La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



sábado, 30 de junio de 2012

LAS CADENAS DEL LIBRE COMERCIO – A PROPÓSITO DEL “ALCA CHINO”

Por Contador: Carlos Andrés Ortiz
Bellos juegos de palabras, en frases llenas de encanto, con loas a abstractas “libertades”, suelen esconder los más sutiles y pérfidos mecanismos de horrorosa esclavitud. “Libertad” para morirse de hambre, o de desesperación brutal ante el desempleo o la marginación crónica, u otras formas más o menos sutiles de exclusión.
Pocas cosas tan tremendas y de seguro demoledoramente destructivas, que un marco de miseria extrema, de desocupación permanente, o de la necesidad de aferrarse a cualquier ocupación –incluso denigrante-, muchas veces aún insuficiente para comer malamente, hacinarse en un tugurio, y cubrirse con los andrajos que se consigan, aún a costa del frío, de la poca higiene, y del desamparo sanitario.
¿Y que tendrá que ver, exclamarán algunos “bienpensantes” o ingenuos, citando rápidamente los consabidos ejemplos de los “campeones de libre comercio”, tan proteccionistas ellos cuando les conviene…o sea que practicaron la hipocresía del “haz lo que digo, no lo que hago”?
Recordemos a los “muy liberales” europeos, que por décadas cerraron sus mercados a las materias primas argentinas, manteniendo sus producciones agropecuarias a base de fuertes subsidios. Y a los “muy liberales” japoneses, que subsidian fuertemente su propia producción de arroz, y que por largo tiempo cerraron su mercado interno a automotores importados, para expandir a su propia industria. O a los “muy liberales” norteamericanos, que cuando les conviene, “sacan de la galera” alguna traba legal a determinada importación, como castigo a algún país díscolo; y que “de tan liberales” impidieron que una petrolera menor sea comprada por otra petrolera…china.
La Historia de Hispanoamérica muestra profusamente los perjuicios que causó el monopolio comercial con España en la época colonial. Sin embargo, los historiadores ortodoxos, los también llamados “academicistas”, los de la “historia oficial” prefabricada por el liberalismo criollo, ocultan prolijamente, o a lo sumo apenas mencionan “de refilón”, que bajo aparatosas declaraciones de libre comercio, no bien independizados políticamente de la corona española, caímos en las garras del poder comercial británico, previamente condicionado por absurdos e innecesarios préstamos financieros, contraídos por personeros locales que respondían a los intereses del Imperio Británico; tal como en Argentina fue el agente británico Bernardino Rivadavia.
Mucho más sutil que el español, el dominio británico fue sostenido por un denso andamiaje político, cultural y económico; el cual tuvo como seudo fundamento académico a la doctrina del liberalismo económico, la cual fue un verdadero “traje a la medida” de los intereses británicos, concebido en las épocas en que era la gran potencia industrial, económica y militar del mundo.
El liberalismo económico –también llamado Escuela Clásica de la Economía-, previamente entronizado como verdad irrefutable (casi “la Biblia económica” –pero “trucha”-) se basa en una serie de dogmas falsos, concebidos para mantener en el subdesarrollo crónico a todos los países excluidos del núcleo del poder mundial. Poder que en la segunda mitad del siglo XVIII y casi todo el siglo XIX, estuvo en manos excluyentes de Gran Bretaña.
Con contundente precisión, el economista Friedrich List definió a Adam Smith –el creador de la doctrina económica liberal-, como “un conquistador más temible que Napoleón”, demostrando además las falacias de esa doctrina.
Los sutiles mecanismos de dominación británicos, con el mascarón de proa del “pensamiento económicamente correcto”, basado en el liberalismo económico a ultranza, nos transformaron en simples proveedores especializados de materias primas, impidiéndonos bajo diversas presiones, todo intento de desarrollo industrial y tecnológico propios. ¡Si hasta los “grandes diarios” de la época sostenían en sus comentarios y editoriales la “inconveniencia” de desarrollar carreras de ingeniería y de ciencias duras, por las supuestas “inferioridades crónicas” de los criollos respecto a “la raza superior” de los nórdicos! De la misma forma, años más tarde se mofaban de “esos gauchos puestos a marineros”, ante la “inconveniencia” de tener flota mercante propia. Hoy ponen a sus ONGs “ecologistas” e “indigenistas” a oponerse a nuestro desarrollo nuclear…
Jauretche acuñó al respecto una de sus contundentes sentencias, “no es cuestión de cambiar de collar, sino de dejar de ser perro”, expresada al analizar las zonceras del colonialismo cultural, que sostienen a la dependencia política y económica.
Hemos recorrido un largo camino de desarrollo propio, venciendo los múltiples obstáculos, muchos de ellos arteramente de mala fe, interpuestos por entes como la muy conservadora Sociedad Rural y otros anacrónicos factores de poder retardatarios, para quienes solo vale aquel perimido país – granja, ya caduco al término de la Primera Guerra Mundial; sepultado por los cambios en la realidad geopolítica mundial, realidad que los sectores del poder ultra conservadores locales se niegan a reconocer.
Tras durísimas presiones de todo tipo, EEUU intentó imponernos el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), la cual logró ser excluida de los acuerdos de la cumbre de mandatarios de 2005, en base a la férrea oposición de los presidentes del MERCOSUR actual, principalmente Argentina, Brasil y Venezuela.
Después de eso, hubo insistentes presiones de la Unión Europea, para concretar otro Acuerdo de Libre comercio entre ambos bloques (MERCOSUR – UE), con el que de seguro nos hubiesen “endosado” la descomunal crisis que hoy empantana y eclipsa a Europa; crisis que está marcando posiblemente el ocaso definitivo de cinco siglos de supremacía mundial europea.
Ahora existen fuertes y constantes presiones diplomáticas y económicas, enmarcadas en la sutileza propia de los orientales, para que el MERCOSUR y la UNASUR firmen un Acuerdo de Libre Comercio con China.
Cualquiera de esos acuerdos, hubiese equivalido al certificado de defunción de nuestros respectivos desarrollos –en algunos casos notables- en diversas áreas industriales y tecnológicas. Los más afectados serían Argentina y Brasil, por ser los Estados con mayores grados de desarrollo relativo, pero también condenarían a todo el bloque a las tenazas del subdesarrollo crónico, pues nos limitarían al subordinado rol de simples proveedores de materias primas y receptores obligados de cuantos insumos tecnológicos e industriales producen esos respectivos fuertes bloques del poder económico mundial (EEUU, UE, China). Hoy las mayores presiones de “libre comercio” provienen de Asia.
Inclusive, en primera instancia, es previsible que los mayores perjuicios los soportara Argentina, pues Brasil está en mejores condiciones para sostener sus sectores tecnológico e industrial, ante una avalancha de productos y tecnologías del gigante asiático.
Afortunadamente parece haber primado la cordura en la reciente Cumbre del MERCOSUR, realizada en Mendoza, no aceptándose el Acuerdo de Libre Comercio buscado por China. Pero las presiones seguirán, y de seguro existirán desde adentro de nuestros países, varios “gestores” internos, que argumentando las “ventajas de la eficiencia y de la especialización”, solo buscarán beneficios sectoriales, aún a costa de la miseria generalizada que esos acuerdos traerían aparejados.
Para nosotros el desarrollo tecnológico e industrial no es una simple opción. ¡Es el único camino a recorrer, para no volver a ser marionetas de bloques de poder ajenos a nuestra región! ¡Nosotros debemos consolidar nuestro desarrollo, para erigirnos como bloque de poder propio, que nos permita defendernos de futuras previsibles presiones y amenazas, como ya hemos padecido, con dolorosas consecuencias!





