Caricatura de Estanislao del Campo |
Por Roberto
Antonio Lizarazu
“Anastasio el Pollo” era el seudónimo literario de Estanislao del
Campo, pero sus amigos de toda la vida, como Vicente Fidel López, Hilario
Ascasubi (Aniceto el Gallo), Carlos Guido y Spano o José Hernández por ejemplo,
cuando se dirigían a él, o cuando hablaban entre ellos, directamente lo
llamaban Anastasio. El autor literario había sido
suplantado por su propio seudónimo. En realidad el comienza a
firmar Anastasio el Pollo en homenaje y de común acuerdo con su
amigo Hilario Ascasubi cuyo alias era “El Gallo”.
Generalmente
los creadores y sobre todo los literarios, o musicales adquieren el
reconocimiento post mortem; y sus obras son apreciadas y valoradas con el
transcurso de los años. Con Estanislao del Campo ocurre a la inversa.
La
aceptación que goza en la sociedad porteña en la década 1870 y 1880 es enorme y
sus obras tienen tirajes editoriales impensados. El lector porteño lo prefería
y lo reclamaba. Sus obras fueron best seller durante dos lustros y adaptadas al
teatro burlesco y circense. Su “Fausto”
compitió de igual a igual, tiempo después en ese terreno, con la
adaptación del consagrado “Juan Moreira” de Eduardo
Gutiérrez.
Don
Estanislao del Campo Maciel y Luna Brizuela, que así era el nombre completo de
nuestro escritor, acorde a los usos del momento, nace en Buenos Aires el 7 de
febrero de 1834 y fallece en la misma ciudad, muy joven y en pleno éxito de
fama literaria, el 6 de noviembre de 1880. Fue tan llamativa su aparición como
entusiasta fue la crítica literaria; sobre todo de su “Fausto” que dos
referentes de nuestra cultura como Pedro Goyena y Eduardo Wilde participan de
una histórica polémica sobre los méritos de la obra de Del Campo que duró nada
menos que un lustro.
Pedro Goyena y Eduardo Wilde consumieron litros de tinta,
para jamás ponerse de acuerdo entre ellos de los méritos y deméritos literarios
de Del Campo y sobre todo de su “Fausto”.
Toda esta
polémica mantenida a través de varios diarios, lo único que hacía era aumentar
la vigencia del “Fausto” y mantenerlo sobre el tapete de la actualidad e
incrementar su venta. Para tener una noción de ello, “Fausto” que no era la primera obra de Del Campo y que fuera
realizada con el mismo sistema de construcción que una anterior, si la
comparáramos con la “Vuelta de
Martín Fierro”, que tampoco era la primera obra de José Hernández. “Fausto” vende 2.500 ejemplares en seis
meses, récord absoluto por muchos años, contra 1.500 en igual tiempo de “La Vuelta ”. Ambas en sus primeras ediciones. Las
publicaciones de las dos obras no fueron simultáneas, pero sirve para comparar
la expectativa creada y la demanda sobre las mismas.
Del Campo y Hernández, eran amigos de toda la vida. Ambos eran autonomistas alsinistas. Tan amigo que Hernández es uno de los oradores que despiden los restos de del Campo y también uno de los que participa activamente en la polémica Goyena-Wilde. Lo que ocurría era que Goyena estaba en acuerdo con algunas características y en desacuerdo con otras y Wilde exactamente igual. En cambio Hernández siempre estaba de acuerdo en todos los aspectos con Del Campo, de quién además, reitero, era amigo de siempre.
En un
párrafo anterior menciono que del Campo usa el mismo sistema para escribir “Fausto” que anteriormente usara para
otra obra, esta es, “Carta de Anastasio el Pollo sobre el Beneficio de la Sra. La Grúa”.
Este sistema constituía en ver una obra de teatro en compañía de amigos y
luego escribir sobre ello. El 11 de agosto de 1857 concurrió al antiguo
edificio del teatro Colón ubicado entre las calles Reconquista y 25 de Mayo en la Plaza de la Victoria para presenciar “Safo” de Giovanni Pacini. De esta
experiencia publicó en el diario “Los
Debates” fundado y dirigido por
Bartolomé Mitre, la “Carta de Anastasio
el Pollo sobre el Beneficio de la
Sra. La Grúa” que
mencionamos. Lo hizo en versos gauchescos octosílabos con un rotundo éxito. El
argumento de “Safo” , al margen de la
exquisita música de Pacini, es una tragedia lírica en tres partes de gran valor
musical, pero es un dramón insufrible donde no queda en pié ni los
acomodadores. Del Campo lo toma a la chacota y recrea unos versos gauchescos
octosílabos imperdibles.
