NUESTRO PERIODISMO EN SUS ORÍGENES
Por: Roberto Antonio
Lizarazu
Cuadro de situación
En nuestro incipiente país, es
verdad que el periodismo, los periodistas y las otras especialidades que
conforman la posibilidad de editar un medio que pueda llegar al lector,
existieron desde siempre; y los antecedentes al respecto son surtidos y
numerosos. Primero es el período de Los
Pasquines Manuscritos, como denominan los cronistas, pero hay un hecho que
marca un hito trascendente en el proceso del periodismo escrito: La
introducción de la imprenta en Buenos Aires.
Se debe notar que menciono “la imprenta”, porque había una sola. La
misma de siempre, la que dejaron en Córdoba en los sótanos del Colegio
Convictoriano de nuestra Señora de Monserrat los jesuitas cuando fueron expulsados mediante
Pragmática Sanción del Rey Carlos III del 2 de abril de 1776. Esta imprenta es
la que termina siendo instalada en la
casa que albergaba a los niños expósitos, y que primero se denominó Real
Imprenta de la Casa
de los Niños Expósitos y luego en el período independiente, Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos.
Hay una sola, siempre es la misma. (1)
La instalación de la imprenta
en Buenos Aires, divide las aguas en la confección de los periódicos. Hay un
antes y un después de la imprenta en funcionamiento.
Se pueden mencionar tres
momentos trascendentes sobre el tema imprenta en Argentina, que: la primera imprenta
fue construida en
misiones y empezó a funcionar en 1700, siendo el primer impreso el Martirologio
Romano. Luego en Córdoba, la primera impresión fue del año 1766. Y que en Buenos
Aires la imprenta traída desde Córdoba, empezó a funcionar en 1781.
Los
Pasquines Manuscritos
Antes de ella, apareció un
periódico, el primero que se conozca, o por lo menos el primero que el suscrito
sepa, y del cual se conservan tres ejemplares de cuatro que oportunamente
fueron hallados. Tres se conservan en el AGN y el que falta, dicen las malas
lenguas, que gracias a la viveza criolla pertenece a la colección privada de un
magnate brasileño, que compra nuestra original documentación histórica en
cantidades industriales. Por peso. También se debe hacer notar que contamos con
numerosísima documentación que no es original. Son copias y copias de copias.
Estos pasquines carecen de
numeración pero no de fecha y eran manuscritos,
su nombre Gazeta de Buenos Ayres. La
cabecera del más antiguo de ellos dice: Gazeta
de Buenos Ayres del martes 19 de junio de 1764 y no se debe confundir con la Gazeta de
Buenos Ayres, impresa entre 1810 y 1821 en el período independiente. La primera estaba compuesta de un
cuadernillo de ocho páginas, pero extrañamente solamente cuatro de ellas y la
parte superior de la quinta están manuscritas, el resto luce vacío. En su
interior se informa de varios asuntos locales: la salud y actividades del
gobernador, en ese momento Pedro Antonio de Ceballos Cortés y Calderón, más
conocido erróneamente en nuestros manuales de historia como Pedro de Cevallos,
quien ejerce el cargo entre 1756 y 1766. También da cuenta del cobro de haberes
a los oficiales de la plaza, la captura de una embarcación sin bandera
reconocida, el contrabando de los portugueses, varias riñas y grescas,
epidemias y la llegada de cuatro navíos que trajeron la necesaria porción de barriles de vino blanco.
El segundo número conocido de
esta gaceta es el del martes 24 de julio de 1764. De sus doce páginas sólo
nueve están escritas. Como la anterior, informa ante todo de la salud del
gobernador (Ceballos) quien padecía de ictericia (2). Las noticias sobre la
vigilancia de la plaza de la
Colonia del Sacramento, para evitar el contrabando ocupan
gran parte del espacio (3) y otra noticia revela que la exportación (legal,
pasando por aduana) de cueros estaba haciendo revivir el comercio local.