miércoles, 27 de junio de 2012



FINALMENTE, ¿LINIERS ERA BONAPARTISTA O NO?


Por: Roberto Antonio Lizarazu

PRIMERA PARTE

Cuadro de situación general.  Hace pocos días el jueves 10 de mayo 2012, en este mismo blog publiqué un comentario titulado “Errores conceptuales al estudiar la Independencia de América” y en el mismo abrevié al máximo lo ocurrido en la Península Ibérica entre los años 1808-1814.

En este comentario, referido exclusivamente al bonapartismo de nuestro Virrey Liniers, intentaré explicar los movimientos políticos de Liniers entre 1808-1809, donde veremos diversas gestiones oscilantes del personaje que tratamos de definir.

Producido el levantamiento cívico popular de Madrid del 2 de mayo de 1808, (1) y los levantamientos inmediatos en otras ciudades españolas, Napoleón se vio apremiado a hacer aceptar por ambos monarcas, Carlos IV y Fernando VII,  padre e hijo,  presos en Francia, el acuerdo de que su hermano Don Pepe, fuese el Rey de España. Así se hizo. Pero el verdadero temor de Napoleón, era que la rebelión se extendiera a las colonias americanas y que estas se unieran con Inglaterra.  El levantamiento de la Metrópoli no lo asustaba en absoluto, incluso su opinión era peyorativa sobre ese aspecto, según dijo: “He dominado toda Europa, con mis imbatibles ejércitos y no voy a ser detenido por un pueblo de cobardes, de gentes a las que un simple gesto de amenaza hará inclinarse, que no se mantendrá un día en la revuelta y que en caso necesario se calmaría con cuatro tiros”.

Es peligroso hacer  declaraciones temerarias de este tipo en medio de una guerra de liberación. Estas palabras estaban escritas en cuanto libelo se imprimía en España y se encontraba en los bolsillos de los combatientes.

Wellington mucho más político y a la larga se vio que mejor conductor de ejércitos que Napoleón, definió en una sola frase lo que ocurriría a los pocos años: “Si la guerra de España dura, Europa está salvada”.  Efectivamente España no fue el vencedor definitivo de Napoleón en ningún campo de batalla, a lo sumo presentó batallas de un incierto resultado, donde los autores españoles mencionan como vencedor a España y los franceses afirman lo contrario,  pero como lo menciona Luis G. de Valdeavellano (2) “Si España no fue el sepulturero del absurdo sueño bonapartista, por lo menos cavó la fosa”.

Napoleón se daba cuenta, que si los ingleses apoyaban los diversos levantamientos americanos, que es lo que nosotros estudiamos como el “proceso juntista”,   las riquezas de América serían inglesas, y él no podría evitarlo pues no podía cruzar el Atlántico con sus numerosos ejércitos,  dado que carecía de la flota necesaria, que si contaban los ingleses. Pero en el imaginario político-diplomático de Napoleón, el contaba con Buenos Aires que tenía un Virrey francés de su parte. Veamos lo que tiene Vicente Sierra para informarnos sobre este tema: (3) “Liniers acababa de expresarle su adhesión en términos categóricos y amplios; y por su comportamiento contra los ingleses gozaba de enorme prestigio. Era preciso sumarlo a sus planes para lo cual sólo necesitaba un buque ligero para burlar el bloqueo inglés y un amigo de Liniers que lo recibiera inmediatamente. La nave fue una recién construida: “Le Consolateur”, el amigo, el marqués de Sassenay.”

“Sassenay llegó a Bayona el 29 de mayo  (1808) y de inmediato fue recibido por el Emperador el cual lo interpeló con su brusquedad habitual.
-¿Estais vinculado con M. de Liniers? le preguntó
-Si Sire, respondió el marqués
-Es lo que me había dicho Maret. Ministro de Napoleón, continuó el Emperador.
-Puesto que ello es así, voy a encargarle una misión ante el virrey del Plata.
-Estoy a las órdenes de Vuestra Majestad, replicó el viejo aristócrata.
-Pero Vuestra Majestad tendrá a bien permitirme volver a mi casa para poner mis asuntos en orden antes de emprender tan largo y tan peligroso viaje.
-Es imposible. Fue la respuesta.
-Es necesario que partas mañana mismo. No teneis más que veinticuatro horas para prepararos. Haced testamento. Maret se encargará de hacerlo llegar a vuestra familia. Entre tanto, id a buscar vuestras instrucciones. Y con un gesto, Napoleón despidió a su aterrado interlocutor”.