El 24 de
agosto de 1866, se estrenó en Buenos Aires la famosa obra teatral “Fausto” de Gounod con libreto de Michel
Carrié y J. Barbier, en el antiguo Teatro Colón. A esta inauguración concurrió
del Campo y un nutrido grupo de amigos. A continuación y sirviéndole de línea
argumental para su “Fausto” escribe
en pocas semanas su máxima obra. Todo el mundillo intelectual de Buenos Aires,
ya estaba enterado que Del Campo se encontraba abocado a hacer con “Fausto” lo
mismo que había hecho con “Safo”,
tomarlo a la chacota.
Sus
otras actividades. Pero
para del Campo no todo fueron versos gauchescos. Su educación la realiza en la
tradicional Academia Porteña Federal, un instituto laico que estaba ubicada en
las actuales calle Florida entre Sarmiento y Cangallo, donde concurrían los
hijos de la clase acomodada porteña de ese entonces. Faltan aún dos décadas
para que el Colegio Nacional de Buenos Aires, ocupara ese espacio educativo.
Por otra parte como la
Academia Porteña Federal no contaba con régimen de internado
los alumnos provincianos necesariamente debían concurrir a los colegios
religiosos que si ofrecían ese servicio.
En 1852 lo
vemos a del Campo tomar partido en la defensa de la ciudad cuando el General
Lagos la sitió y fue por un breve período Teniente de Infantería. El 1 de
diciembre de 1852, con solo 18 años de edad, Estanislao del Campo fue uno de
los más animosos defensores del cantón “Patria o Muerte” ubicado en las
actuales calles de Juncal y Esmeralda donde Lagos (enviado por Urquiza) no pudo
pasar. Mas tarde fue secretario de la Cámara de Diputados cuando ya militaba
activamente en las filas del autonomismo alsinista. En 1858 es designado por el
Gobernador de Buenos Aires Valentín Alsina como secretario privado, alternando
la carrera administrativa de la gobernación con las más animadas acciones de
Cepeda (1859) y Pavón (1861) donde se batió con el entusiasmo que correspondía
a la circunstancia y a sus ideas políticas. En 1861 llega a Capitán
y en 1874 es ascendido a Teniente Coronel participando en la campaña con motivo
de las acciones revolucionarias de ese año. Esos enfrentamientos de 1874 correspondieron a los motivados por la federalización de Buenos Aires.
Luego tiene
una corta actuación como diputado nacional por Buenos Aires representando al
Partido Autonomista Nacional y al terminar su mandato fue nombrado
Oficial Mayor del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires. Estos dos últimos cargos los cumplimentó con la escrupulosidad y
competencia que lo caracterizaba.
Otras
obras literarias.
Sus
primeras publicaciones son como colaborador de varios periódicos y revistas,
donde publica versos dentro de la línea del romanticismo. Edita en 1856 en las
revistas “El Recuerdo” y en “El Estímulo” donde mantiene esa tendencia
literaria; y luego en el ya mencionado “Los Debates” de Bartolomé Mitre, donde
modifica totalmente su estilo de expresión, cambiando al estilo gauchesco. En
“Los Debates” demás de la sátira de “Safo” escribe “El Ferrocarril del Oeste en
la Plaza del
Parque” que son unas desopilantes décimas referidas al viaje de La Porteña desde El Parque
hasta La Floresta.
Finalmente
en 1878, en la que resultó ser la última incursión literaria Del
Campo, dado que fallece en 1880, deja de lado el estilo gauchesco y vuelve a
sus raíces románticas; publicando “Poesías” con prólogo de José
Mármol. En esta oportunidad comentamos sobre El Pollo, y si Dios quiere, a la brevedad lo haremos con El Gallo.
Cuando
comenté sobre Anastasio el Pollo, prometí que complementaría esa nota con una
referida a Hilario Ascasubi o Aniceto El Gallo. Antes de hacerlo me voy a
permitir comentarles este inusual caso referido a El Pollo, que por sus
extrañas características, considero merece ser divulgado.
