Por: Roberto Antonio Lizarazu
La revolución que puso fin al régimen asambleísta del General Carlos María de Alvear, que
gobernó como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata pocos meses,
desde el 11 de enero de 1815 hasta el 16 de abril del mismo año, produce
un hecho histórico ajeno al del derrocamiento alvearista en sí. Es verdad
que sobre este controvertido hecho del izamiento por primera vez de
la bandera azul y blanca, varios autores opinan de manera diferente y dan por
ocurrido el mismo suceso en otras oportunidades y bajo otras circunstancias,
pero otros tantos autores, fundados en Diarios personales y Memorias de varios
testigos presenciales de la mencionada Revolución de abril de 1815, dan por
verdadero el hecho que nos ocupa en este comentario: el comienzo de la
utilización en Buenos Aires de la bandera azul y blanca.
Probablemente el autor que más haya profundizado sobre este aspecto de nuestra historia, haya sido Dardo Corvalán Mendilaharzu, quien en su obra Los Símbolos Patrios, publicado en
¿Y entonces cual bandera usábamos hasta ese momento? Muy
sencillo, la que siempre habíamos usado, la española. Como veremos más adelante
el día de la Revolución ,
varios personajes pretendieron utilizar la bandera inglesa con el objeto de
obtener protección, lo que hace muy factible que ese día en pleno fragote se
hayan usado las banderas españolas y las inglesas en algunos edificios y la
azul y blanca por primera vez en el Fuerte y en la Plaza de la Victoria , de acuerdo al
bando que había tomado el lugar. Veamos que tiene Corvalán Mendilaharzu
para ilustrarnos.
Pero
previamente para intentar comprender los hechos, nos detendremos en la Revolución de abril de
1815 y como culminación de ella veremos flamear por primera vez en el
Fuerte de Buenos aires nuestra bandera. La misma y generalizada oposición
que había sufrido Gervasio Antonio de Posadas en el cargo de Director Supremo
de las Provincias Unidas del Río de la
Plata desde el 31.01.1814 hasta el 10.01.1815; oposición
que en esa fecha lo había obligado a renunciar, dejando el cargo de
Director Supremo en manos de su sobrino Carlos María de Alvear, es la que
hereda a partir de ese momento. El régimen asambleísta y netamente unitario del
Directorio, iba a contrapelo de los principios originarios por la que se habían
realizado los sucesos de mayo de 1810. No tenían el apoyo mayoritario de la
ciudadanía que pretendía otra forma de gobierno y sobre todo otra manera más
equitativa y equilibrada de representación. Un sistema federal que sume a las
provincias sin restar a nadie.
Este malestar finaliza en una revolución para intentar cambiar la
modalidad de la forma de gobierno, siendo ese golpe cívico militar el del 15 y
16 de abril de 1815. No voy a detallar la revolución en sí, por que lo que
intento en este comentario es contar, una sola de sus consecuencias,
probablemente la más importante de sus consecuencias, el comienzo
del uso de nuestra bandera azul y blanca en la ciudad de Buenos Aires.
Digno
broche de esta revolución fue el suceso recordado por Juan Manuel Beruti en sus
clásicas Memorias, tantas
veces citadas y utilizadas por los ensayistas. Dice así: “Ese mismo día, el 17 de abril de 1815,
amaneció puesta en el asta de la fortaleza, la bandera de la patria, azul
y blanca, primera vez que en ella se puso, pues hasta entonces no se
ponía otra sino la española; cuya bandera la hizo poner el comandante de la
fortaleza que el día anterior fue nombrado por Soler para su cuidado y defensa;
el coronel Dn. Antonio Luís Beruti, con la cual se entusiasmó sobremanera el
pueblo en su defensa, y desde ese día ya no se pone otra sino la de la Patria.”
En este punto conviene aclarar algunos detalles. Juan Manuel
Beruti, el autor de estas Memorias,
es hermano mayor de Antonio Luís Beruti, quien juntamente con
French integraron el grupo de Los
Chisperos, de activa participación en los días de mayo de 1810 y
quien tiene una destacada actuación militar en la Guerra de la Independencia.
Probablemente una de sus intervenciones más relevantes haya sido en
Chacabuco bajo las directas órdenes de San Martín.
Toda
la familia Beruti vivía en la actual calle Defensa al 200, a una cuadra del
Fuerte, y Juan Manuel efectivamente debe haber visto lo que dice que vio. Es
verdad que lo que menciona resalta la figura de su hermano Antonio Luís, pero
razonablemente no se debería dudar de sus escritos en este aspecto. Por otra
parte, como veremos más adelante, su observación es corroborada por otros
testigos.
En
el párrafo que sigue, se despacha a gusto contra Alvear, del cual, ambos
hermanos Beruti eran enemigos políticos declarados. Ambos eran partidarios del
partido político de Los
Segregatistas, de tendencia republicana y federal y Alvear
respondía en última instancia a la Logia Lautaro y era apoyado por el partido de Los Congresales.
Juan Manuel Beruti continúa en sus Memorias diciendo: “Así terminó la inaveniencia (sic) causada por Alvear; este hombre loco por su
ambición de mando, perdió su honor, grados y patria para siempre, dejando un
nombre de tirano ambicioso y un odio execrable en la historia de las Provincias
Unidas, como el de Catilina en Roma, pues de éste a su persona y hechos no hay
diferencia.”
Esta información está corroborada por el oficio del 5 de mayo de
1815, que el cónsul norteamericano en Buenos Aires, Thomas Lloyd Halsey,
dirigió a James Monroe informándole de los sucesos que habían determinado
la caída del régimen asambleísta. En dicho oficio detalla: “Desde entonces ha estado tremolando la bandera de la Patria.”
Por
otra parte en la obra de Martín Matheu “Biografía de Domingo Matheu”, Buenos
Aires, 1914. En esta obra Martín Matheu transcribe partes de una Memoria que
escribiera su padre Domingo Matheu y que nunca fueran publicadas completas.
Solo quedan algunas partes levantadas por terceros, entre ellos su hijo Martín.
Escribe Domingo Matheu: “… el caso es
que ante el peligro que amenazaba, algunos se preocuparon por mostrar una
bandera para la revolución actual, y alguno sopló ¡La Inglesa ! y coincide que en
esos momentos el jefe de estación propone bajar tropas y enarbolar como símbolo
de protección deferida a la gloriosa ciudad en aquel trance, pero en los
mayores conflictos este pueblo tiene un instinto, intuición o claridades, que
una vez que otra han lucido algunos de los muchos repúblicos elevados –las
eminencias de nuestros fatales partidismos- así es que unísonos gritaron ¡Nada
de la Inglaterra !,
solos y con nuestra bandera”.
Que patriotas que supimos tener. Prefirieron estar desprotegidos
pero bajo la bandera de la patria, que protegidos por la bandera de Inglaterra.
Así fue como se izara por primera vez en el Fuerte la bandera argentina, el
17 de abril de 1815.
No hay comentarios:
Publicar un comentario