Relación de amistad y comercial entre Liniers y Sassenay

Sassenay, como tantos otros representantes de la nobleza francesa, había conocido el exilio en Inglaterra, con motivo de la Revolución de 1789, formando parte en los primeros ejércitos que lucharon contra aquel levantamiento. Actuó posteriormente en la campaña contra los sublevados en la Isla de Santo Domingo  que derrotaron a las fuerzas inglesas de las que formaba parte el regimiento de caballeros franceses que integraba Sassenay: Los dragones de Humpesch. Sassenay pasó a vivir en Lancaster, estado de Pensylvania, donde se casó. Al permitirse en los dominios españoles de Sudamérica el comercio con neutrales, Sassenay expidió tres grandes cargamentos destinados al Río de la Plata. En el navío de uno de ellos se embarcó en persona y estuvo en Buenos Aires, desde febrero a julio de 1800, período en el que trabó amistad con Liniers y efectuaron varias transacciones comerciales juntos de las que derivó una estrecha amistad personal. Ya con el apoyo en Buenos Aires de Liniers, Sassenay estuvo en otro viaje comercial entre septiembre de 1801 a mayo de 1803.
Estando en Buenos Aires, el Senado de Paris promulgó una amnistía general a la cual Sassenay se acogió y volvió a Francia para 1804.

Pero volvamos a las instrucciones que Napoleón le ordenó a Sassenay  debía recibir de manos de Maret. Este no lo recibió, lo atendió otro  de sus ministros, Champagny, quien le proveyó de las instrucciones a que debía ajustar su conducta, las que en lo esencial decían. Siguiendo nuevamente a Sierra: “Mr. de Sassenay (4) entregará al general Liniers los pliegos de que está encargado. El sabe lo que debe decirle del estado actual de Europa. No hará más que contarle lo que ha oído en Bayona; podría no ser más que el eco fiel del idioma actual de los españoles, que se felicitan al presente de un cambio de dinastía obrada de un modo tan pacífico que promete a la patria el remedio a tantos abusos  tantos males de que ella se quejaba ha tanto tiempo y le da la esperanza de ver renacer la antigua gloria y prosperidad.”

“Hablará de esta Asamblea convocada en Bayona, para empezar esta útil regeneración y de la esperanza que ella hace nacer en toda España, cuyos pueblos piden con ardor el soberano prometido, José Bonaparte, rey de Nápoles y de Sicilia. Mr. De Sassenay hará conocer en la América esta gloria de la Francia, que llena a toda Europa y que influencia el genio poderoso que la gobierna, y ejerce sobre Europa, a la cual dicta sus leyes”.   

Al margen del viaje de Sassenay y de las instrucciones que recibiera; tema sobre el cual continuaremos en el siguiente comentario, existe una contradicción que no deja de tener un aspecto  irónico en  toda esta situación y  es que los bonapartistas terminarían  afirmando que Liniers les había dilatado su respuesta, los había hecho perder tiempo; y no era hombre de confiar.

Los pro borbónicos españoles, tanto los Juntistas (Fernado VII) como los Carlotistas lo acusaron de bonapartista y de enemigo de sus partidos.

Los partidarios pro anglófilos, que los había y en gran cantidad, lo odiaban a muerte.

Los partidarios radicalizados de la primera hora de mayo, directamente lo arcabucearon.

Siempre sostuve que Liniers fue un meritorio y notable personaje histórico, héroe de La Reconquista, pero con unas circunstancias desfavorables que hacía que la mayoría de sus acciones se volvieran en su contra. Atraía enemistades políticas como un imán. Coincidentemente, Martín de Alzaga el héroe de la Defensa, también murió ejecutado a los pocos meses,  por supuesto por causas políticas diferentes, pero también muere igual que Liniers, ejecutado por  gobiernos auto denominado revolucionarios.  Ambos  destacados triunfadores de las invasiones inglesas terminaron ejecutados por los que se supone fueron los beneficiados por esos triunfos contra los británicos. A no ser que no hayan sido tan  beneficiados como uno supone.              

Muchas, demasiadas calles de Buenos Aires, están bautizadas con los nombres de pro anglófilos que actuaron en las invasiones del lado inglés; y algunas de ellas directamente con los nombres de agentes, pagos por supuesto, del British Foreign Office. Debe ser caso único en los anales de la Historia Universal,  donde la ciudad capital de un país, muestre calles y avenidas con los nombres de los espías y agentes al servicio del país que los invade.



(1) A ese  levantamiento cívico militar del 2 de mayo de 1808, corresponden la serie de óleos que Francisco de Goya y Lucientes diera a conocer en 1814, con el título “2 y 3 de mayo de 1808”.

(2) Luis G. de Valdeavellano. “Historia de España”. Revista de Oriente, 2 Tomos, Madrid, Cuarta Edición, 1968.

(3)  Vicente Sierra, en su Historia Argentina, toma los datos publicados por “DOCUMENTOS DE LA COMISIÓN NACIONAL DEL CENTENARIO”,         Documentos del Archivo de Tucumán, Invasiones Inglesas y Revolución de Mayo”. Buenos Aires, 1910.

