La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



martes, 27 de mayo de 2014


DE DÁDIVAS Y COIMAS

Por: Roberto Antonio Lizarazu

Una de las prácticas más deleznables  de nuestra política actual son las dádivas y repartijas de diferentes elementos que se realizan, oportunamente antes de las elecciones, con el objeto de ganar voluntades y votos, pero veremos que vienen de lejos estas agachadas que se efectúan con fondos del erario público.

El presente comentario no es simpático. Ni política ni históricamente adecuado, pero deberíamos reconocer que si bien, los argentinos no somos los creadores de la viveza criolla, somos eximios cultores de sus mediocres prácticas.  Existen numerosas variantes de esta viveza que determina la aparición de toda una fauna de vivillos y ventajeros de diversas categorías y responsabilidades. La recurrencia en optar por el atajo, en lugar de observar el camino que nos determina la ley parece un reto irresistible. Numerosísimos casos, demasiados casos  merecen ser mencionados. Pero hoy solamente veremos dos de ellos: Uno el que involucra a Juan Galo de Lavalle y el segundo a Justo José de Urquiza, como dadores; y a numerosos e importantes personajes de nuestra historia como receptores. Un unitario y un federal coinciden en la misma práctica ilegal e inmoral.

El 19 de agosto de 1829 Lavalle, en ese momento gobernador de la provincia de Buenos Aires al haber desalojado y fusilado a Manuel Dorrego el 1 de diciembre  de 1829, por medio de un decreto resuelve entregarles a los siguientes  jefes de su ejército: Suárez , Olavarría, Vega, Martínez, Vilela, Medina, Quesada, Díaz, Thompson y Acha dádivas de 25.000 pesos a cada uno “…por la parte que han tenido en las disensiones civiles y teniendo en vista  la necesidad de ponerlos a cubierto de los sucesos venideros”. No hay que ser muy avispado para reparar que “los sucesos venideros” que Lavalle prevé venir son simplemente uno solo: Juan Manuel de Rosas.

Lavalle no tiene mejor idea, antes de abandonar el gobierno de Buenos Aires que repartir entre diez de sus oficiales de mayor confianza la suma de  250.000,- pesos fuertes. Se debe hacer notar que algunos de los beneficiados que se mencionan en el decreto firmado por Lavalle, con el tiempo, llegaron al grado de Coronel y varios al de General.

El segundo caso. Luego de la Batalla de Monte Caseros, Justo José de Urquiza, igualmente emplea los dineros públicos, correspondiente a la Tesorería de la provincia de Buenos Aires, dejados por el exiliado Rosas, con similar objetivo: Ganar voluntades para su causa.  Llama la atención que ambos episodios sean sistemáticamente silenciados y no se registren en los planes educativos de la materia historia, en ningún nivel. Es como si pretendiéramos sostener que ellos no ocurrieron nunca.

La aclaración del segundo caso, se debe a investigaciones realizadas en la década de 1950 por el doctor José Luís Busaniche y publicada en su Historia Argentina, Buenos Aires, Editorial Solar/Hachette, 1965. págs. 637-638. Veinte años después, el doctor José María Rosa encuentra en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, Apartado Confederación Argentina, copias  de partes de la misma documentación que manejó Busaniche, y las publica en varias de sus obras.

Algunas de las órdenes de pago aun existentes y que se encuentran legibles,  dicen así: ¡Viva la Confederación Argentina! El Gobernador y Capitán General de la Provincia de Entre Ríos, General en Jefe del Ejército aliado. Cuartel Gral. en Palermo de Sn. (sic)  Benito,  Febrero 25/852. Cada uno de los beneficiados recibía la orden de pago de manera individual en esa especie de formulario donde solamente se llenaba el nombre,  la cantidad a cobrar y la firma del General en Jefe del Ejército Aliado.

Gracias a ambos historiadores hoy sabemos quienes recibieron dinero de parte de Urquiza  y cuánto se le entregó a cada uno. Nos falta saber, por que motivo, con que justificativo, fueron libradas las sumas ya que no todas pueden ser tomadas por dádivas personales, como es el caso de las que hizo Lavalle.

Tte.  Cnel. Hilario Ascasubi                                   $10.000,-
Coronel Federico G. Báez                                       $40.000,-
Tte. Cnel.  Eugenio Bustos                                     $25.000,-
Coronel Ramón Bustos                                           $12.000,-
Coronel Indalecio Chenaut                                     $40.000,-
General César Díaz                                               $565.540,-
Tte. Cnel. Laureano Díaz                                        $25.000,-
Coronel Mariano Echenagucía                               $40.000,-
Ministro Coronel Manuel de Escalada                 $100.000,-
Tte. Cnel. Mariano Espinosa                                    $4.000,-
Coronel José María Flores                                    $100.000,-
Coronel Eustaquio Frías                                          $40.000,-
General José M. Galán                                           $250.000,-
General Miguel Galán                                              $70.000,-
Coronel Cruz Gorordo                                               $40.000,-
Coronel Nicolás Granada                                          $20.000,-
General Tomás Guido                                              $100.000,-
Bernardo de Irigoyen                                                   $2.000,-
Coronel Hilario Lagos                                                   $8.000,-
General Gregorio Aráoz de Lamadrid                         $50.000,-
Coronel Baldomero Lamela                                         $10.000,-
Juan Lavaysse                                                               $6.000,-
Coronel Juan Pablo López                                           $30.000,-
Gobernador Vicente López                                        $200.000,-
Coronel Bartolomé Mitre                                              $22.000,-
Coronel Santiago Oroño                                             $165.700,-
Doctor Pedro Ortiz Vélez                                              $12.000,-
Coronel Wenceslao Paunero                                        $12.000,-
Coronel José M. Pirán                                                  $40.000,-
Coronel Martín Tejerina                                                $40.000,-
Alférez Mariano Varela                                                    $1.500,-
Gobernador de Corrientes Benjamín Virasoro            $222.240,-
General Benjamín Virasoro (personal)                          $36.920,-
Otra fuerza correntina (sin especificar detalle)           $36.920,-

Todos estos importes suman 2.380.820,- pesos fuertes de la época. Para tener una idea de su valor se podría comparar con el costo de una vivienda de 200 metros cuadrados en Buenos Aires, edificada en un terreno de 600/700 m2. El costo era de 4 a 5 mil pesos fuertes. País generoso como pocos el nuestro. Las formas de las dádivas se modifican de acuerdo a las circunstancias, se aggiornan, pero el modelo es el mismo y goza de muy buena salud y plena vigencia.


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