JUAN DE GARAY
Por: Profesor J.Bismarck
Juan de Garay, vizcaíno nacido en
la aldea de Villalba de Losa, arribó al Perú, muy joven, en 1545, traído por su tío
el licenciado Pedro de Zárate, quien se ocupó de su educación y carrera
militar. En estas tierras participó en la conquista y población de Tucumán y en
la fundación de Santa Cruz de la
Sierra , permaneciendo allí hasta 1568, fecha en la que marchó
a Asunción donde desempeñaría importantes cargos. Viendo los inconvenientes y
dificultades en las comunicaciones dentro del Virreinato del Perú consiguió que
el Gobernador Martín Suárez de Toledo le otorgara el poder para llevar adelante
su idea de “Abrir puertas a la tierra”: (expresión usada por Juan de Garay que
hace referencia a su propósito de fundar ciudades para romper con el
aislamiento de Asunción, ciudad desde donde parte con su expedición,
conectándola no sólo con la salida al mar para ir a España, sino también con el
Alto Perú, centro político y económico.)
No es sólo una expresión
exclusiva de Garay sino que forma parte de la estrategia promovida por los
funcionarios españoles para la conquista y colonización de esta parte del
continente.
El domingo 23 de noviembre del
año 1572 se anunció por un bando en la
Plaza de Asunción que aguas abajo del Paraná, se fundaría un
pueblo de hasta ochenta capitanes (con sus respectivas armas y los pertrechos
necesarios para su subsistencia), y que marcharía con ellos como capitán Juan
de Garay; se daba plazo de cuarenta días para proveerse de lo necesario a los
que se anotaran en la lista que confeccionaba un escribano. Setenta y cinco “mancebos de la tierra” y cinco
españoles acompañaron a Garay en esta empresa, así lo expresa Zapata Gollán “los que salieron para fundar Santa Fe no
tenían ante sus ojos los espejismos de grandezas y tesoros que alucinaban a
otros. Santa Fe iba a ser sólo una ciudad del camino: una posta en la ruta a
Buenos Aires y en la ruta al Perú. Santa Fe iba a ser una encrucijada”.
El objetivo fue señalar y
asegurar el camino que uniera a las poblaciones dispersas en los dilatados
territorios de América, desde el Paraguay hasta el Perú a través de la búsqueda
de dos vías de comunicación: una marítima y otra terrestre. Juan de
Garay salió de Asunción el 14 de abril de 1573 en un bergantín construido en
esa ciudad, con la escolta que llevaba preso a España a Felipe de Cáceres. La
expedición fundadora estaba dividida en dos contingentes: uno marchaba por tierra siguiendo la margen
izquierda del Paraná para evitar, de este modo, los bosques del Chaco; este
grupo estaba a cargo de Francisco de Sierra. Viajaban con carretas, ganado vacuno y cincuenta y cinco
caballos arreados por un grupo de indígenas.
Esta tropa que marchaba penosamente por tierra, abriendo
camino y vadeando arroyos y ríos, no pudo andar más de dos o tres leguas
diarias. El resto de la expedición, encabezada por Garay, venía por el río: lo
hacen en un bergantín grande, cinco barcas y unas balsas construidas con canoas
unidas por medio de un entarimado, ellos llevaban las municiones y los
bastimentos necesarios para fundar una población .
Según el poder y comisión dado
por el Gobernador Martín Suárez de Toledo a Garay , “llevan
muchas armas y municiones e mucho número de caballos, bastimentos, ganados,
plantas, semillas, gente de servicio, fragua e todos los demás pertrechos necesarios”, venían con sus mujeres y
sus hijos y hasta hubo algún nacimiento en el camino.