(4) Mr. Es la abreviatura francesa de marqués.

miércoles, 13 de junio de 2012


ENERGÍAS RENOVABLES, NUEVAS FUENTES Y ALTERNATIVAS: MITOS, MENTIRAS Y DISTORSIONES

Por: Contador Carlos Andrés Ortiz
Los imprecisos usos de conceptos son bases de posteriores gruesos errores de interpretación, cuando no de descomunales falsedades, que con el masivo peso de la repetición constante, llegan a ser aceptados como verdades consagradas, lo cual impide o dificulta en extremo los análisis serios y las divulgaciones de fundamentadas opiniones que puedan esclarecer o al menos aportar otra óptica, que cuestione al “pensamiento energéticamente correcto”.
Eso sucede con los conceptos de energías renovables, nuevas fuentes de energía y energías alternativas; rótulos muy atractivos detrás de los cuales se esconden arbitrarias exclusiones, verdades a medias, mentiras flagrantes, y sobre todo, la sistemática y muy exagerada sobrevaloración de las posibilidades de varias tecnologías de generación de energía eléctrica.
No es casualidad que por regla general, al referirse a las “energías renovables”, se excluya caprichosamente a la hidroelectricidad de mediana y gran escala. Si se partiera de criterios rigurosamente científicos, todo tipo y magnitud de usinas hidroeléctricas, debe ser considerado dentro de las energías renovables. Sin embargo, en forma absurda y caprichosa, solo suele incluirse dentro de las “energías renovables” a las pequeñas hidroeléctricas. Incluso la mentira conceptual tiene estatus de ley en Argentina, pues la ley 26.190, en el inciso b) del artículo 4º, limita el concepto para proyectos de hasta 30 MW. Incluso en las estadísticas de la Secretaría de Energía, se excluye de las energías renovables, a la generación de todas las hidroeléctricas importantes, lo cual es una seria distorsión conceptual y técnica.
Esas “imprecisiones conceptuales” dudosamente son casualidades, pues resultan muy claras las vinculaciones entre las ONGs pseudo ecologistas de perfiles fundamentalistas, con los intereses de quienes quieren forzar las instalaciones masivas de eólicas –a costa de jugosos subsidios-, negocio a su vez vinculado con la generación termoeléctrica, pues las eólicas necesitan el respaldo de centrales convencionales, apelando entonces a la falsa “limpieza” de la quema de gas natural, derrochándose un recurso natural no renovable. ¡Todo cierra! Mientras los fundamentalistas se cierran en atacar a hidroeléctricas y nucleares, agitan el parche con las falsas soluciones de las “alternativas” (sobre todo las eólicas), mientras “miran para otro lado” al instalarse usinas de devoradoras de gas o petróleo, justamente grandes contaminantes.
El concepto de “nuevas fuentes de energía”, es en sí mismo engañoso, pues varias de esas fuentes de energía tienen usos milenarios por parte de la humanidad. ¿Acaso no se pierde en la noche de los tiempos la utilización de los vientos para impulsar embarcaciones, y no tan antigua pero de muchos siglos atrás, el uso de los molinos a viento, para la molienda de cereales? ¿Y que más viejo que la biomasa, que fue la primigenia fuente de calor para el ser humano? ¿Y la fuerza del agua, en pequeños emprendimientos, para mover ruedas de molinos, que data de los albores de la revolución industrial?
Lo de las “energías alternativas” –tal como lo expliqué en un artículo anterior- es groseramente falso. Una “alternativa” es conceptualmente algo que puede reemplazar a otra cosa, lo cual NO sucede con las energías presentadas falazmente como “alternativas”.

Dentro del largo listado presentado como “energías alternativas” se incluyen a la eólica, la solar, la mareomotriz, la undimotriz, la geotermia, la energía de biomasa, el hidrógeno, las micro centrales hidroeléctricas, etc. Pero la verdad es que por sus limitaciones técnicas no pueden reemplazar a las tecnologías básicas. Estas últimas -las energías de base- son la termogeneración (que consume combustibles fósiles), la hidroelectricidad y la energía nuclear.
 El conjunto de diversas tecnologías de generación de electricidad, presentadas como “alternativas”, tienen limitaciones técnicas que hoy son insalvables, que solo les permiten operar como energías complementarias en cualquier sistema interconectado, siendo inútiles para funcionar como energías de base.
Esas limitaciones son sus totales dependencias de factores naturales no manejables por el ser humano (vientos y sol), sus intermitencias que crean “huecos” de generación y diferencias entre los ciclos (mareomotriz y undimotriz, más solares y eólicas), sus limitaciones geográficas muy acentuadas (eólicas, solares, geotérmicas), sus problemas de logística asociados a inseguridad y costos ambientales muy elevados (biomasa, hidrógeno), su extrema pequeñez y las fluctuaciones de caudales pequeños (microcentrales hidroeléctricas); y en todos los casos costos finales de generación altos o muy altos según cada caso, solo “solucionables” en base a muy onerosos subsidios, que terminan pagándolos todos los usuarios y/o contribuyentes en forma indirecta.
Una mentira adicional, es presentar a esas energías como “ambientalmente amigables”, pues se esconden capciosamente sus costos ambientales, entre ellos la desproporción entre sus rendimientos reales y los costos ambientales de instalación, mantenimiento y desguace final. Por caso, la “estrella” de las energías falsamente “alternativas”, la eólica, es fuertemente resistida en diversos países, por sus nocivos efectos en el entorno cercano a sus emplazamientos, amén de sus costos económicos encubiertos, disimulados por los generosos subsidios que las mantienen, al no ser competitivas.
De hecho, las ONGs ecologistas de corte fundamentalista, omiten los serios problemas de oscilaciones de tensión, de frecuencia y de producción de armónicas, que impiden utilizar a la eólica como generación única y de base.  
En los casos de consumos aislados, algunas de las “renovables alternativas”, pueden ser soluciones puntuales, pues en esos casos los costos económicos no son relevantes, al no ser posible técnica ni económicamente hacer una larguísima línea de interconexión, para consumos ínfimos.  
Como sea, son visibles las acciones de “lobbystas” que quieren imponer al como sea, masivas inversiones en eólicas (sin importar sus altísimos costos, sus cortas vidas útiles y sus limitaciones técnicas), junto a más centrales convencionales, devoradoras de petróleo o gas. Todo ello con los múltiples negocios asociados, como los proveedores de esas usinas, los repuestos, los fleteros de combustibles, los “especialistas” que respalden todo eso, etc. ¡Y los ultra ecologistas, cerrados en sus dogmas, muchos desde sus nostalgiosos sentimientos marxistoides o “antisistémicos” pero –brutal contradicción- haciéndoles el juego a las transnacionales de la ecología, manejadas por los británicos.
En todo ese cuadro, el desarrollo argentino encerrado entre las pinzas de los intereses creados, sus voceros del periodismo al mejor postor o directamente subordinado a los lobbies petroleros – eólicos - ecologistas, y golpeado por las “fuerzas de choque” de los fundamentalistas de la ecología.
Es la ecología fundamentalista, utilizada como excusa falaz para imponer el subdesarrollo crónico, asociado a la dependencia de tecnologías energéticas limitadas, costosas e incluso contaminantes, como los consumos de hidrocarburos, con las eólicas, solares y otras como “espejitos de colores”. Asociados a ellos, los lobbystas del liberalismo económico, siempre vinculados a los intereses de las petroleras anglosajonas y otros negocios paralelos, desde siempre apostando al país – granja, subdesarrollado y subordinado a las potencias de turno.









