LOS QOMS - DUDAS Y CERTEZAS.
Por: MGTR CARLOS ANDRÉS ORTIZ. Analista
de Temas Económicos y Geopolíticos
Tema
complejo el de los pueblos ancestrales americanos, dudosamente llamados
“originarios”, pues “originario” de América no hay nadie, dado que la ciencia
demostró que esas etnias prexistentes a los primeros europeos que llegaron a
este continente, vinieron desde Asia. Menos “originarios” son los
araucanos/mapuches, que ingresaron como invasores a nuestro territorio en el
siglo XIX, exterminando a tehuelches y huarpes que habitaban en la región del
Comahue y aledaños.
¡Claro que verdades como esta no la cuentan
los promotores del indigenismo cavernario –anarquistas, marxistas, trostkos y
otros “progres”-, que de hecho operan buscando la disolución nacional
argentina! Y es un tema al que se lo hizo complejo adrede, pues la exacerbación
del “indigenismo” como tema tabú y factor de disociación cultural, fue
instalado sin ninguna pizca de inocencia, por acciones de pinzas ejecutadas por
bien rentadas ONGs extranjeras y sus “filiales” argentinas, más las acciones de
zapa de distorsionadores de la historia (como Osvaldo Bayer), y las pléyades de
sociólogos, antropólogos y similares, que instalaron y difundieron en diversos
ámbitos universitarios el “pensamiento políticamente correcto” de la
victimización de los pueblos preexistentes, adosado a la distorsión demonizada
del accionar español en nuestras tierras; todo lo cual fue rápidamente repetido
al hartazgo por comunicadores sociales oportunistas, o de muy chatas
capacidades de análisis crítico, cuando no directamente mercenarios.
Con sutileza, ese hoy “pensamiento indigenista
correcto” fue impuesto por diversas ONGs europeas y norteamericanas, siendo muy
claro que desde los años ’80 del siglo XX, la figura de las ONGs fue creada,
difundida y financiada como poderosa herramienta de las guerras blandas de
sometimiento cultural, insidiosamente impulsadas por las potencias
tradicionales del G 7, y sus socios/subordinados principales. La finalidad muy
clara, es crear la condiciones de quiebre social y cultural profundo e
irremediable, instalando prefabricados odios pseudo raciales muy profundos, que
sirvan posteriormente de excusas perfectas para acciones de disolución nacional,
las que sin duda podrán incluir intervenciones armadas extranjeras, con “fines
humanitarios”.
La usual
táctica hipócrita de “democratizar y pacificar a los bombazos”, aplicada por
las potencias neocolonialistas, en numerosos países en las últimas tres o
cuatro décadas. Curiosamente –o no, según se considere, pues abona a la
confusión conceptual-, varias de las etnias de los pueblos prexistentes, son
llamadas en formas diferentes. Los muy promocionados “mapuches”, eran conocidos
como araucanos (de Arauco, Chile, de donde provienen como invasores y
exterminadores de otros pueblos preexistentes de la Patagonia Argentina );
los “wichis” eran los matacos; a los guaraníes de Misiones hoy se los llama
“mbya” (que serían una de las ramas de la geográficamente extendida etnia
guaraní), los tobas hoy son conocidos como “qoms” (palabra impronunciable en
castellano correcto, para aumentar la confusión).
En todos
los casos, en vez de procurar integrarlos, cierto martilleo “indigenista” busca
perpetuar o incluso crear unas especies de ghetos, a los que se adosa una
amplificada victimización, que tiende a inculcar “culpas” en el resto de la
sociedad. Es una maniobra persistente, cuidadosamente instrumentada con notable
perversión, que busca crear divisiones insanables en la población argentina. Va
a contramano de la integración, que naturalmente por mestizaje y por inclusión
social espontánea, se dio en toda nuestra Iberoamérica, incluyendo también en
los países que por procesos inmigratorios tienen mayorías de poblaciones de
orígenes europeos, como Argentina, Uruguay y Costa Rica.
Muchos
temas para evaluar respecto al “indigenismo”. La violencia y agresividad
creciente de los activistas araucanos/ “mapuches”, azuzados por una provocadora
europea eslava ¿originaria…? de apellido Bullorovsky; los matacos/wichis con
caciques que hablan inglés a la perfección y que –según referencias-
constituyen la mayor concentración de conversos a la Iglesia Anglicana
en Argentina…¿casual?; una acentuación de la separación cultural de los
guaraníes en Misiones, a trasmano de silenciosas tareas de asistencia e
integración efectiva, como la que fuera realizada por el Padre Marquardt años
atrás; los muy marginados tobas/qoms, mayoritariamente autodesplazados de medios
rurales de Formosa y Chaco, y radicados en cordones urbanos de Resistencia y
sobre todo de Rosario, junto a criollos y gringos empobrecidos, en general
lamentables resabios de los años ’90 y precedentes que aun no se han sustraído
de los niveles de pobreza, en algunos casos extrema (pobreza similar a otros
asentamientos en villas de emergencia); situación muy lamentable que para
solucionarse integralmente requiere no solo recursos económicos, sino tareas
gigantescas de educadores, asistentes sociales, etc.
