Brigadier
General Angel Pacheco
Por el Doctor: Julio R. Otaño
Nació en Buenos Aires el 13 de abril de 1793, aunque algunos autores, como Carlos
Calvo, lo dan como nacido en Santiago de Chile. Fue hijo de Don JUAN PACHECO
NEGRETE, español, y de Doña TERESA CONCHA DARREGRANDE, chilena. Recibió una educación esmerada y
realizó estudios de filosofía en el Colegio de San Carlos. En el año 1811 se incorporó como
cadete al Regimiento de Milicias “Patricios
de Buenos Aires”. El
22 de noviembre de 1812 pasó a formar parte del
Regimiento de Granaderos a Caballo. En
vista del Combate de San
Lorenzo, se desempeñó como astuto observador sobre la escuadra realista. Y
su actuación heroica en la contienda lo hizo acreedor del ascenso de
Portaestandarte Alférez del primer escuadrón, el 26 de febrero de 1813. Con un
piquete de cuarenta hombres permaneció en el Convento de San Carlos, rechazando
un desembarque realista en las proximidades de Zárate.
En 1815 fue ascendido a Ayudante Mayor y, un año después, atravesó
La Rioja con
rumbo a Mendoza para incorporarse al
Ejército de Los Andes. Intervino en el Encuentro de las Coimas y luego en la Batalla de Chacabuco. También luchó con
coraje en la contienda de Cancha Rayada.
Más tarde, en 1817, fue comisionado para traer a Buenos Aires los
trofeos de la Batalla
de Chacabuco y, el 10 de marzo de aquel año, Pueyrredón lo ascendió a Sargento
Mayor. Participó en la Campaña
de Talcahuano y más tarde en la decisiva Batalla de Maipú.
Durante los años 1818 y 1819 prestó sus servicios en la campaña
del sur de Chile, al mando del Coronel Manuel de Escalada.
En el año 1822, contrajo enlace con Dolores Reynoso. El matrimonio tuvo nueve hijos: Ángel, José Felipe, Julio, Román, María Elvira, María Dolores, Águeda, Eduardo y Pablo.
En el año 1822, contrajo enlace con Dolores Reynoso. El matrimonio tuvo nueve hijos: Ángel, José Felipe, Julio, Román, María Elvira, María Dolores, Águeda, Eduardo y Pablo.
Ya por aquel entonces Teniente Coronel, en 1825 se le confió el
mando del reciente Regimiento III de Caballería. Con él, Pacheco abrió la Campaña contra el Imperio
del Brasil. Fue jefe de
un batallón de caballería en la
Guerra contra el Imperio del Brasil, y se destacó en la
victoria de Ituzaingó. Era el segundo jefe del Regimiento Nro.
3 de Caballería, cuyo jefe era el coronel Brandsen,
que murió en combate. Luchó también en las pequeñas batallas finales de
la guerra, incluyendo la de Ombú y Camacuá. Después
de esta última, el 1 de mayo de 1827 recibió los despachos de Coronel efectivo,
y el 7 de septiembre es nombrando comandante en jefe del Departamento Norte de
Buenos Aires
Se negó a secundar a Lavalle en la revolución de diciembre de 1828 y quiso ayudar a Dorrego, pero éste fue derrotado
antes de que se le pudiera unir, y terminó refugiado en el regimiento de
Pacheco. Su segundo jefe, Acha, se
pasó a las fuerzas de los sublevados, arrestó a ambos y entregó a Dorrego a
Lavalle, que lo fusiló. Se
refugió en Santa Fe y regresó con el Restaurador, con el que hizo la campaña que terminó con
la derrota de Lavalle, después de Puente de Marquez. De regreso a Buenos Aires, en
1830, sirvió en la frontera oeste y participó en el ejército de la Confederación Argentina
en la Campaña
del Interior contra el sedicioso unitario General Paz.
En 1831, como parte del Ejército federal y a las órdenes del General Estanislao López, derrotó en Fraile Muerto a la vanguardia del General Paz, la que se encontraba a las órdenes del Coronel Pedernera. Como mérito por su actuación lo promueven a Coronel Mayor.
En 1831, como parte del Ejército federal y a las órdenes del General Estanislao López, derrotó en Fraile Muerto a la vanguardia del General Paz, la que se encontraba a las órdenes del Coronel Pedernera. Como mérito por su actuación lo promueven a Coronel Mayor.
En 1833 fue nombrado Mayor
General en la Campaña
del Desierto, comandado por Don Juan Manuel de Rosas. Constituyéndose en uno de los
militares más adictos al Brigadier General (Era amigo personal de Rosas ) Nombrado Jefe del Estado Mayor,
ocupó el Río Negro y derrotó al Cacique Paylloven. Más tarde alcanzó la isla
Choele Choel y por asalto tomó ese territorio, haciendo prisioneros a todos los
indios.