martes, 12 de junio de 2012

Enrico Udenio



RECIBI UN MUY BUEN REGALO. UN LIBRO DE ENRICO UDENIO

Por: Roberto Antonio Lizarazu           

Un amigo, un gran amigo, me regaló un libro. Pero finalmente no resulto un libro más. Honestamente no conocía el sistema, se denominan Libros en Red. Se trata de una edición electrónica. Uno completa los datos de ingreso en la PC  y lee el libro en el monitor. Además tiene otras posibilidades, como por ejemplo pedir fragmentos de los distintos capítulos para leerlos, que son los que finalmente algunos de ellos, reproduzco más adelante.
Al reconocer  lo novedoso que resultaba para mí el sistema que desconocía, recibí   las bromas de mis nietos con un: Pero abuelo, eso es una antigüedad. Se me vino el alma abajo, pero luego al leerlo, la sorpresa fue mayúscula por lo brillante del ensayo de Enrico Udenio  La Hipocresía Argentina”.

En este ensayo, Enrico Udenio investiga el proceso de la marcada disparidad evolutiva que se observa  comparando el desarrollo histórico entre Argentina, Australia y los Estados Unidos y me pareció que sería interesante trasmitirles esos conceptos a los lectores de este blog.

Explica Udenio que durante los siglos 18 y19, las nuevas naciones organizadas que detentaban grandes extensiones territoriales se sentían portadoras de destinos de grandeza. ¿Cuántas veces escuchamos esos mismos criterios cuando se repite el conocido argumento? La Argentina está condenada al éxito. Sin embargo la totalidad de esas naciones crecen y se desarrollan de maneras muy dispares. Todas se ven influenciadas por el idioma, la cultura, las ideas políticas y la fe religiosa de sus colonizadores. Estados Unidos y Australia bajo el campo de la influencia inglesa. Canadá por la cultura anglo francesa. El Brasil por Portugal y las naciones de habla castellana marcadas por la impronta española.

A partir de este momento todo es de Udenio no me atrevería a modificar absolutamente nada de su texto.

Algunos fragmentos del Capítulo  “Las Creencias”.

“Una de las creencias más incorporadas a la cultura argentina es la de suponer que el país se ha regido durante el siglo veinte por las leyes del capitalismo por el sencillo hecho de que existieron la propiedad privada y el capital. Analógicamente, esto sería como decir que la sola existencia del cemento y del ladrillo es suficiente para construir una casa.”

“Podría decirse que a la argentina la compone una sociedad neurótica, entendiéndose ésta como aquella cuyos habitantes reencuentran insatisfechos y compulsados a accionar de manera autodestructiva. Se trata de una sociedad cuyo pasado albergó un destino de grandeza, pero que en la actualidad no puede abastecer sus necesidades, desde las más básicas de vivienda, alimentación, salud, educación y seguridad hasta las más elevadas, las aspiraciones intelectuales y espirituales de sus miembros. Es una sociedad en la que sus integrantes no sólo no encuentran bienestar sino que experimentan sensaciones permanentes de amenaza. Esta situación conduce al padecimiento de un estrés crónico cuyos síntomas habituales son la fatiga, el auto percepción de impotencia, la depresión, el adormecimiento y la falta de respuesta hacia los estímulos. Es una sociedad que construye creencias que la llevan a depositar en el afuera la causa de sus carencias.”

“En la constante crítica que el argentino medio realizó durante la segunda mitad del siglo veinte contra las ideologías imperantes: el capitalismo y el comunismo, daría la impresión de haber dejado de lado el hecho de que las ideologías político económicas son construcciones teóricas realizadas por el ser humano y que, como toda creación del hombre, ésta no puede ser diferente a lo que éste es tanto en sus aspectos positivos como en los negativos. Del mismo modo en que se acepta al ser humano como totalidad, las ideologías deben ser aceptadas de manera integral. Cada una de sus polaridades vive gracias a la existencia de la otra.”

Fragmentos del Capítulo “Las Guerras”

“Si nos guiamos por los resultados, durante gran parte del sigo 19 la Argentina fue gobernada por una gran mayoría de funcionarios ineptos que, en lugar de conquistar y unir un territorio de grandes dimensiones, y poblarlo en cantidades equitativas uniendo sus voluntades detrás de un mismo proyecto, generaron profundas divisiones ideológicas  que aún llegan hasta nuestros días y han promovido una distribución despareja de la población y de la riqueza.”

Fragmentos del Capítulo “Las Poblaciones”

“Todos los países del mundo gozan de una distribución demográfica pareja en lo que respecta a sus principales ciudades. Argentina es la única  excepción. No goza de ninguna de las ventajas mencionadas pues todos los caminos conducen y miran hacia Buenos Aires. La concentración poblacional en esta gran urbe llega a niveles absurdos con relación a la totalidad de su población. Los intentos de modificar esta vía en el pasado tuvieron destino de fracaso. Creo que, entre todos los males  históricos que ha padecido, esta sorprendente y gigantesca macrocefalia se ha convertido en el peor obstáculo para su desarrollo.”
“En el siglo 21, cada vez más las máquinas robot serán las que cumplan los trabajos que antaño hacían los brazos humanos, lo que predeciría el hecho de que, en el futuro, la excesiva abundancia de una oferta laboral de estos brazos desencadenaría una irreparable abundancia de pobres. No pareciera existir en el mundo un sistema político económico que pueda solucionar este grave problema sin que medie un freno a la altísima tasa de natalidad que tienen los sectores más empobrecidos de la sociedad.”

