EL CONSUMO ELÉCTRICO COMO INDICADOR DE DESARROLLO

Por: Contador Carlos Andrés Ortiz 

Es bien sabido que el consumo eléctrico por habitante (per cápita) es tomado como uno de los indicadores del nivel de vida de un país, de una región o de una provincia. Consecuentemente, es una medida que indica en forma bastante acertada cual es el grado de desarrollo relativo, pues el mayor desarrollo se  correlaciona con el mayor consumo de electricidad.               

Por supuesto que parte de ese consumo es imputable a cierto nivel de derroche, o al menos de una deficiente utilización de la energía eléctrica disponible; y ciertos sectores partidarios de una visión fundamentalista de la ecología, con seguridad clamarán por una reducción del consumo.                

Pero lo real es que más allá de ciertos ahorros que puedan lograrse –y eso es positivo sin duda-, lo esencial es abastecer los crecientes requerimientos de energía de la también creciente población, concepto que es aún más imperioso cuando se trata de impulsar el desarrollo de países, regiones o provincias menos desarrolladas o directamente subdesarrolladas.        

El consumo de energía eléctrica se correlaciona en forma muy directa con el nivel de vida y con el grado de desarrollo relativo. La relación con el nivel de vida es obvia, pues es creciente exponencialmente el uso de electricidad para satisfacer diversas necesidades del ser humano, desde el confort residencial, la salud, la educación, la seguridad, etc.     

La vinculación con el grado de desarrollo relativo es fácilmente comprensible al correlacionar el consumo energético con las actividades económicas de mayores efectos multiplicadores, las cuales requieren mayores y crecientes abastecimientos de energía eléctrica. Eso último no solo es aplicable a las industrias –por lo general puntualmente las grandes demandantes de energía-, sino también a las actividades tecnológicas, comerciales e incluso turísticas y de recreación.  

Siendo por tanto indiscutible la relación directa entre el consumo de energía eléctrica por habitante un indicador muy fiable que muestra el grado de desarrollo relativo, resulta sumamente interesante analizar comparativamente el cuadro de relación de Misiones respecto al promedio nacional.  

Es bien sabido que todo el denominado Norte Grande (que integra el NEA y el NOA) es la mega región más pobre y marginada del territorio continental argentino. Misiones no es la excepción, y un simple análisis del consumo eléctrico provee un indicador muy concreto. Analicemos…

Población nacional actual estimada:                42.000.000

Consumo eléctrico anual nacional actual:      130.000 GWh (130.000 millones de KWh/año)

 Población de Misiones actual estimada:            1.200.000

Consumo eléctrico anual provincial actual:    2.000 GWh (2.000 millones de KWh/año)   

Argentina

Consumo per cápita anual de electricidad: 130.000.000.000 = 3.095 KWh año

                                                                           42.000.000

Misiones

Consumo per cápita anual de electricidad: 2.000.000.000 = 1.667 KWh año

                                                                           1.200.000

El consumo de electricidad per cápita de Misiones es tan solo el 53,86 % del promedio del consumo nacional.

Otros indicadores relacionados.

La población de Misiones es el 2,86 % del total nacional, pero el consumo eléctrico es tan solo el 1,54 % del total consumido en Argentina.

Los consumos de energía eléctrica son –en cifras redondeadas- los actuales.

Las poblaciones nacional y provincial son estimaciones con incrementos desde el último censo.

Como sea, si se considera más conservadoramente una población nacional de 41 millones, y una población provincial de 1.100.000 habitantes, los resultados no varían mucho:

Eso daría un consumo nacional per cápita de 3.171 KWH/año, y un consumo per cápita provincial de 1.818 KWH/año. En tal caso, el consumo por habitante de Misiones sería el 57,33 % del total nacional     

Este indicador socio-económico es una prueba irrefutable de la persistencia del subdesarrollo crónico que caracteriza a Misiones, y consecuentemente de la necesidad de acentuar las Políticas de Estado conducentes al desarrollo socio – económico, dentro de lo cual debe incluirse una vigorosa industrialización en un marco de diversificación productiva.