Furlong SJ al respecto: La Estancia Grande de Yapeyú comprendía, al oriente del río Uruguay, los actuales departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro y Tacuarembó. La Estancia Chica, próxima al pueblo de Yapeyú, al oeste del Uruguay, se medía por 50 y 150 kilómetros. Allí había en 1768, propiedad del pueblo, 48.116 vacunos, mientras el ganado de la inmensa estancia uruguaya ascendía a 800.000 cabezas de animales.
Siendo Yapeyú el más grande centro ganadero rioplatense, no todos los animales se faenaban en esa reducción ni en sus cercanías, pues se llevaban a pie a las diversas otras reducciones. Sabemos que la zapatería fue una de las dos grandes industrias yapeyuanas, exportándose sus hechuras hasta Chile y Perú. La otra industria, con tremenda pujanza cultural, fue la fabricación de toda clase de instrumentos musicales: órganos, arpas, violines, trompas, cornetas y chirimías, los que también se exportaban a las otras reducciones y a las ciudades españolas del virreinato. El Padre Antonio Sepp, gran músico, fue quien dio el mayor impulso a la fabricación de los instrumentos. No bien arribó este jesuita a Buenos Aires, fue destinado precisamente a Yapeyú y a los dos años de su arribo pudo escribir: "este año de 1692 he formado a los siguientes futuros maestros de música: 6 trompetas, 3 buenos diorbodistas, 4 organistas, 30 tocadores de chirimías, 18 de cornetas, 10 de fagote. No avanzan tanto, como yo deseo, los 8 discantistas, aunque progresan a lo menos algo cada día."
Cuando en 1768 fueron desterrados los misioneros jesuitas, hallábanse las misiones en un período de prosperidad. Reemplazados por religiosos de diversas órdenes, ignorantes del idioma guaraní todos ellos y contrarios a la labor misionera algunos, no es de extrañar que en poco tiempo se perdiera toda la labor anterior. A la par de los religiosos, envió el gobernador Bucarelli toda una legión de administradores, lo cierto es que la población indígena decreció sensiblemente. Al salir los jesuitas había 88.864 almas; en el año 1801, solamente 42.885; en 1814, ya en época independiente, la población indígena de los 23 pueblos no pasaba de 21.000.
Yapeyú que había sido una de las reducciones más florecientes y ricas en tierras y ganados, que fundó la acción fervorosa y ejemplar de los padres de la Compañía de Jesús. Fue erigida a iniciativa del provincial P. Nicolás Mastrilli, con la cooperación del mártir y beato P. Roque González de Santa Cruz, superior de las misiones del Uruguay, y el P. Pedro Romero, su primer párroco. Su instalación se efectuó el 4 de febrero de 1627 junto al arroyo llamado Yapeyú por los indígenas, bautizándose con el nombre de Nuestra Señora de los Reyes Magos de Yapeyú.
Yapeyú fue baluarte de civilización y del cristianismo frente a los indomables indígenas, como los charrúas y los yaros, y  también lo fue contra los temibles bandeirantes, hordas de portugueses y brasileños que vivían al margen de toda ley humana y que a sangre y fuego sembraron el terror y la muerte, asolando a las incipientes misiones.
Con el correr de los años, Yapeyú se había convertido en uno de los pueblos más ricos de las misiones. Poseía estancias en ambas bandas del río Uruguay, quedando casi abandonado después de la expulsión de los misioneros de la Compañía de Jesús.
Dos nuevos vástagos aumentaron la familia San Martín-Matorras en Yapeyú: Justo Rufino, nacido en 1776, y nuestro Libertador, José Francisco, que vio la luz el 25 de febrero de 1778.
Siendo el pueblo de Yapeyú fronterizo a zonas de litigio, sus habitantes vivían bajo continuas amenazas de guerra.
El nuevo mandatario, Juan de San Martín, desde que ocupara la tenencia, activó la organización de un cuerpo de naturales guaraníes compuesto por 550 hombres, que al ser revistados por el gobernador de Misiones, Francisco Bruno de Zabala, le hicieron decir que era como la más arreglada tropa de Europa. Esas fuerzas, adiestradas por el teniente San Martín, se destinaron a contener los desmanes de los portugueses y las acometidas de los valerosos y aguerridos charrúas y minuanes.
Debido a un informe emitido por el Virrey Vértiz, Juan de San Martín ascendió al grado de capitán del ejército real, por título que se expidió en El Pardo el 15 de enero de 1.779. Cuando este despacho llegó a sus manos hacía algunos meses que había cumplido cincuenta y un años de edad.
Probablemente su obra administrativa más importante como teniente de gobernador de Yapeyú, fue la ampliación de la jurisdicción de este pueblo hasta el arroyo Yeruá (al sur de Concordia) que hasta entonces llegaba hasta el Río Miriñay. En esta región restableció la Ruta al Salto mediante la cual se enviaban a Buenos Aires para su comercialización, entre otros productos, los excedentes de yerba mate, algodón, tabaco, grasas y cueros. La epidemia de viruela había cortado esta ruta comercial iniciada por Bucarelli en 1769, la cual llegaba por tierra hasta el embarcadero de San Antonio del Salto Chico o Ytú, desde donde ya salvados los saltos Grande y Chico del río Uruguay, continuaba por barco.
