¿LA APARICIÓN DE LOS POPULISMOS SON UNA CAUSA O UN EFECTO? OPINIÓN DE FRANCIS FUKUYAMA
Por: Roberto Antonio Lizarazu
Uno de los planteos recurrentes que hacen los analistas políticos y sociales de nuestro medio, es hallar el porqué la Argentina mantiene sus cifras de crecimiento comparativo desde hace por lo menos seis décadas, en una meseta, según los analistas optimistas u oficialistas; y en retroceso, según los pesimistas u opositores.
Puntualmente en nuestro caso. Si dividiéramos nuestro proceso histórico independiente en las siguientes etapas: 1º.- Desde 1810 a 1853; 2º.- Desde 1853 hasta 1916; 3º.- Desde 1916 hasta 1945 y 4º.- Desde 1945 hasta nuestros días, parece incontrastable que en el período Nº 2, nuestro país en esas siete décadas, logra un crecimiento sostenido que lo lleva a ubicarse entre las primeras naciones del mundo, la octava precisamente.
Las razones de ese progreso sostenido fueron varias y de diversa índole. Algunas de las más relevantes fueron: La promulgación de la Constitución Nacional ; la aprobación de los diferentes Códigos, Civil, Comercial, Penal. El proceso de unificación y organización nacional. El fomento de la inmigración europea establecido en la CN y otras.
Sin embargo ese período de progreso cesa; y gradualmente con quiebres del sistema institucional llegamos a 1945, donde comienza un período de populismo que perdura, salvo un breve momento de desarrollismo y varias rupturas institucionales, algunas cívico-político-gremio-militares y otras directamente militares. Hubo para todos los gustos y requerimientos.
Para encontrar una explicación al porqué del actual proceso de decadencia, una de las opiniones, para mí realmente sorprendentes las leí del notable autor de “El fin de la Historia y el último hombre” el politicólogo graduado en Harvard, Francis Fukuyama.
Hace ya unos años, el doctor Hugo Alconada Mon entrevistó a Fukuyama en Washington, con motivo de la trascendencia que había tomado la tesis respecto del fin de la historia y de las ideologías que se argumentan en el libro mencionado y además por la importancia que está dando Fukuyama a la política y a los líderes latinoamericanos en los últimos años, que es todo una rareza entre los académicos de ese medio.
Uno de los aspectos al cual Fukuyama dedicó especial atención es al caso Venezuela y a su líder el Comandante Bolivariano Hugo Chávez.
Volviendo a nuestro caso, al caso argentino, en un momento determinado de la entrevista y mencionando específicamente nuestro extraño período de decadencia y del cual nadie encuentra razonables justificativos, Fukuyama responde. “En realidad, más que los sociólogos, los que han seguido la evolución de la decadencia argentina son los analistas de Wall Street y, de hecho creo que las sociedades oligárquicas son capaces de alcanzar altas tasas de crecimiento por un período de tiempo (en nuestro caso siete décadas) pero la permanencia de las inequidades en la distribución de la riqueza llevan a la inestabilidad política y al populismo, que a su vez socavan el crecimiento, creando un círculo vicioso.” Alconada Mon pregunta: “¿Y como se rompe ese círculo vicioso?”. Fukuyama responde: “Muy sencillo hay que eliminar la inequidad social. Si primero no hay inequidad social luego no hay populismo”.
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