Sin duda que es de elemental solidaridad
humana, y porque no de cristianismo básico, implementar medidas de urgentes
mejoras socio económicas, que deben prever inclusión social y cultural,
facilitando el acceso a la escolaridad en todos sus niveles y también a la Universidad , a los
pocos grupos indígenas aun no integrados social y culturalmente. Mantener y
profundizar situaciones de aislamiento o separación, está en contra de toda
lógica, y actúa perversamente instalando situaciones de disolución social y
nacional.
Uno de los
tantos hechos “curiosos”, es advertir que la prefabricada “bandera”
indigenista, es utilizada por esos grupos separatistas en reemplazo de la
enseña patria argentina. Eso es inadmisible, siendo fogoneado no solo por las
ONGs extranjeras y las locales vinculadas, sino también por ciertos
“intelectuales” sociólogos y similares, contando además con el oportunismo
político denigrantes de ciertas “izquierdas” apátridas y otros politiqueros de
bajo vuelo y nulo patriotismo.
Sería
interesante constatar quienes financian los “congresos”, las movilizaciones y
sus traslados y gastos adicionales; y por caso, la prolongada estadía de varios
activistas instalados en la
Avenida 9 de Julio, en pleno centro de Buenos Aires. ¿De que
viven, y quien cubre mientras tanto las necesidades de sus grupos familiares?
Otro aspecto interesante, es la clara “sobreactuación” de los autopromocionados
caciques u otros dirigentes indigenistas, usando vinchas y otros atuendos que
claramente son anacrónicos (fuera de época) y que hace mucho en sus propias
comunidades habían caído en desuso.
Parece una
puesta en escena, un toque de color, que más que darle le quita visos de
autenticidad a esas profusamente difundidas reuniones y asambleas. ¿Quiénes en
verdad las convocan, quienes las financian, y cuales son sus reales fines
últimos? Respecto a las lamentables muertes por desnutrición crónica,
tuberculosis y otros males de la miseria de un niño toba/qom, y de algunos
familiares del mismo, sin duda cabe coincidir que todo esfuerzo para que no se
repitan debe ser hecho al máximo.
Son
lamentables casos aislados, pero que pueden encontrarse en muchas villas
miseria de pobreza extrema, que no se reducen a poblaciones indígenas u
originarias. Es un tema muy complejo, en el cual existen factores sociales,
económicos, culturales, etc., sin duda de difícil solución, que duelen e hieren
el sentimiento. Curiosamente, el cacique toba/qom que dirige el acampe en Buenos
Aires, parece muy bien alimentado… Pero claramente, la situación de esa minoría
indígena (o de pueblos prexistentes), que se mantiene aislada y padece
necesidades básicas insatisfechas, es utilizada políticamente con fines que no
tienen que ver con lo solidario, precisamente.
Más bien
esas utilizaciones de la foto del niño desnutrido y otras acciones de similar
tenor de difusión, parecerían operar en línea con otro tipo de actitudes, como
la del senador nacional Petcoff Naidenoff, que en un acto de muy dudoso
patriotismo (o más bien de clara traición a la patria), fue al Congreso del
Paraguay, ¡a denunciar a Argentina!, eso en su afán de oponerse a la
instalación de la fábrica química Dioxitex (doble traición, pues se opone al
desarrollo), y entorpecer la instalación de la pequeña central nuclear CAREM,
demonizando y falseando peligros inexistentes, y con ello buscando a la vez
frenar el exitoso y renacido Plan Nuclear Argentino.
¡Claro que
para tan infames tareas, tuvo otros “socios”!, como el verborrágico y
desaprensivo opinador al voleo, que demostró ser el actual obispo de Formosa,
también asociado de hecho al fundamentalismo ultra ecologista. ¿Un obispo
católico haciendo causa común con los neopaganos de la ecolatría? ¡Cosas veredes,
Sancho! Muchos actores y pocas acciones, demostrando que el pobre niño muerto
por la miseria crónica (que lleva décadas, y que claramente es socialmente
mucho más acotada que en los siniestros años ‘90), a muchos solo interesaba
como excusa politiquera de muy baja estofa. Las recomendaciones del Informe
Rockefeller, de 1969, que definió al idioma, historia y religión en común, como
los tres principales factores de unificación de Íbero América, y que por lo
tanto deberían ser atacados por el poder imperial del “gran país del norte”;
están siendo implementadas rigurosamente por el ultra indigenismo fogoneado por
esas ONGs (como la británica Mapuche Nation), y por las huestes de odiadores
seriales de ciertas corrientes sociológicas, antropológicas y similares; que no
casualmente promueven la “necesaria” primacía de las lenguas indígenas sobre el
idioma castellano que a todos nos une; una historia separada y cargada de odios
anti hispanos y de racismo anti caucásico (blanco), dejando en un limbo racial
a las amplias mayorías de poblaciones mestizas que integran nuestros pueblos; y
promueve activamente el resurgimiento de las casi extinguidas religiones o
cultos chamánicos, atacando feroz y sistemáticamente al predominante
catolicismo, pero no a las sectas y/o iglesias diversas que florecieron en las
últimas décadas con abiertas o encubiertas financiaciones de “fundaciones”
extranjeras, básicamente de EEUU y Canadá. Varios de esos cultos chamánicos
incluían sacrificios humanos.
¿Se
ofrecerán como víctimas propiciatorias, esos “progresistas” diversos que tan
entusiastamente promueven el “retorno a las fuentes religiosas originarias”, de
los pocos bolsones de etnias preexistentes, que no se integraron a nuestra
cultura argentina?
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