En 1776 inspeccionó la jurisdicción de Yapeyú al este del río Uruguay (Brasil y Uruguay actuales), que llegaba hasta el río Negro, arruinada por la epidemia de viruela. Los ganados se había refugiado en la zona de los río Negro y Yí, donde era explotada ilegalmente. Durante esta visita organizó el pueblo de Paysandú, transformándolo en un concurrido puerto en la Ruta al Salto.
En la Banda Occidental del río Uruguay Juan de San Martín fundó cuatro grandes estancias comunitarias dedicada a la cría de ganado: La Merced (hoy Monte Caseros), San Gregorio (cerca del río Mocoretá), Inmaculada Concepción de Mandisoví (antecedente de Federación, Entre Ríos)) y Jesús del Yeruá (al sur de Concordia), las cuales dotó con ganado comprado en Entre Ríos. A la capilla de la Estancia de Mandisoví, Juan de San Martín hizo enviar desde Yapeyú una imagen de la Inmaculada Concepción, esta imagen tallada por los indígenas preside actualmente la parroquia de Federación y por decisión de Juan Pablo II es la Patrona de la Diócesis de Concordia. En relación a este último párrafo, los autores consultados presentan interpretaciones diferentes. Unos sostienen que las estancias mencionadas ya estaban fundadas desde el período jesuítico y otros sostienen que las fundó, o refundó, Juan de San Martín. Ambas posiciones cuentan con documentación original que sostiene su afirmación.
El 14 de febrero de 1781 lo reemplazó como teniente gobernador Francisco de Ulibarri y luego su amigo y consejero Diego de Alvear. Destinado a Buenos Aires como ayudante mayor de la Asamblea de Infantería, en esa ciudad hizo dictar sus primeras letras a sus hijos.
Terminada su actuación en Yapeyú, el capitán San Martín embarcó con rumbo a Buenos Aires el 14 de febrero de 1781, volviendo a reunirse entonces con su esposa e hijos e incorporándose de nuevo a las filas del ejército para ejercer las funciones de ayudante mayor de la Asamblea de Infantería. Desde Buenos Aires, el 18 de agosto, se dirigió por escrito al virrey Vértìz, a la sazón en Montevideo, ofreciéndose para cualquier servicio o bien para instruir a los naturales, en cuyo ejercicio se había distinguido durante su residencia en Yapeyú.
San Martín se dirigió a las autoridades superiores de la Corte pidiendo la correspondiente licencia para embarcarse con su familia con destino a la metrópoli. Le fue concedido lo solicitado por Real Orden, expedida el 25 de marzo de 1783. Casi un cuarto de siglo de constante actividad había consagrado a las regiones del Plata el veterano soldado; había actuado en campañas militares que acreditaron su valentía y había administrado con suma pureza bienes confiados a su cuidado. 
Juan de San Martín regresa a España
Llegó a Cádiz en abril de 1784 con $1.500 oro, todo su capital ahorrado en 38 años de servicio, con el que apenas pudo adquirir una casa. En España inscribió a todos sus hijos varones en las escuelas de nobles y en los colegios de oficiales de ejército. Se consideraba que había entrado a la nobleza por ser gobernador; sin embargo, debió soportar un duro juicio de residencia por su actuación en las Misiones, del cual no salió muy bien parado, ya que no volvió a ser gobernador.
Los restos de Juan de San Martín y de su esposa descansaron en la Iglesia de Santiago en Málaga, siendo trasladados en 1947 a la Argentina, en donde permanecieron en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires hasta 1998, cuando fueron trasladados al Templete que honra la memoria de su hijo en Yapeyú.
En abril de 1784, Juan de San Martín llegaba a Cádiz; retornaba al suelo patrio con su mujer y cinco hijos. Los cuatro varones, al igual que su padre, abrazarían la carrera de las armas, pero de todos ellos, sólo el benjamín daría gloria inmortal al apellido paterno.
En Málaga pasaría los últimos años de su existencia, mientras sus hijos avanzaban en edad y aspiraciones. En esa ciudad iniciaron o completaron, en parte, los estudios los jóvenes hermanos San Martín. Con los ojos mirando más allá de los mares, Juan de San Martín exhalaba, el 4 de diciembre de 1796, su último suspiro. Se hizo constar que no había testado y que habitaba en un lugar de Málaga conocido por Pozos Dulces, camino de la Alcazabilla.
La viuda del antiguo teniente de Yapeyú, al mes siguiente del óbito de su esposo, dirigió una instancia al monarca Carlos IV en la que solicitaba una pensión. En 1806, gestionó e insistió para que la reducida pensión que disfrutaba, de 175 pesos fuertes anuales, fuera transferida a su hija después de su fallecimiento. El rey resolvió no acceder a lo solicitado. 