Tal
como había escrito más arriba, Estanislao del Campo había
participado como combatiente en Cepeda (1859) y en Pavón el 17 de septiembre de
1861. En esta última participa con el grado de Capitán del primer batallón del
Regimiento Nº 4, bajo la órdenes del doctor Adolfo Alsina, quién
con el grado de Coronel comandaba la denominada Brigada Autonomista, que
dependía de la
Guardia Nacional de Buenos Aires dirigida por Mitre. En
la vereda opuesta se encontraban Santiago Derqui, presidente de la Confederación Argentina
y Urquiza como Comandante de esas fuerzas. Como sabemos cuando la suerte de la
batalla estaba lejos de definirse, inexplicablemente Urquiza se retira
hacia Entre Ríos con su Estado Mayor y con el grueso de la caballería
entrerriana, dejando el triunfo en manos de Mitre y su bando.
Estanislao
del Campo, que queda del lado de los vencedores, escribe en versos gauchescos
una obra muy poco conocida: “Parte
del General Vencido”, que se lo dedica a Derqui. A su vez, escribe
otra versión sin firmar, figurando como autor anónimo, con el objeto de
entretener a la tropa. Esta segunda versión se encontraba hasta hace unos
años en el archivo de la colección privada de documentos del doctor Isidoro
J. Ruiz Moreno. Por supuesto yo jamás tuve oportunidad de leerla. Tengo
conocimiento de algunos privilegiados colegas que pudieron leerla,
pero no copiarla porque estaba prohibido por su propietario. Es muy
zafada y llena de malas palabras con giros de doble sentido, que se
usaban en ese momento y adecuados para una ronda de fogón, pero de ninguna
manera para ser reproducidos en este portal.
Simplemente
Estanislao del Campo hizo con su Parte
del General Vencido, la maniobra comúnmente denominada como La Gran Aristóteles. Una versión
exotérica para el gran público y otra versión esotérica para leerse en los
fogones de su regimiento de la Brigada Autonomista.
Tengo
mis serias dudas que Estanislao del Campo hubiese estado orgulloso de ser el
autor de esa segunda obra, porque no la firmó, y ni siquiera la firmó
como Anastasio El Pollo, pero que fue el padre de la criatura, en su época
nunca hubo la menor duda, y por lo que tengo entendido nunca nadie puso, hasta
ahora, en duda quien es el autor de esos versos anónimos. Fue Estanislao
del Campo.
Si
reproduciré algunos pocos versos de la versión que podríamos llamar
normal, que es la que se publicó con la firma de Anastasio El Pollo y que guarda la típica forma
gauchesca que inmortalizó a su autor.
El Parte del General Vencido comienza con la explicación que Urquiza le hace a Derqui de su retirada a Entre Ríos.
Triste es, señor presidente
Para el que firma esta nota
Dar cuenta de la derrota
Descomunal de Pavón.
Y más que triste, horroroso
Tener que participarle
Que pronto van a quitarle
Banda, elástico y bastón.
Para el que firma esta nota
Dar cuenta de la derrota
Descomunal de Pavón.
Y más que triste, horroroso
Tener que participarle
Que pronto van a quitarle
Banda, elástico y bastón.
Sepa, señor presidente,
Que el tal Mitre es un gran zorro
Que me ha hecho apretar el gorro
Como a un milico vulgar
Y abra el ojo que le queda
Sin despreciar la advertencia
Y de gracias Vuecelencia
Si se lo puede apretar.
Luego
de estas explicaciones de Urquiza a Derqui -que es más extensa- Anastasio El Pollo, describe los prolegómenos
de la batalla en sí, y
continúa con la modalidad de que Urquiza siga informando
a Derqui.
Me dijeron que como un buitre
Se viene volando Mitre
Sin pararse a descansar.
Se viene volando Mitre
Sin pararse a descansar.
Y ya salté a mi caballo,
Y ya hice atar mis cañones,
Y ya escaloné escuadrones
Y ya empecé a proclamar,
Y ya tendí mis guerrillas.
Y ya puse las baterías,
Y ya hice las punterías,
Y ya hice un ala avanzar,
Y ya di la orden de degüello,
Y ya saqué a la luz mi espada
Y ya vi a la porteñada
Y ya me empecé a asustar.
Y ya hice atar mis cañones,
Y ya escaloné escuadrones
Y ya empecé a proclamar,
Y ya tendí mis guerrillas.
Y ya puse las baterías,
Y ya hice las punterías,
Y ya hice un ala avanzar,
Y ya di la orden de degüello,
Y ya saqué a la luz mi espada
Y ya vi a la porteñada
Y ya me empecé a asustar.