El tercer número existente
consta de ocho páginas, de las cuales seis y la parte superior de la séptima
están ocupadas. El título de esta tercera gaceta está dibujado en mayor tamaño
y la letra del redactor es evidentemente distinta de la del que escribió los
otros dos números, pero el tenor de las noticias sigue siendo el mismo y tiene
relación con las gacetas precedentes.
Esta primer Gazeta circulaba,
es previsible, de mano en mano, como circularon más tarde escandalosos
panfletos anónimos que dieron lugar a procesos varios. Y aunque no entren propiamente
en la categoría de periódicos, cabe mencionar, que en ausencia de los primeros,
la circulación de pasquines en las calles de la ciudad, durante el virreinato
de Juan José de Vértiz, en los cuales se protestaba por el aumento del dos por
ciento en el tributo de las alcabalas (4). Si bien no los podríamos considerar
como periódicos, algunos autores ven en ellos los precursores de nuestra Prensa Amarilla.
La difusión de tales anónimos
pasquines motivó el bando del 23 de octubre de 1779, por el cual se hizo saber
a los vecinos que debían abstenerse de: componer,
escribir, trasladar, distribuir y expender semejantes papeles sediciosos e
injuriosos, y de permitir su lectura en su presencia.
Aparecen
los primeros noticieros impresos.
Debido a la instalación en su
nueva ubicación, de la ahora denominada Real
Imprenta de la Casa
de los Niños Expósitos, se imprimió en número 1 (único que se conoce)
de un periódico de ocho páginas, encabezado con el título: Noticias recibidas de Europa por el Correo de España, y por la vía del
Janeyro. Buenos Aires, a 8 de Enero de 1781.
Como corresponde, la primera
noticia que se publica, se refiere a la buena salud del Rey y de la familia
real (5). Inmediatamente después siguen diversas informaciones sobre la guerra entre España e
Inglaterra; y según las mismas, la
escuadra hispana lograba grandes éxitos. Contiene además algunas noticias de
Francia, Portugal y Filipinas.
El segundo noticiero, impreso
también en la Real Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos, está fechado el
1 de mayo de 1781, y si bien tiene lógicas semejanzas con el anterior, no lleva
número que indique ser su continuación. Consta de diez páginas y se titula Extracto de las noticias recibidas de Europa
por la vía de Portugal.
Este segundo noticiero está
totalmente dedicado a la guerra con los ingleses en la que éstos siempre
aparecen llevando la peor parte y como antecedente a tener en cuenta por los
historiadores de décadas posteriores, se comenta una proyectada expedición
inglesa a Buenos Aires. El redactor se manifiesta escéptico de este proyecto
por las razones que detalla: No es de
presumir seriamente este intento, contra
un país defendido por un regimiento completo de tropas regladas, y por 5 ó 6
mil hombres de milicias.
Como vemos las dos primeras
publicaciones en la Real Imprenta ,
ya ubicada en Buenos aires, tratan exclusivamente de noticias ajenas al medio
local. Por ese motivo varios autores que tratan el tema no los contabilizan como
pertenecientes a nuestro periodismo,
sino recién en las publicaciones que sigue cronológicamente.
El
Telégrafo Mercantil
El
Telégrafo Mercantil, Rural, Político-Económico, e Historiográfico del Río de la Plata , comienza a publicarse el miércoles 1 de abril
de 1801, bajo la dirección de don Francisco Antonio Cabello y Mesa, natural de
Extremadura. Cabello y Mesa aporta su experiencia dado que no era un principiante en la
materia. Cabello había editado en Lima: El Diario
curioso, erudito, económico y
comercial; el Mercurio Peruano y
el Semanario Crítico.
Hay que reconocerle al
extremeño Cabello y Mesa gran coherencia. Antes de fundir El Telégrafo Mercantil, en Buenos Aires, ya había hecho en Lima lo
mismo con otras tres publicaciones. Veremos como sucede. De común acuerdo con
las autoridades virreinales (Vértiz) se propuso constituir una Sociedad
patriótico-literaria-económica para publicar un periódico, que según el texto
del convenio publicado en el primer número haría lo siguiente: Concurriendo si no a instruir y cultivar al
pueblo le dé al menos, un entretenimiento mental e inspire inclinación a las
ciencias y a las artes.