Bibliografía General

Instituto Nacional Sanmartiniano. Secretaría de Cultura. Presidencia de la Nación. José Miguel Torre Revello (1893-1964), Padres y hermanos de José de San Martín.

Antecedentes para Estudiar la Personalidad y la Obra de José de San Martín. Augusto Barcia Trelles. Editor Aniceto López, Córdoba 2082, Buenos Aires, 1941.


Historia de San Martín y de la Emancipación Sud Americana. Bartolomé Mitre. Editorial Tor, Buenos Aires, 1950, En el año del Libertador General San Martín. 

martes, 22 de abril de 2014



EL TUCUMÁN Y SUS PRIMEROS CRONISTAS



Por: Roberto Antonio Lizarazu

Cuadro de Situación

Este breve apunte tiene la pretensión de recordar, la fundamental tarea de cuatro cronistas españoles que se ocuparon en referirse al descubrimiento, conquista y colonización de la denominada Provincia de Tucumán en el siglo XVI. Me veo obligado a reiterar casi dos párrafos completos del comentario publicado en este mismo blog titulado Pedro Chamijo, de delincuente andaluz a Inca del Tucumán, de fecha 14 de abril 2014, para que se entienda de que Tucumán estamos hablando: un territorio de 700.000 kilómetros cuadrados de extensión, conformado por las actuales provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y parte de Córdoba y Chaco.

