ULRICO SCHMIDl
Por: Profesor: J.
Bismarck
Observación:
Este comentario previamente fue publicado por el Profesor Bismarck en el
prestigioso portal Revisionistas del General San Martín, en fecha 30 de
noviembre 2015.
Nació en Straubing (Baviera, Alemania) en 1509. Murió en Regensburg (Baviera, Alemania) en 1581.
El alemán Ulrico Schmidl fue uno de los tantos
extranjeros que vino al Río de la
Plata atraído por las leyendas de riqueza de este nuevo mundo
que vaticinaban anteriores expedicionarios. Viajó con la expedición de don Pedro de Mendoza y permaneció en las Indias desde 1534
hasta 1554 cuando volvió a Alemania instado por su hermano a repatriarse de la Asunción.
En 1567 Ulrico Schmidl publica en Baviera el texto
que relata sus vivencias, el cual lleva como título: Verídica descripción de varias
navegaciones como también de muchas partes desconocidas, islas, reinos y
ciudades... también de muchos peligros, peleas y escaramuzas entre ellos y los
nuestros, tanto por tierra como por mar, ocurridos de una manera
extraordinaria, así como de la naturaleza y costumbres horriblemente singulares
de los antropófagos, que nunca han sido descriptas en otras historias o
crónicas, bien registradas o anotadas para utilidad pública.
El título cifra el relato y permite leer las
operaciones y los conflictos que lo recorren. La clave de abordaje parece
resonar en las primeras palabras: la descripción se ofrece como operador de
legibilidad del texto y como garante de la veracidad del mismo.
El texto se funda, por lo tanto, en lo exhaustivo, y
el detalle son delineadores de la descripción, la extensión apunta a dejar en
claro la dificultad de describirlo todo: el recorte salta a la vista en los
puntos suspensivos, la selección en la enumeración elegida. E inmediatamente el
conflicto pronominal, la confusión que pudo significar para el lector de esta
primera edición la referida lucha “entre ellos y los nuestros”. Asistimos desde el comienzo a la
dificultad que supone para Ulrico Schmidl su extranjería.
Ulrico debe demostrar simultáneamente la dilación de su carácter de
extranjero entre los españoles, la reafirmación de su españolidad entre los
indios, así como la perduración de su carácter alemán, el cual se patenta en la
lengua y en ciertas referencias, entre sus conciudadanos y futuros lectores
inmediatos de su texto.
Schmidl
se esfuerza por demostrar su vasallaje al monarca español a través de su
fidelidad al capitán que, según él, actúa para el bien de España, Domingo de
Irala.
Si el accionar de los
soldados españoles (dentro de los que se incluye) para con los indios y para
con Alvar Nuñez Cabeza de Vaca se halla validado en defensa de los intereses de
España. Este alemán,
integró en calidad de landsknecht (mercenario) la expedición del adelantado don
Pedro de Mendoza al Río de la
Plata. Fue la más aventura grande que salió de España con
fines de colonización luego del descubrimiento del Río de la Plata , estaba compuesta por
16 naves y 2500 hombres y partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda (España)
el 24 de agosto de 1534.
Llegada la
expedición a estas geografías, Ulrico (a quien llamaban Utz) asistió a la
fundación de Buenos Aires. Entre 1536 y 1537 participó de la expedición de
Ayolas, con quien remontó los ríos Paraná y Paraguay, y que culminó con la
fundación de Asunción. Más tarde, bajo el mando de Martínez de Irala, exploró
el Chaco y llegó hasta el Alto Perú.
Schmidl pasó
casi 20 años en las nuevas posesiones españolas, hasta que logró el permiso
oficial para regresar a su país. Llevaba la comisión del gobernador Martínez de
Irala de poner en manos del Rey un detallado informe de los principales
acontecimientos de su administración.
Cumplida la
orden, Ulrico marchó a Sevilla, y de allí a Amberes. En esta ciudad, redactó la
crónica de sus aventuras en América, en una obra que apareció en 1567 y que se
llamó Derrotero y viaje a España y las Indias (El manuscrito original se conserva en
Sttugart, y fue hallado en 1893).
El escrito,
por el que algunos estudiosos lo llamaron "el
primer historiador del Río de la Plata " (aunque en
realidad su obra fue posterior a una de igual tenor, escrita por Pedro
Hernández y publicada doce años antes que la de Schmidl), contiene numerosas
referencias a la vida de los conquistadores en nuestro país.
Así, por ejemplo, Ulrico
recuerda que: "la gente no tenía qué comer y se moría de hambre y padecía
gran escasez. También se llegó al extremo de que los caballos no daban
servicio. Fue tal la pena y el desastre del hambre que no bastaron ni ratas, ni
ratones, víboras y otras sabandijas; también los zapatos y cueros, todo tuvo
que ser comido.
(...) “Sucedió
que tres españoles habían hurtado un caballo y se lo comieron a escondidas; y
eso se supo; así se los prendió y se les dio tormento para que confesaran tal
hecho; así fue pronunciada la sentencia que a los tres susodichos españoles se
los condenara y ajusticiara y se los colgara en una horca. Así se cumplió esto
y se los colgó en una horca. Ni bien se los había ajusticiado y cada cual se
fue a su casa y se hizo noche, aconteció la misma noche por parte de otros
españoles que ellos han cortado los muslos y unos pedazos de carne del cuerpo y
los han llevado a su alojamiento y comido. También ha ocurrido que un español
se ha comido su propio hermano que estaba muerto."
Estos y otros
relatos de la obra de Schmidl, que, si bien contiene errores, es una evocación
magnífica de los sucesos acaecidos a su vista, permitieron a decenas de
historiadores posteriores componer un cuadro de situación más o menos
aproximado de lo que fueron los primeros años de Buenos Aires (o "Wonass
Eiress", según la transcripción que hizo de la fonética española) y de su
sociedad, de la guerra contra los indígenas y del esfuerzo que supuso la
conquista para los españoles.
Posteriormente,
Schmidl regresó a Straubing, donde fue consejero municipal, antes de tener que
huir perseguido por los reformistas luteranos. Marchó a Regensburg, una ciudad
vecina, donde residió hasta su muerte, acaecida en 1581.
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