Fragmentos del CapítuloLa Extorsión Económica”.

“Caso curioso esta Argentina. Creció agropecuaria, fue el granero del mundo y se enriqueció con ello tanto que llegó a ser el séptimo país más poderoso del planeta. Después, sus políticos se hicieron cargo, década tras década, de desvalorizarla profundamente con el argumento, no exento de validez, del injusto intercambio de nuestros productos primarios por los foráneos productos manufacturados. Mientras tanto, en Australia, con más problemas de infraestructura que la Argentina, debido a su mayor cantidad de territorio y menor cantidad de habitantes, sus políticos construyeron una nación poderosa en el potencial de su campo. Hoy exporta más productos agropecuarios que la Argentina. Nunca renegó ni desvalorizó a ese sector que sigue siendo hoy su principal riqueza. Además, como corresponde a los buenos estrategas, sus gobernantes utilizaron los excedentes de su riqueza agraria, para construir, poco a poco, una industria de excelente tecnología y en continuo crecimiento.”

Fragmentos del Capítulo “El Homestead del Siglo XXI.

“Al igual que las personas, una nación logra curar sus mayores males cuando cambia su propia historia, pues es la compulsión a la repetición la que la lleva a caer, una y otra vez, en los mismos errores del pasado. Si la Argentina no logra corregir la deformación distributiva de los recursos humanos que heredó de sus antecesores, le será muy difícil lograr un progreso firme en un futuro próximo o siquiera lejano.”

Fragmentos del Capítulo “El Pueblo No Es inocente”

“Casi todas las exposiciones y análisis que investigadores realizan sobre el proceso de involución del desarrollo argentino se exculpa generalmente a la población, señalando que ella es una inocente víctima. La identidad de los culpables varía según la ideología del que lo señala: la manipulación de los países poderosos, los  populistas ambiciosos del poder, los perversos conservadores, liberales, fascistas, izquierdistas totalitarios, neoliberales, ingenuos progresistas, políticos corruptos, empresas expoliadoras de la riqueza, extranjeros codiciosos, la curia católica reaccionaria, los militares golpistas, la España colonizadora de los reyes, son sólo algunos de los tantos malvados que pulularon y aún proliferan por el mundo, aparentemente obsesionados por someter a los argentinos. Si aceptáramos sólo una porción de todas estas maquinaciones como probable realidad, resultaría altamente llamativa la cantidad de energía que el mundo insumió e insume en el objetivo de dominar a la Argentina.”

Fragmentos del CapítuloLa Hipocresía Argentina

“Una creencia que encierra una paradoja y esconde una actitud hipócrita, es la de la necesidad y conveniencia de la aparición de un líder, fuerte y popular, para que, justamente, se ocupe de crear y custodiar a las instituciones.

Es que, si este conductor ideal, apareciera, no sería una garantía de desarrollo social y político, pues ocuparía el doble rol de salvador y carcelero al generar la inevitable dependencia que deriva del hecho de que el poder de los líderes no se transfiere. En estas circunstancias, me permito asegurar, sería un imposible pues, para ese hipotético líder, construir buenas instituciones significaría renunciar a su monopolio del bien y con ello, a su estilo de liderazgo fuerte. Por el contrario, el poder de las instituciones se mantiene independientemente de quienes sean los que las conducen.”

“Durante la primera mitad del siglo veinte se propagó la creencia de que la Argentina era tan extremadamente rica que las demás naciones desarrolladas se esforzaban continuamente para lograr su sometimiento y así, poder robarles su riqueza.

Este sentimiento mostró un elevado nivel de narcisismo, los argentinos veían al país como el centro del mundo y, desde un discurso nacionalista, promovían la idea de la necesidad de defenderse de la rapacidad de los de afuera. De este modo, la pobreza existente en la Argentina era el resultado de su sumisión al imperialismo foráneo, por lo que, la oposición al mismo parecía abrir las puertas de acceso a la riqueza nacional. La realidad demostró lo erróneo de esta idea con la experiencia de las posteriores e interminables crisis políticas, económicas y sociales que vivió la Argentina desde 1930, a pesar de haber llevado a cabo una constante oposición y prédica contra el imperialismo capitalista. La adhesión a esa creencia tuvo un nefasto efecto colateral en el ciudadano argentino: se comportó como si su riqueza fuera cierta y gastó siempre a cuenta de la futura abundancia que el discurso megalómano promovía”.

“En general y desde cualquier lugar que uno quiera observar, el argentino transita por una vida ficticia, muy similar a la de un ex rico, que infructuosamente se esfuerza en esconder su devenir en pobre”.

Enrico Udenio esboza un argumento de corrección para modificar nuestro destino de decadencia que parece inexorable y que hasta ahora se cumple a rajatabla. Dentro de poco cumpliremos el primer siglo de decadencia y la Historia nos enseña que cuanto más se demora en la adopción de las correcciones, más difícil es lograrlo. Eso si  se logra. Hay decenas de naciones que nunca lo lograron; y hoy se han transformado  en meras  páginas que recuerdan los libros de la Historia Universal.

Fragmentos de “El Artículo Primero”.

“…para encontrar  el camino que lleve a la Argentina a cumplir con su perdido destino de grandeza, se necesita volver a sus orígenes para, desde allí cambiar la historia. De la misma manera que se sube  una escalera, se puede comenzar ese desafío con el primer peldaño de la misma: hacer realidad el nunca bien cumplido artículo primero de la Constitución del país que dice que La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según lo establece la presente constitución”.