Nos precisa el doctor Lizondo Borda que: De acuerdo a los censos de la época, había 700 españoles contando solamente los individuos de sexo masculino. De éstos, 350 a 400 eran habitantes o vecinos, llamados también encomenderos o feudatarios, gente establecida en las distintas ciudades y poseedora de grandes latifundios poblados por aborígenes, que les había sido otorgados en reconocimiento a sus méritos como conquistadores de nuevas tierras para la corona o como defensores de éstas, una vez conquistadas. Los restantes eran moradores, o gente de paso por la gobernación, tales como funcionarios o comerciantes.

La suerte de estos cronistas y de sus obras, corrieron   diversa suerte. Estamos hablando de: Pedro Gutiérrez de Santa Clara, de Pedro de Cieza de León, de Diego Fernández el Palentino y de Ruy Díaz de Guzmán. En ellos y sus crónicas han abrevado todos los que tenían algo que aprender sobre la gobernación del Tucumán de esa época. O lo hicieron  porque los leyeron directamente, o lo hicieron porque leyeron a quienes lo habían hecho antes. No se trata de coincidir o no, se trata de conocer lo que escribieron porque ellos dicen que lo vieron u oyeron. Eso en historia no es poca cosa.

Al respecto nos ilustra Ricardo Jaimes Freyre. Las demás historias (las posteriores a estas cuatro) son simples copias, extractos o paráfrasis de alguna de las cuatro primitivas, y, en la mayor parte de los casos, copias de copias.

Ya lo enseñaba el doctor Mario Augusto Bunge: Lean historia, la historia no muerde.

Pedro Gutiérrez de Santa Clara.

Nació en México en 1521; y era hijo del conquistador Bernardino de Santa Clara y de una india mejicana.  Entre 1534 y 1544 viajó a Perú donde presenció los sucesos donde Gonzalo Pizarro avanzó del Cusco a Lima. Perteneció como soldado de la compañía del capitán Pablo de Meneses, partidario del Virrey. Luego fue testigo de la entrada de Gonzalo a Lima.

Con su capitán Pablo de Meneses marchó a Panamá y vió desembarcar a La Gasca. Posteriormente fue secretario de Lorenzo de Aldana y figuró en la expedición de Francisco de Carvajal y en otras posteriores, recorriendo buna parte del Perú.

Al no tener ningún beneficio económico de su estadía en Perú, regresó a México donde sirvió en la guerra contra los chichimecas.

Escribió los famosos Quinquenios, cuyo manuscrito está titulado como Los Cinco Libros Llamados Quinquenarios  y al editarse en 1904, en Madrid, en la Librería General de Victoriano Suarez,  se tituló la obra como: Historia de las Guerras Civiles del Perú (1544-1548) y de Otros Sucesos de Las Indias. Formando parte de La Colección de Libros y Documentos Referentes a la Historia de América que editara la librería mencionada.

El manuscrito autógrafo, el titulado por su autor como Los Cinco Libros Llamados Quinquenarios,  se encuentra en la Colección Borbón Lorenzana de la Biblioteca Provincial  de Toledo. En esta obra Gutiérrez de Santa Clara precisó hechos y circunstancias de las que el sostiene haber participado y comenta observaciones en las que nos deja detallados retratos de los protagonistas y sus sorprendentes vicisitudes.
Gutiérrez de Santa Clara, fue un cronista profundamente observador que nos regaló una obra indispensable para la comprensión de los sucesos y de los personajes.

Pedro de Cieza de León.

Nace en Llerena, España en 1518 y fallece en Sevilla el 2 de julio de 1554,  fue conquistador pero se destaca, sobre todo, como cronista e historiador del mundo andino. Escribió una Crónica del Perú , en tres partes, de las que sólo la primera se publicó en vida de su autor, quedando inéditas las otras dos hasta los siglos 19 y 20 respectivamente.

En América y puntualmente en Cartagena de Indias desempeñó una gran actividad en expediciones, fundaciones, encomiendas gubernamentales y otros cargos, aunque quizá su obra principal, y por lo que es un personaje interesante, sea la crónica y el ambicioso proyecto de una historia del mundo andino.   Luego sirvió a las órdenes  de Sebastián de Belalcázar, gobernador de Popayán, que le concedió una encomienda.  