La sociedad patriótico-literaria-económica (el texto es del convenio), además debía promover la fundación de nuevas
escuelas filosóficas, donde para siempre cesen aquellas voces bárbaras del escolasticismo (Santo Tomás
de Aquino) que aunque expresivas en los
conceptos ofuscaban, y muy poco o nada trasmitían las ideas del verdadero
filósofo (Iluministas). Empiece
ya a reglarse nuestra agricultura, y el noble agricultor a extender sus conocimientos
sobre este ramo importante. Empiece a sentirse ya en las provincias argentinas
aquella gran metamorfosis que a las de Méjico y Lima elevó a par de las más
cultas, ricas e industriosas de la iluminada Europa.
Desde abril hasta setiembre del
año 1801, El Telégrafo Mercantil apareció los
miércoles y los sábados, en entregas de ocho páginas numeradas correlativamente
hasta integrar un tomo. A partir de octubre de 1801 salió los domingos con 16
páginas, en dos oportunidades, porque Cabello reparó que no había renta alguna
y se mantenía con los aportes del gobierno. A pesar de ello se mantuvo un año
más. La última edición vio la luz el domingo 17 de octubre de 1802 y la excusa
del gobierno para cortar el flujo financiero
merece comentarse.
El Telégrafo en su número del
domingo 10 de octubre, publica un artículo titulado Circunstancias en que se halla la provincia de Buenos Aires e islas
Malvinas, y modo de repararse. Este artículo era muy crítico del estado
financiero del Virreinato y colmó la paciencia de Vértiz quien hace suspender
la publicación del Telégrafo Mercantil.
Lo extraño es que pasados los años, gracias al doctor Antonio Zinny, sabemos
que el autor del artículo en cuestión, no fue Cabello sino don Juan de la Piedra y había sido redactado
en 1778. ¿Qué motivó a Cabello a publicar algo crítico de su sostenedor y
gracias al cual existía su publicación? Probablemente su afinidad ideológica
con Juan de la Piedra ,
un marino español, contador de navío de la
Real Armada Española, de varias aventuras
en la Patagonia ;
y partidario del iluminismo, igualmente que Cabello.
Semanario
de Agricultura, Industria y Comercio
El criollo Juan Hipólito
Vieytes edita y dirige, sin ingerencia financiera alguna del gobierno
virreinal, el Semanario de Agricultura,
Industria y Comercio. (6)
Comienza a aparecer el 1º de
septiembre de 1802 y publicó 218 números, en cinco tomos. En el primer número
explicita Vieytes a sus lectores de lo que tratará su periódico: En él se tratará de la agricultura en
general y los ramos que la son anexos, como son cultivo de huertas, plantío de
árboles, riegos, etc.
De
todos los ramos de industria que sean fácilmente acomodables a nuestra presente
situación, del comercio interior y exterior de estas provincias, de la
educación moral, de la economía doméstica, de los oficios y de las artes, de
las providencias del gobierno para el fomento de los labradores y artistas, de
los elementos de química más acomodados a los descubrimientos útiles, a la
economía del campo y a la expedición de los oficios y las artes.
En los cuatro primeros números
del Semanario… se dedican artículos a
la agricultura, a la industria, al comercio y a la educación moral,
respectivamente, y en ellos se refleja la certera visión de Vieytes sobre el
porvenir de estas provincias. Similares argumentaciones comparte con Manuel
Belgrano en su tarea como Secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires;
y siguen manteniendo actual vigencia,
salvando la distancia, con lo que se
publica como carencia en los medios en el día de la fecha.