No parece muy desacertado. Para comenzar algo porqué no hacerlo a partir del cumplimiento del  primer artículo de nuestra ley mayor. ADOPTANDO PARA NUESTRO GOBIERNO LA FORMA REPRESENTATIVA, REPUBLICANA Y FEDERAL

lunes, 11 de junio de 2012

Cetedral de Corrientes


                                   INVASIÓN A CORRIENTES EN 1811


Por: Roberto Antonio Lizarazu

La Provincia de Corrientes tuvo varios  pretendientes, pero el más serio de ellos siempre fue Asunción y en varias oportunidades  e intentando varios métodos persuasivos, periódicamente, intentaba arrimar posiciones. En este comentario consideraremos solo uno de esos fallidos intentos, el de 1811, que dura solamente un par de meses.

Por esos días en Asunción gobernaba Bernardo de Velasco con el cargo de Gobernador Intendente de la Provincia del Paraguay.  A principios de abril de 1811 se supo en Asunción el arribo del Virrey Francisco Javier de Elio a Montevideo, con el agregado de que había despachado cinco oficiales y enviado fusiles y municiones en un bergantín y dos faluchos para reforzar la posición militar paraguaya. De acuerdo con el plan que se había trazado, el Gobernador Velasco despachó a Montevideo a uno de sus  lugartenientes de apellido Genovés, y encomendó al catalán Jaime Ferrer un ataque y la  ocupación de  Corrientes, pretendiendo llevar a cabo la antigua y entrañable aspiración paraguaya de poseer Corrientes.

Ferrer se presentó ante el puerto de Corrientes el 7 de abril y pidió a su teniente de gobernador, Elías Galván, la entrega de los buques surtos en el mismo, ordenándole que lanzara un bando dando a los europeos y a sus familias una hora de término para embarcar en dichas naves. Reforzada la posición de Ferrer con los navíos enviados por de Elio, el 9 de abril dirigió un ultimátum a Elías Galván, exigiéndole reconocer la soberanía de Fernando VII y a de Elio como Virrey del Río de la Plata. El pliego fue abierto por el Cabildo pues Galván se había retirado al interior de la provincia para evitar ser aprehendido y  en procura de hombres para organizar la resistencia.  Como veremos luego la resistencia aparece por varios lugares y dirigida por varios patriotas pro Corrientes.

Los cabildantes (regidores) correntinos, que algunos sí se habían quedado,  resolvieron rápidamente el conflicto de poderes con una decisión política acorde a su posición. “Someterse al Gobierno del Paraguay, a nombre de Nuestro Amado Soberano y Sor. Don Fernando Séptimo y reconocer la regencia de España en Indias y al Sr. Don Francisco Javier de Elio  en estos dominios; quedando por este medio en amigable comunicación y alianza con aquella provincia”.  Por supuesto la provincia que quedábamos en amigable comunicación y alianza era Paraguay, pasábamos a depender de ella.

Como contrasentido se puede hacer notar que lo que había aprobado el Cabildo de Corrientes es exactamente lo contrario que lo que había decidido el Cabildo de Buenos aires. No aprobar el nombramiento ni la autoridad como Virrey a de Elio.

El desembarco y ocupación  fue concretada con el apoyo de los europeos residentes, dirigidos por el regidor Félix de los Llanos, los cuales se posesionaron de la ciudad, poniendo el gobierno en manos de un triunvirato de residentes españoles; formado por el ya mencionado Félix de los Llanos, Juan Asencio  Virasoro y Raimundo Molinas.

Pero entre la oficialidad paraguaya apostada en la ciudad de Corrientes, existía un importante grupo de ellos que pertenecían a los autodenominados   “Los colonialistas”. El capitán Blas José Rojas que era uno de los cabecillas del grupo se puso en contacto con el alcalde de primer voto Ángel Fernando Blanco que también por su parte había tomado la dirección de un movimiento de resistencia y había dispuesto que José Ignacio Añasco organizara algunas fuerzas en el interior de la provincia con el objeto de rechazar la ocupación.

Luego de algunas demostraciones de fuerzas más que combates reales, el grupo compuesto por los partidarios de Fernández Blanco, Rojas,  “Los colonialistas”, y el ya regresado Galván, se integra una denominada  “Junta de Asunción” presidida por Rojas, que ordena que el resto de las tropas paraguayas abandonen Corrientes, cosa que se concreta el 30 de mayo de 1811.

El capitán Rojas hace saber al Cabildo y al comandante de armas de la ciudad que “…en lo sucesivo debían observar el mismo régimen y gobierno que tenían anteriormente, subordinando a la propia Exma. Junta de Buenos Aires, como dependiente de aquella ciudad…”. El Capitán Blas Rojas abandonó Corrientes el 6 de junio, quedando nuestra provincia nuevamente bajo la comandancia de Elías Galván.

Los miembros del triunvirato, de los Llanos, Virasoro y Molinas, junto con sus ayudantes y seguidores, todos ellos cabildantes, Manuel Vedoya, Antonio Cueto, Francisco Alvarez Valdés y Luis Niebla, fueron deportados a Córdoba y a Santa Fe. En su reemplazo junto con Ángel Fernández Blanco, Juan José Rolón, Gustavo Ventura López, Juan Ventura López y Juan Francisco Díaz Colodrero, en su carácter de vecinos de Corrientes fueron nombrados por Galván como cabildantes.

Además de la renovación de los integrantes del Cabildo, una de las primeras medidas tomadas y llevada a cabo por Galván dado el estado de indefensión en que se hallaba la ciudad, fue la creación el 16 de diciembre de 1811 del regimiento denominado Caballería Patriótica con la finalidad de la custodia de la planta urbana.