Sus actividades en el nuevo mundo, cronológicamente, se podrían resumir así: En 1543 se reunió de nuevo con Robledo, quien, tras una estancia en España, había regresado a Indias con el propósito de afirmarse en su gobernación de Antioquia y ampliar sus dominios, lo que derivó en  un enfrentamiento con Belalcázar. Cieza intentó que desistiera de sus propósitos, pero fracasó, y Robledo fue derrotado y mandado ejecutar por Belalcázar en 1546.

Para 1547 se encontraba en  viaje hacia tierras peruanas junto a Pedro de La Gasca en la expedición de pacificación de Perú. Ejecutado Gonzalo Pizarro en Xaquixahuana en 1548, Cieza se trasladó a la Ciudad de los Reyes, la actual Lima, donde fue nombrado cronista oficial de Indias. Entre 1549 y 1550 recorrió los lugares más importantes de Perú: (Cuzco, Potosí y La Plata, entre otros) recogiendo información con la que compuso su obra.
En 1551 regresó a España para casarse en Sevilla con Isabel López. En la misma ciudad publicó laPrimera parte de la crónica del Perú (1553), poco antes de la muerte de su esposa y de la suya, el año 1554. Siglos después se publicó el resto del material que había escrito: Segunda parte de la crónica del Perú, que trata del señorío de los incas yupangueis y de sus grandes hechos y gobernación (1871), y Tercer libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama la guerra de Quito (1979).

La importancia de Cieza y de su Crónica del Perú

La importancia de Cieza como cronista consiste en que no se limitó a realizar una mera crónica de los acontecimientos que veía o vivía, sino que tuvo conciencia de historiador, es decir, de narrar una gesta más o menos épica, con un estilo discursivo y con la intención de contar verdades, y esto puede leerse en el prólogo o proemio de la Primera parte de la crónica del Perú, donde incluso llega a decir que escribirá teniendo como modelo a Cicerón. Lo interesante de la Crónica del Perú es que analiza un cuadro global de la historia de Perú, principalmente, dando todo tipo de información tanto sobre la cultura inca, la flora y la fauna andina y amazónica como del comportamiento de los conquistadores y sus enfrentamientos. En este sentido, podríamos afirmar que Cieza de León fue el primer cronista con visión de modernidad.

Desde 1541, Cieza había comenzado a recopilar información sobre los territorios sudamericanos que recorrió como miembro de distintas expediciones y campañas. El ambicioso objeto de la obra completa era describir y narrar el acontecer histórico desde los tiempos anteriores al Imperio Inca hasta los últimos hechos vividos en aquellas tierras por su autor (es decir, hasta 1550). Pese a lo que puede indicar el título por el que se conoce a la Crónica, ésta incluye también entre las zonas estudiadas a grandes extensiones de la actual Colombia, como Antioquia o Popayán, bien conocidas por el autor.

La primera parte se ocupa de la descripción de la historia y de los pobladores de las regiones recorridas por Cieza, desde el golfo caribeño de Urabá hasta Chile, así como de la demarcación de las primeras provincias conquistadas por los españoles y, especialmente, de la fundación de las nuevas ciudades. La segunda, que no fue publicada sino hasta 1871, aunque incompleta, trata de la historia anterior al dominio inca y, primordialmente, la del propio Imperio Inca. La tercera versa sobre el periodo de descubrimiento y conquista del Perú hasta el inicio de las guerras civiles entre los propios españoles, y vio la luz en fecha tan tardía como 1979, después de estar perdida mucho tiempo en la Biblioteca Vaticana. De la cuarta y última parte, que se refiere a dichas guerras civiles, sólo se conocen los tres primeros libros; no se tiene constancia de que Cieza escribiera los dos últimos, como anticipaba en el prefacio, que debían finalizar con la llegada del virrey Antonio de Mendoza.