Sigue escribiendo Vieytes en el
segundo número del Semanario… Las naves que nos conducen diariamente de la Europa y de la América todas aquellas
cosas que sirven no solo a satisfacer nuestras necesidades, sino también a
surtir el gusto y alimentar asombrosamente el lujo, esas mismas naves
retornarán cargadas de los frutos más necesarios y precisos. La abundancia de
las primeras materias y el acomodado precio a que las compren las harán en
demorarse en nuestros puertos, y en la prodigiosa distancia de 2000 leguas con
que se nos interpone el océano no veremos otra cosa que esas máquinas flotantes
que vienen a cargar de nuestros frutos para repartirlos por los innumerables
puertos del mundo antiguo.
Las
abundantes materias que produce nuestro suelo son de primera necesidad en todas
partes: las carnes saladas, los tocinos, las harinas de trigo, el sebo, las
pieles de toda especie, las lanas, etc. Todo este conjunto de cosas son del
mayor aprecio a cualquier parte que se lleven, y permutadas traerán desde luego
a nuestras provincias todo aquello que en ellas no se produce ni cultiva. El
labrador verá recompensado su trabajo con la posesión y goce de innumerables
bienes que ahora no disfruta ni desea: se despertará en su corazón aquel deseo
de aumentar sus comodidades y ensanchar sus posesiones, y trasmitiéndose de
padres a hijos esta gloriosa emulación ya no será el habitador de la campaña
aquel ente desgraciado condenado a vivir en la estrechez y la miseria.
Pero
no basta labrar la tierra y cosechar abundantemente: NACION ALGUNA (destacaba Vieytes en letra cursiva en el
segundo número de su Semanario) PUEDE PROSPERAR SIN EL FOMENTO DE LA INDUSTRIA : SU EXTENSIÓN
ES INMENSA, SUS OBJETOS INNUMERABLES, SUS UTILIDADES INDECIBLES.
Quebrado
y suspendido el periódico de Cabello, El
Telégrafo… es el Semanario
quien cubriría el espacio de la información pública y contribuiría en
otros aspectos básicos como, por ejemplo, la salud. Precisamente en ese
momento, en 1803, se introduce de manera privada, la vacuna contra la viruela;
y el Semanario se constituyó en el
más tesonero y práctico defensor de su inoculación.
Termina el Semanario de
Agricultura, Industria y Comercio
Con el número 197, del
miércoles 25 de junio de 1806, se interrumpe la salida del Semanario… debido a la primera invasión inglesa, participando Vieytes
en la Reconquista
como Capitán de Milicias. En el número
198 de fecha 24 de septiembre se publica una carta del reconquistador de Buenos
Aires, Santiago de Liniers, en la que invita a Vieytes a proseguir con la
publicación.
Los números 197 y 198 del Semanario deberían ser de lectura
obligatoria en los Institutos especializados de enseñanza de historia
argentina. Es sorprendente la cantidad de acciones heroicas realizadas por
vecinos comunes que de pronto ven atacada su ciudad.
Los números sucesivos ponderan
a la población de la ciudad por su valiente proceder y comentan las noticias
concernientes al sitio de Montevideo. Y en el último número, el 118, del 11 de
febrero de 1807, se cierra con el Aviso
al Público sobre la toma de Montevideo por el ejército inglés, y finaliza
con estas palabras: El Editor, suspende
por ahora el Semanario.
Observaciones
(1) En 1779 el Virrey Vértiz fundó una
Casa de Niños Expósitos y dada la necesidad
de que el gobierno tuviese un instrumento adecuado para difundir noticias,
bandos y proclamas; y además para que
ésta casa se beneficiase con parte de las ganancias que produciría la
explotación de una imprenta, Vértiz
recurrió a los funcionales franciscanos, que administraban para beneficio de su
orden, los bienes de los expulsados jesuitas desde 1767. Entre esos bienes se
encontraba esta Imprenta.
Éste trámite, Vértiz lo comienza con
una carta fechada el 7 de agosto de 1779, en la que solicita al Rector del
Colegio Convictoriano de nuestra señora de Monserrat, fundado en Córdoba por
los jesuitas el 1 de agosto de 1687, se
le informe del estado y el precio de la imprenta. Finalmente la gestión terminó
económicamente de manera muy satisfactoria para ambas partes.