Ambos grupos se encuentran y
hacen campamento provisorio en la actual Colonia Cayastá en el mes de julio, tomando
posesión real y efectiva de la llamada “Provincia
de los Timbúes”; Garay continúa
su viaje más al sur buscando un lugar propicio para la fundación de la ciudad y se encuentra con Jerónimo
Luis de Cabrera, fundador de Córdoba, quien se dirigía al norte después de
haber fundado el puerto de San Luis, sobre el Paraná, como salida fluvial de la
ciudad de Córdoba. Este hecho provocó problemas jurisdiccionales entre
ambas ciudades; por ello, Garay, obligado por las circunstancias, regresa el 30
de septiembre al sitio de Cayastá, donde le esperaba el resto de la expedición
y funda, el domingo 15 de noviembre del
año 1573, la ciudad a orillas del río de los Quiloazas.
En 1580, Garay funda Buenos
Aires: así la conquista y colonización del Río de la Plata , se hizo, como expresa
Zapata Gollán “desde el corazón de la
selva del Paraguay, hacia el Atlántico, realizando en sentido inverso, con un
puñado de criollos, lo que no pudo realizar desde el Atlántico don Pedro de
Mendoza. Paraguay, convertido en un centro de expansión se proyecta aguas abajo
del Paraná, y con la fundación de Santa Fe primero y luego la de Buenos Aires,
traza una zona marginal que estabiliza y consolida el dominio de España en una
vasta región codiciada por la corona de Portugal”.
Es importante destacar que Juan
de Garay traía consigo en su expedición el Estandarte o Pendón Real, adornado
con las armas reales escudo de Felipe II a fecha de 1573- y guardado celosamente en la casa del
Alférez Real.
En el mes de enero de 1582 Juan
de Garay se encontraba en Buenos Aires de regreso de una expedición que había
realizado hacia el sur de esa provincia. En diciembre de ese año se embarcó
para Santa Fe “pasando un tiempo con los
suyos a quienes ya no volvería a
ver”, dice Leoncio Gianello en su “Historia de Santa Fe”.
El 9 de marzo de 1583 Garay se
embarcó en Buenos Aires con algunos de los hombres del nuevo gobernador de
Chile, don Alonso de Sotomayor. Venía hacia Santa Fe, narra Gianello, en un
bergantín con unos cincuenta hombres. A poca distancia del lugar en que estuvo
emplazado el fuerte Sancti Spíritu fundado por Gaboto, Garay bajó a tierra con
parte de la tripulación y al menos dos mujeres, a fin de no dormir
incómodamente a bordo de la pequeña embarcación.
Seguro del respeto que le tenían
los indios no dejó guardia ni centinela. Esa improvisación le fue fatal: los “indios del lugar” atacaron a los
dormidos españoles y dieron muerte a Garay y a doce de sus acompañantes
(cuarenta dice Del Barco Centenera). Otros tantos, entre ellos un sacerdote franciscano,
fueron tomados prisioneros. El resto de la tripulación, varios de ellos
heridos, lograron llegar al bergantín y partir para Santa Fe trayendo a sus
pobladores y a sus familias la triste noticia.
Tijeras y otros historiadores,
como Cervera y De Gandía, discrepan en lo que respecta a la fecha, el lugar y
la parcialidad o tribu a la que pertenecían los aborígenes que llevaron a cabo
el sangriento ataque. No obstante, puede afirmarse que éste ocurrió entre los
días 20 y 22 de marzo de 1583, en horas de la noche, y que los atacantes
agredieron a los dormidos españoles con las denominadas macanas o porras, cuyos
golpes, generalmente en la cabeza de las víctimas, provocaban la muerte de modo
inmediato.
Los hechos ocurrieron en la
margen izquierda del río Paraná, a la altura del actual Puerto de Baradero,
según algunos autores. O en las cercanías de la ciudad de Coronda, según otros.
O en Arroyo Seco, frente a la laguna Montiel, como expresa Cervera. Luego
rectificará esta afirmación estimando que Garay fue muerto en las inmediaciones
del conocido Fuerte Gaboto. Incluso hay quienes, como el historiador
entrerriano Miguel Ángel Mernes, sostienen que tales hechos sucedieron en la
actual provincia de Entre Ríos, en la desembocadura del río Victoria, a la altura
de la ciudad de Diamante, muy cerca del paraje conocido como Punta Gorda.
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