La obra, muy nutrida de noticias, se caracteriza por sus apreciaciones juiciosas e imparciales y una exposición sencilla y animada por una gracia espontánea. Las banderías y disensiones que las luchas civiles originaron no le hicieron perder su ecuanimidad, como muestra el sereno dictamen que se transparenta en su relato.

Como ocurre con muchas crónicas americanas, una parte importante del material corresponde a manuscritos o relatos de los propios indígenas. En este caso se recogieron los testimonios orales de los quipucamayoc, u orejones indígenas, que refieren datos invalorables sobre su pasado. Aunque no se conoce con seguridad la formación cultural de Cieza, a él se deben algunas de las informaciones antropológicas más interesantes, no sólo de Perú, sino también de las poblaciones con las que tuvo contacto desde su llegada a Panamá.

A través de los escritos del cronista se conocieron las reglas de parentesco de la costa del Pacífico, donde predominaban las líneas maternas, así como las leyes que prohibían el incesto o las diversas formas del tabú de la virginidad. Sus interesantes observaciones sobre el papel de la mujer sirvieron para verificar que en muchos de los pueblos del antiguo Ecuador y del Cuzco las mujeres practicaban la agricultura y el comercio, en tanto que los hombres hilaban y tejían. Hasta se dio tiempo para comentar las propiedades, características y las bondades del consumo de las hojas de coca. Todo un precursor.
Diego Fernández de Palencia          
Nacido  precisamente en Palencia (c.) 1520 y fallecido en Sevilla (c.) 1581.     
Es conocido por la gente del gremio como: El Palentino.
Fue educado para seguir la carrera eclesial pero alrededor de 1545 embarcó hacia el Virreinato de Perú donde sirvió en el ejército real bajo las órdenes de Alonso de Alvarado. Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, quien llegaría a ser virrey de Perú en 1555, le otorgó a Fernández el puesto de cronista del Perú, y en este puesto escribió una narración de la insurrección de Francisco Hernández Girón, de la rebelión de Gonzalo Pizarro, y de la administración de Pedro de la Gasca. El conjunto de la obra, bajo el título de Primera y segunda parte de la Historia del Perú, fue publicada en Sevilla en1571 y dedicada al rey Felipe II de España. Está escrita en un estilo claro y fácil de leer. La obra da muchos detalles, y puesto que tenía acceso a la correspondencia y a documentos oficiales es, aún teniendo en cuenta sus tendencias, la más completa y verídica descripción de los acontecimientos que relata.
Una descripción de esta obra se puede encontrar en History of the Conquest of Peru de William H. Prescott. 

Ruy Díaz de Guzmán

Ruy Díaz de Guzmán (1558-1629) es el autor de Historia Argentina del descubrimiento, población y conquista de las provincias del Río de la Plata, escrita en el año 1612.

La publicación original de esta obra fue realizada en Buenos Aires, en la Imprenta del Estado, en 1835 en el segundo período de  la  Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, a cargo del Poder Ejecutivo Nacional de Juan Manuel de Rosas, gracias a la recopilación de Pedro de Angelis en su Colección de obras y documentos de la Historia Antigua y Moderna de las Provincias del Río de La Plata.

En el libro I de esta obra, que data de 1612, Ruy Díaz de Guzmán titula el capítulo I como Argentina.  La carátula completa de este capítulo es: Argentina, del descubrimiento y descripción de las provincias del Río de la Plata, desde el año de 1512 que lo descubrió Juan Díaz de Solís, hasta que por muerte del general Juan de Oyolas, quedó con la superior gobernación el capitán Domingo Martínez de Irala.

Entre Argentina y Conquista del Río de la Plata con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil, de 1602,  poema histórico de Martín del Barco Centenera y el capítulo Argentina  de Ruy Díaz de Guzmán, existe una década a favor del topónimo usado por del Barco Centenera. Como este punto desde siempre,  muestra controversia en quien fue la primer  persona o cronista que usara esta denominación, nunca está de más sostener, que hasta la documentación encontrada actualmente, sería Ruy Díaz de Guzmán el padre de la criatura-topónimo:  Argentina.

