La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



miércoles, 1 de agosto de 2012

General Julio Argentino Roca

LOS ULTRA INDIGENISTAS ANTIRROQUISTAS, QUE LA JUEGAN A FAVOR DEL VETUSTO IMPERIO

Por: Contador Carlos Andrés Ortiz. Investigador de Temas económicos y geopolíticos.

Mi reciente artículo, referente a las efigies de Roca y Evita en los billetes de cien pesos, motivó unas reflexiones de la buena persona que es Aníbal Silvero, a la sazón presidente de SADEM (Sociedad Argentina de Escritores de Misiones), publicadas en Misiones On Line.
Como escritor que es, posee cierta habilidad en el manejo de la verba escrita, y dentro de ella evidencia no solo buena pluma, sino también la elemental esgrima escrita de omitir “lo que no conviene” (o lo que es “políticamente incorrecto”), para dar sustento a sus críticas.
Hoy instalado con fuerza el pensamiento ultra indigenista, cargado de fundamentalismo, y como tal con fuertes dosis de fanatismo que no quiere admitir réplicas, el opinante Silvero enfatiza lugares comunes de denostar  casi automáticamente a todo lo que pueda rozar ese tenor de ideas, que está forzando a un curioso “racismo inverso”, que ensalza hasta la paranoia a “los originarios” (¿originarios de donde?) y pretende hacernos caer en sentimientos de culpa a todo el amplio “resto” (seguramente la amplia mayoría) de población argentina que posiblemente tengamos pocos o ningún gen indígena.     
Nefasto como cualquier tipo de racismo, el ultra indigenismo no surgió en forma espontánea, y por más que el atildado escritor puesto a forzado historiador pretenda omitirlo, es bien sabido (y también sistemáticamente soslayado) que esa corriente de pensamiento fue fogoneada y financiada con aportes –vía “fundaciones” y similares- desde las potencias anglosajonas, para sembrar odios, divisiones y resentimientos insanables internos, aplicando la vieja receta del “divide y reinarás”, en la cual tan hábil ha sido el hoy vetusto pero aún peligroso imperio británico.      
Como una muestra de ello, se puede constatar la curiosa ONG Mapuche Nation, con sede en Bristol –Gran Bretaña-, y con toda su “plana mayor británica, excepto un “dirigente” de nombre indígena supuestamente mapuche. Con acciones como esa pretenden fogonear un Estado prefabricado, que ocupando partes de Chile y Argentina, pasaría –de prosperar- a ser otro apéndice del Commonwealth (la Comunidad Británica de Naciones), o de mínima sembrar irreconciliables odios irracionales en nuestros pueblos.      
Esos movimientos ultra indigenistas, al igual que los ultra ecologistas (en estos con los mascarones de proa de las nada inocentes y muy sesgadamente anti argentinas Greenpeace y World Wildlife Foundation), forman parte de la “guerra blanda” (soft war) en un concepto que comprende y excede las guerras psicológicas, de vieja data y perniciosos efectos; cuyos objetivos geopolíticos resultan evidentes, pretendiendo además de instalar insalvables divisiones internas, impedir todo proceso de desarrollo socio económico que nos transforme en una gran potencia, que tan incómoda será para los designios imperiales que con tan buenos ojos verían nuevos procesos de balcanizaciones en Sudamérica, y cuanto más sangrientos más buscados por esos instigadores del caos.    
El escritor opinante no hace ninguna mención a las relevantes acciones de geopolítica nacional argentina, claramente desarrolladas por el dos veces presidente Julio Argentino Roca, por las cuales aseguró la soberanía nacional en La Patagonia, el Gran Chaco Argentino y nuestra querida provincia de Misiones. Tal vez su sapiencia de escritor no alcance los conocimientos de la Geopolítica como ciencia –eso se evidencia con el tenor de sus nada casuales omisiones-; y de seguro tampoco parece importarle la relevancia en aquellas circunstancias históricas, de derrotar al muy unitario y antinacional mitrismo, que de haber vuelto al poder de seguro hubiese consentido pasivamente en ceder más territorios, resignando soberanía y toda noción de Grandeza Nacional, como lo hizo cuando estuvo en el poder y cuando lo digitó por medio de figuras manipulables en el Gobierno Nacional.  
En esa curiosa praxis de indigenismo fundamentalista, tan afín a intereses corrosivamente antiargentinos –como los instigados por diversos voceros del anarco – marxismo que menciono en mi artículo anterior- que tan funcionales resultan a los agresivos propósitos británicos en el Atlántico Sur y adyacencias; el escritor opinante también omite que sus planteos tan favorables a “los pueblos originarios” caen en contradicción, cuando mezcla a mapuches con tehuelches, habida cuenta que los primeros han sido invasores de allende la cordillera, que para instalarse en nuestra Patagonia previamente aniquilaron a los nativos tehuelches.    
Tal vez con la mente obnubilada por preconceptos del muy en boga ultra indigenismo, el escritor opinante confunde mi clara postura siempre leal al Pensamiento Nacional, con un confuso “roquismo” a ultranza, tan infundado como fuera de lugar.    
Es que no es lo mismo escribir poemas o novelas, que ponerse a opinar con fuertes basamentos históricos y geopolíticos, sustentados además en la profunda senda reflexiva cargada de patriotismo, de quienes más que meros escritores preciosistas, fueron luchadores de la Causa Nacional, como Jauretche, Scalabrini Ortiz, José María Rosa y otros, cuyos pensamientos están vivos y vigentes en sus libros y numerosísimos artículos. Escritos con los que no se ganaron lauros pasatistas del establishment, sino que siendo transgresores del “pensamiento políticamente correcto” fueron y son expresiones de sus luchas por construir una nación, digna, soberana, justa e independiente.





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