Algunos autores especializados en el
tema, sostienen que en las misiones existían tres imprentas en otras tantas
reducciones; y que la del Colegio Convictoriano de Córdoba era una cuarta
imprenta. Por supuesto todas ellas pertenecían a los jesuitas y todo esto amerita para un apunte específico
al respecto.
(2) Coincide una de las
manifestaciones de esta enfermedad con el mote que se registra en varios
diarios personales de vecinos de Buenos Aires, cuando se referían al gobernador
Ceballos, era: El Chino Ceballos, en referencia al tono amarillo de su piel.
Pedro de Ceballos fue gobernador del Río
de la Plata
entre 1756 y 1766 y luego virrey del río de la Plata desde el 15.10.1777 al 12.06.1778.
Un conocido poema de esa época,
es el de Juan Baltazar Maziel, (1727-1787) titulado: Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo señor
Don Pedro de Ceballos, 1777. En este
poema se menciona al gobernador Ceballos varias veces y finaliza de la
siguiente manera: Perdone, Señor
Ceballos/ mi vena silvestre y guasa,/ que las germanas de Apolo/ no habitan en
las campañas.
Si en 1777 era Ceballos no comprendo como el progresismo dos
siglos después, lo convierte en
Cevallos. Lo mismo sucede con el propio autor del poema, Maziel, ahora se lo
identifica como Maciel, incluso en las nuevas ediciones donde se registra su
poema Canta un guaso… ¿Será una
epidemia de idiocia?
(3) Oficialmente se hacía toda una
representación simulando el control del contrabando, que todo el mundo, desde
el gobernador hasta el más despistado de los súbditos conocía en detalle como
se realizaba desde el Puerto de Las Conchas. La medida más visible de contralor
consistía en dos navíos anclados, uno en la rada de Buenos Aires a la altura
del límite sur del actual Parque Lezama y otro navío a la altura del Retiro,
frente a la Plaza
de Toros, que debían impedir la navegación del río sin autorización. Jamás se
conocieron los responsables, la
tripulación ni el armamento de estas naves.
Tampoco nadie conoce ninguna
intervención de los navíos mencionados en más de un siglo. ¿Cómo alguien puede
encontrar contrabando en el Puerto de Buenos aires, si el mismo se realizaba
desde el Puerto de Las Conchas (Tigre actual) hasta y desde la Colonia del Sacramento en la Banda Oriental ?
El lector que desee ampliar sobre el
tema del contrabando puede consultar en este mismo blog el apunte titulado Fundación de la Colonia del Sacramento,
sus consecuencias en el Río de la Plata , de fecha 27 de
mayo de 2012.
(4) Equivalente al actual impuesto a
las ventas.
(5) Se trata de Carlos III, monarca
desde 1759 a
1788
(6) El lector que desee ampliar el tema
de Juan Hipólito Vieytes, puede consultar en este mismo blog, el comentario de
fecha 29 de marzo de 2012, titulado: Juan
Hipólito Vieytes, Un periodista injustamente olvidado.
Bibliografía General
Juan Probst, Juan Baltazar Maziel, maestro de la
generación de Mayo, Editorial Coni, Buenos aires, 1946.
Academia Nacional de la Historia , Historia de la Nación Argentina , Tercera
edición, Volumen IV. Segunda Parte, Capítulo II, El Periodismo, Por Doctor Juan
Pablo Echagüe, El Ateneo, Buenos Aires, 1961.
Antonio Zinny, Efemeridografía argirometropolitana hasta la
caída de Rozas, Edición privada,
Buenos Aires, Imprenta del Plata, 1936.
La edición original es de 1869
y se reeditó de manera privada en imprenta Luxor en 1936.
El doctor en jurisprudencia Antonio
Abraham Zinny (1821-1890) es un destacado historiador, periodista y docente. La
provincia de Corrientes le debe la fundación del Colegio Argentino que funcionó
varias décadas en su ciudad capital.
Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia
Argentina , Estudio preliminar de Ángel Acuña, Ediciones
Estrada, Buenos Aires, 1947.