Ricardo Jaimes Freyre, le reconoce ser uno de los cuatro primeros cronistas que escribieron sobre El Tucumán, pero es muy crítico con la obra del mismo: Ruy Díaz consagró un solo capítulo, y bastante breve y lleno de inexactitudes, a la expedición descubridora de Tucumán. Debió de recoger sus noticias en el Mismo Tucumán, donde el cronista residió algún tiempo, y en cuya capital, en Córdoba, en San Miguel y en Esteco, vivían aún algunos de los descubridores, Miguel de Ardiles, Juan Pérez Moreno y Gonzalo Sánchez Garzón, entre ellos. Él mismo (Ruy Díaz) cita a éste último (Gonzalo Sánchez Garzón) de quien obtuvo numerosas noticias sobre la Trapalanda.

Efectivamente Ruy Díaz en su obra Argentina y Conquista del Río de la Plata se refiere sobre la Trapalanda en su libro I, capítulo IX. (Consultar apunte en este blog  Pedro Chamijo, de delincuente andaluz a Inca del Tucumán, de fecha 14 de abril 2014).


A estas cuatro versiones primitivas sólo es posible agregar ciertos datos aislados y dispersos de las historias de Agustín de Zárate, de Garcilaso de la Vega, de Pedro Pizarro y de otros, y las referencias que contienen algunos documentos contemporáneos, entre los cuales puede citarse las cartas de Vaca de Castro y de La Gasca y las informaciones de servicios de las ciudades y los conquistadores. No sé que exista relación especial alguna entre las numerosísimas que duermen en los archivos españoles.

Las fuentes de este libro son las historias y los documentos contemporáneos a que me he referido en los párrafos que anteceden… No se extrañe mi prescindencia casi completa de Antonio de Herrera y del padre Pedro Lozano, clásicos guías de los historiadores del Tucumán, pues, en lo que concierne al descubrimiento, el primero no ha hecho otra cosa que transcribir o extractar a Cieza de León y el segundo parafrasear a Herrera, aumentando algunas noticias que tomó de Ruy Díaz de Guzmán.


Bibliografía General

Ricardo Jaimes Freyre. Historia del Descubrimiento de Tucumán, Seguida de investigaciones históricas. Publicación de la Universidad de Tucumán, Imprenta de Coni Hermanos, Buenos aires, 1916.

El doctor Freyre, es boliviano, nacido en Tacna el 12 de mayo de 1868 y fallece en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1933. Notable historiador y  preciosista poeta. Algunos autores confunden a Ricardo Jaimes Freyre con Brocha Gorda, que es el seudónimo de Julio Lucas Jaime, padre de Ricardo.

Casualmente Ricardo Jaimes Freyre fue en el Colegio Nacional de Tucumán, profesor de Lizondo Borda, que se registra abajo como autor de una de las bibliografías consultadas.

Por otra parte, Freyre es autor de una notable obra  convenientemente ignorada, titulada Historia de la República de Tucumán, 1911.

 La República Federal del Tucumán, también  conocida como República del Tucumán,  fue un estado  independiente conformado por lo que hoy son las provincias argentinas de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero que estonces formaban la Gobernación Intendencia de San Miguel de Tucumán. Se estableció en medio de las luchas entre Buenos Aires y las provincias del recién formado Estado Argentino y duró menos de un año: desde septiembre de 1820 hasta agosto de1821. Si Dios quiere, a este tema ya le llegará el turno.

Biografías y Vidas. Biografía de Pedro Cieza de León. Sitio Internet.
Manuel Lizondo Borda. Historia del Tucumán. (Siglos XVII y XVIII). Universidad nacional de Tucumán, Departamento de Historia, Lingüística y Folklore, Tucumán, Argentina, 1941.