En 1839, por ley y en reconocimiento a su sobresaliente servicio a
la Patria , se
le entregaron tierras en El Talar, de aproximadamente 7.600 hectáreas ., y
llegó a ser un importante estanciero, en parte
debido a premios otorgados por el gobierno. En agosto de 1840, el general Lavalle
invadió Buenos Aires, desembarcando en San Pedro. Pacheco no
tenía fuerzas suficientes para enfrentarlo, de modo que le dispersó sus caballos
y lo cercó. Lavalle avanzó
hasta cerca de Buenos Aires, pero quedó encerrado entre las fuerzas de Pacheco
y las de Rosas, de modo que finalmente retrocedió. Pacheco lo persiguió hacia
Santa Fe. Quedó bajo el
mando del general Oribe, el ex presidente oriental, y a sus órdenes
luchó en Quebracho Herrado como jefe de la caballería. Su acción decidió la
victoria federal. Cuando
Lavalle retrocedió envió a Mendoza al
coronel José María Vilela con sus mejores fuerzas; Pacheco lo persiguió con
fuerzas menores y lo venció gracias a la sorpresa nocturna en San Calá. Regresó a Córdoba, desde donde salió meses
más tarde hacia Cuyo: hacia allí se dirigía el ejército unitario de Lamadrid. Después de haber tomado San Juan, éste
se retiró hacia Mendoza. Pacheco asumió el mando de un ejército que incluía a
los mendocinos de Aldao y Benavídez, con el cual destrozó a Lamadrid en la
sangrienta Rodeo del Medio. Allí terminó la guerra civil empezada
más de dos años antes.
En la Batalla de
Arroyo Grande el 6 de diciembre de 1842, mandó la infantería del ejército
coligado de la
Confederación y los "blancos"
uruguayos — cuyo comandante en jefe era el depuesto presidente oriental Manuel
Oribe — contra las fuerzas de los "colorados" uruguayos y los
unitarios argentinos comandadas por Don Frutos. La actuación de las tropas
de Pacheco fue decisiva, logrando arrollar el centro y la artillería del
enemigo. Durante 1843 y 1844 intervino en el sitio de Montevideo. Durante el sitio de Montevideo (1844),
al lograr salir el General Paz con el propósito de abrir una brecha, Oribe y
Pacheco, luego de una cruenta batalla, rechazaron a Paz el 24 de Abril en el
combate de Tres Cruces. En 1845 fue nombrado jefe de la Frontera del Centro de la
provincia de Buenos Aires; repelió tentativas de incursión de los indígenas
ranqueles,
y mandó a fundar a los fuertes
de Bragado y Mulitas (actualmente, la ciudad de
25 de Mayo). En 1850 fue
elegido Diputado para la
Legislatura de Buenos Aires.
En 1851, al levantarse Urquiza
(aliado del Imperio del Brasil) contra Rosas, fue nombrado Comandante en Jefe
de las Fuerzas Argentinas.
Por primera vez,
Pacheco y Rosas no estuvieron de acuerdo en la estrategia a seguir, y el
gobernador desconfiaba de su general. Se
reunieron en la
Comandancia de los Santos Lugares-….se ignora lo que hablaron
pero Pacheco salió visiblemente molesto, retirándose a su estancia.
Rosas no realizó ninguna acción contra su amigo y subordinado, asumiendo
personalmente el mando del ejército Nacional, pero era en vano, ya que las
tropas de Urquiza no sólo eran muy superiores sino que contaban con la
artillería del Imperio del Brasil, quien realmente fue el verdadero triunfador
de Caseros.
Pacheco también abandonó su país y viajó por el continente
americano, deteniéndose especialmente en La Habana. Regresó
a Buenos Aires después del 11 de septiembre de ese mismo año, en que Buenos Aires
quedó dominada por los antiguos unitarios y se separó del resto del país.
Organizó la defensa de la capital durante el Sitio que
le impuso el general federal Hilario Lagos. Pasó a retiro militar a mediados de
1853. Durante
años siguientes fue ministro de guerra del Estado de Buenos Aires, y enviado especial ante el gobierno del
Brasil. Permaneció el resto de sus días en su
estancia del Talar, que hoy es conocida como "Talar de Pacheco". Fue posiblemente uno de los más
brillantes generales de la historia argentina, y nunca perdió una batalla en
que mandara en jefe.
Dijo de él Ernesto Quesada "Era cultísimo, galante con las damas,
tenía el raro don de que todos se sentían bien con él, desde el más humilde
soldado hasta el mas encopetado personaje."
"Era una figura singularmente severa, de estatura mediana, tieso de cuerpo, erguida la cabeza, siempre irrevocablemente vestido de uniforme, y habían cimentado su pasión ferviente, dominante, absoluta, por la carrera militar. Era la síntesis del caudillo y del jefe de milicianos.
"Era una figura singularmente severa, de estatura mediana, tieso de cuerpo, erguida la cabeza, siempre irrevocablemente vestido de uniforme, y habían cimentado su pasión ferviente, dominante, absoluta, por la carrera militar. Era la síntesis del caudillo y del jefe de milicianos.
"no quiso
ser político ni antes, ni durante, ni después de Rosas. Su timbre de honor, su
gloria, era haber sido soldado de San Martín: no quería aspirar a otra cosa. Nació con la
vocación militar y con ella murió, sin haber claudicado una sola vez en su vida".
Murió en Buenos Aires en 1869. En el acto del sepelio de sus restos hablaron entre otros, el poeta Carlos Guido y Spano. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.
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