La necesidad de defender Corrientes de pretendientes amigos y de pretendientes enemigos, cosa que Galván repara inmediatamente, se explica por el peligro que significaban los barcos salidos de Montevideo, que se encontraba  en poder del Virrey de Elio, que recorrían el litoral del Paraná. Una de esas expediciones integrada por veintiocho navíos al mando del comandante Manuel de Clemente, llegó el 10 de julio ante Corrientes a la que bombardeó repetidas veces en respuesta a la oposición que encontró al desembarco de tropas enemigas. Hasta el 2 de agosto se mantuvo a la vista de Corrientes bloqueando su puerto, retirándose luego hasta Goya, donde se le agregó a la flotilla comandada por José Aldana que ya se encontraba en el lugar; y exigieron auxilios forzosos ahora a los goyanos que se convirtieron en nuevas e indefensas víctimas, con el argumento de que debían  seguir camino de regreso hacia Montevideo.

Recién ahí Galván por un bando del 7 de agosto, felicita a todo el pueblo correntino por la conducta que había observado y da por restablecida la paz. Además invita a todos los que se habían internado en el territorio de la provincia escapando de los conflictos a regresar a sus lugares habituales.

Fuente Documental:   Academia Nacional de la Historia. Historia de la Nación Argentina. Vol. IV, Historia de las Provincias, Corrientes (1810-1862) por Ángel Acuña. Pag. 249 a 312.

domingo, 10 de junio de 2012



SEGURIDAD O INSEGURIDAD, EQUIDAD O INEQUIDAD

Por: Roberto Antonio Lizarazu

A esta altura de las circunstancias, ya todos  sabemos que los países con mayores  índices de inseguridad, son aquellos que tienen mayor inequidad social. ¿Entonces para que hacemos planes -que además nunca se llevan a cabo- intentando convertir a nuestra crónica inseguridad en una sociedad segura y previsible?; en lugar de pretender arreglar los efectos perniciosos de algo. ¿Nunca se nos puede ocurrir corregir las causas de ese efecto pernicioso? ¿Tan difícil puede resultar entender   esto? La inequidad es la causa y la inseguridad es uno de los tantos efectos de ella.

Existe un conocido coeficiente denominado Gini, que se utiliza  para medir la desigualdad en los ingresos y por ende  la desigualdad de la riqueza de las personas.  En realidad con este sistema se puede medir cualquier forma de distribución desigual. Lo que comúnmente se denomina, entre otras cosas, como inequidad. El coeficiente Gini o de Gini, lleva el nombre de su autor el sociólogo y estadístico italiano Corrado Gini.

Como mencionamos al comienzo, a mayor inequidad mayor inseguridad.
Por ejemplo, en los países africanos, que es el sitio   donde existe la peor distribución de los ingresos, vemos según este coeficiente las siguientes cifras.

Namibia:            70.7
Sudáfrica:          65.0
Lesoto:               63.2
Botswana:          63.0
Sierra Leona:      62.9

Como no existen estadísticas confiables sobre inseguridad en estos países, me atrevería a preguntar a los lectores de este blog,  ¿Si alguno se animaría a caminar solo en horas de la noche, en cualquier ciudad de los sitios arriba mencionados?
En el lado opuesto, los países mejor ubicados según el coeficiente Gini  son:

Portugal:       38.5
Italia:             36.0
España:          32.5
Finlandia:       26.0
Dinamarca:     23.2

Y Suecia: 23.0, que es el país con mejor distribución en los ingresos.  

Dejé por último a nuestro país. Argentina: 51.3

Nosotros estamos ubicados a mitad de camino entre lo bueno y lo malo. Las cifras y la experiencia de otros países no dejan lugar a dudas: la violencia es el precio de la injusticia social. El determinante  de los niveles de violencia social es la diferencia de ingresos entre los que más tienen y los que menos tienen. Entre los más ricos y los más  pobres. Se tiende a agrandar esa brecha y como consecuencia disminuye proporcionalmente la clase media. Vapuleada clase media que era el distintivo de nuestro modelo socio económico de décadas anteriores y el objetivo de pertenecer a ella,  por medio de la movilidad social de las clases menos pudientes. El hijo del obrero podía aspirar, casi siempre por medio de la educación pública, a cambiar de clase.

Es clara la correlación entre los aumentos de homicidios y otros graves delitos con las grandes diferencias de ingresos en las sociedades más violentas. La evidencia proviene de estudios internacionales en países desarrollados y en vías de desarrollo. Las sociedades con mayor inequidad se caracterizan por tener relaciones sociales muy conflictivas: más homicidios, más crímenes, menos confianza, menor participación en la vida comunitaria, más discriminación.

Uno de los factores más relevantes para desencadenar la violencia es que las personas sienten que no se las considera como tal, que  se les falta el respeto como ser humano. Apenas esta percepción se generaliza, la violencia se expande geométricamente. No aumenta solamente entre ricos y pobres, sino también entre los que menos tienen. El viejo planteo: pobres contra pobres. Todos contra todos.

Muchas sociedades tienden a descriminalizar el tema de la inseguridad, es decir abordarlo fundamentalmente como un conflicto social. Por favor no confundir con garantismo ni con abolicionismo, pero si implica responsabilizarnos como ciudadanos  por la flagrante injusticia de la pobreza y también por la de la extrema desigualdad. “La pobreza y la desigualdad son las peores formas de la violencia”. Y esto no es de Karl Marx ni de Friedrich Engels, es una definición que corresponde al absolutamente insospechado de ser un “petardista” o un “tirabombas”, corresponde al  santo de la no violencia,  al Mahatma Gandhi.

Aclaro que Corrado Gini no es socialista ni izquierdista; y la creación de su Coeficiente está exenta de toda sospecha ideológica. Gini es Demócrata Cristiano. Y si deseamos podemos medir estos índices, además del Coeficiente de Gini, ayudados o no, con la Fórmula de Brown, pero los resultados serán casi idénticos y guardan la misma tendencia. A mayor inequidad siempre da mayor inseguridad.

¿Por qué corremos detrás de los efectos sin reparar las causas que pasan frente a nuestras narices? A no ser que existan interesados proyectos de que esto nunca ocurra, y permanezcamos en un “statu quo” muy conveniente para ciertos grupos dirigenciales.