Pero en este mismo instante
Los salvajes batallones
Debajo de mis cañones
Vinieron a desplegar;
Casi todos guante blanco
Riéndose y fumando habanos
Y una legión de italianos
Imposible de aguantar.
Los salvajes batallones
Debajo de mis cañones
Vinieron a desplegar;
Casi todos guante blanco
Riéndose y fumando habanos
Y una legión de italianos
Imposible de aguantar.
La famosa infantería
Que trajo deLa Tablada
No me ha servido de nada
Más bien de estorbo, señor;
Y en cuanto a la artillería
Del infeliz de mi yerno
Puede también irse al cuerno
Porque no he visto cosa peor.
Que trajo de
No
Más bien de estorbo, señor;
Y en cuanto a la artillería
Del infeliz de mi yerno
Puede también irse al cuerno
Porque no he visto cosa peor.
Le aseguro a Vuecelencia
Que el batallón Rosa Guerra,
Pudo conquistar su tierra,
Si así sus infantes son.
Y que esas mismas niñitas,
Según es mi artillería,
Pueden venir cualquier día
Y no dejarme un cañón.
Que el batallón Rosa Guerra,
Pudo conquistar su tierra,
Si así sus infantes son.
Y que esas mismas niñitas,
Según es mi artillería,
Pueden venir cualquier día
Y no dejarme un cañón.
Los porteños y extranjeros,
Que para vestir sus tropas
Por poco no les dan ropas
De terciopelo y tisú,
¿No reirán como unos locos
Al ver a esa mascarada
Bonetuda y colorada
Por las calles del Perú?
Que para vestir sus tropas
Por poco no les dan ropas
De terciopelo y tisú,
¿No reirán como unos locos
Al ver a esa mascarada
Bonetuda y colorada
Por las calles del Perú?
Observaciones
Y abra el ojo que le queda. Es una burla a Derqui, cuyo mote era: El Tuerto.
Del infeliz de mi yerno. El yerno de Urquiza era el Coronel Simón Santa Cruz, hijo del
Gran Mariscal de Zepita, Andrés Santa Cruz, quien había sido presidente de la Confederación Peruano-
Boliviana y que tantos inconvenientes trajera con su enfrentamiento a la Confederación Argentina ,
durante el segundo gobierno de Rosas.
Que para vestir sus tropas. Los batallones porteños, incluido el de
Estanislao del Campo, habían sido uniformados con ropa adquirida de sobrantes
de la Guerra
de Crimea, con unos mamelucos y bonetes colorinches usados por las tropas
otomanas. Anastasio El Pollo, se burla de si mismo.
Por las calles del Perú. Se refiere a la calle Perú.
La legión de italianos. Era la que comandaba Juan Bautista Charlone, compuesta en su gran mayoría por curtidos veteranos de origen itálico, y de gran efectividad en batalla.
Que el batallón Rosa Guerra. Está referido a la escuela de señoritas de la
notable educadora y poetisa Rosa Guerra, autora de la obra Clemencia de 1862 y considerada
la primera autora teatral de nuestro país.
Finalmente el Parte del General Vencido, termina con unos consejos a Derqui, como despedida. Los últimos versos de esos consejos son:
Y en tanto aproveche el tiempo
En preparar su maleta
Sin olvidar la limeta
Y diez panes de jabón.
Aunque sea de miedoso
Para el agua como un gato
Zambúllase como un pato
Y atraviese el Paraná.
En preparar su maleta
Sin olvidar la limeta
Y diez panes de jabón.
Aunque sea de miedoso
Para el agua como un gato
Zambúllase como un pato
Y atraviese el Paraná.
Que aunque no embolse millones
Lo primero es la existencia.
Adiós pues, querido amigo
Y compadre presidente,
Dios lo saque felizmente
De entre este berenjenal,
Y eleve el presente parte,
Aunque sea un sacrificio,
Con el consiguiente oficio
Al Congreso Nacional.
Fuente: Historia de la Literatura Argentina. Los Gauchescos. II,
Estanislao del Campo. Kraft, 1957.
Bibliografía
General. Vida de Anastasio
el Pollo, Manuel Mujica Láinez, 1948.
Obras
Completas de Estanislao del Campo. Prólogo de Jorge Luís Borges, Ediciones El
Ateneo, Buenos Aires, 1953.