La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



domingo, 2 de marzo de 2014

Firma de Santiago de Liniers


ALGUNAS OPINIONES CRÍTICAS SOBRE LINIERS


Por: Roberto Antonio Lizarazu


Así como existe en nuestros autores historiográficos de diferentes orientaciones -un criterio casi unánime-,  respecto a los incuestionables méritos de Liniers, en las acciones bélicas de 1806 y 1807, muchos de ellos son severamente críticos cuando se trata de su proceder en el  manejo en función de gobierno, en las distintas tareas que se le encomendara ejercer. Lo que en la actualidad  llamamos gestión de gobierno.

El suscripto es un consecuente admirador de su coherente personalidad. No digo que sea bueno ni malo tener esa personalidad, digo que admiro a las personas que la tienen.  Dicen lo que luego hacen; y viven y mueren en un circulo virtuoso acorde a si mismos (1). Esta admiración se trasluce en los diversos comentarios publicados sobre Liniers en este blog. Pero los críticos son muchos, muy bien documentados y están fuera de toda sospecha de carecer de objetividad en la aplicación de las normas de la  hermenéutica para sostener sus opiniones. (2)

Llama la atención que a pesar de la poca duración del gobierno de Liniers, puntualmente en el cargo de Virrey, su actuación pueda haber causado tremenda oposición. Liniers perdura en su cargo desde el 10 de febrero de 1807 hasta el 30 de junio de 1809, apenas diecisiete meses. Seis de ellos en carácter de Virrey Interino, hasta la confirmación de Carlos IV y el resto como Virrey del Río de la Plata. Son notables los esfuerzos realizados por el Cabildo (órgano que lo nombró) requiriendo su destitución y de los partidarios de Liniers, en franca minoría, para sostenerlo en su gobierno. Tan marcada es esta minoría, que no se conoce, o por lo menos no conoce el suscripto, ningún requerimiento al monarca, vía la Junta Central de Madrid, que defienda las distintas medidas  políticas adoptadas por el Virrey. Quedan si las notas del Liniers remitidas al Cabildo de Buenos Aires, pero no tuvieron la fuerza necesaria para que las mismas lleguen a Madrid. Primero la Junta Central de Madrid y luego Carlos IV solamente se informaron de una sola versión de los sucesos.

Opinión del doctor Vicente Dionisio Sierra

El doctor Vicente Dionisio Sierra en su Historia de la Argentina, Tomo IV, Fin del Régimen Virreinal e Instalación de la Junta de Mayo de 1810, (1800-1810) nos ilustra de manera muy crítica definiéndolo como un protopopulista: La actuación virreinal de Santiago Liniers se resume en cuatro vocablos: anarquía, corrupción, despotismo y popularidad. Fue hombre honesto y de orden: pero de temperamento débil. Fue despótico para ocultar su debilidad; fomentó los elementos anarquizantes para mantener lo que entendía por orden, y facilitó la corrupción para afirmar su fuerza. (3)

Pero la suma de esos elementos, que le ganaron el repudio de los sectores más prestigiosos y poderosos, hizo que se sumara el apoyo del bajo pueblo y, por razones políticas, el de los mejores sectores criollos. En tal sentido Liniers aparece como una extraña mezcla de absolutismo y demagogo.

Nada odiaba más que lo popular, y en lo popular tuvo que apoyarse, sin ánimo de concederle la mayor jerarquía. No comprendió el significado de la caída de Godoy, ni el sentido que para el pueblo del imperio tuvo la elevación al trono de Fernando VII, ni la afirmación nacionalista y populista de las Juntas de España de 1808. Y menos comprendió todo eso en sus relaciones con Hispanoamérica. Señalar estos rasgos no es hacerle un cargo. Lo mismo les ocurrió a todos los funcionarios instalados en el continente y, lo que fue más grave, a los propios miembros de las Juntas de España. Como ellos, Liniers vio en América un dominio de la Metrópoli, de manera que el cambio de dinastía preparado por Napoleón fue considerado una cuestión a resolver en Europa, en la que nada tenía que hacer la opinión americana, fuera de aceptar lo que allá se acordara.

Opinión de Manuel Moreno. Manuel Moreno -que fuera por lejos el más lúcido y criterioso de los hermanos y un verdadero y auténtico luchador e ideólogo de la independencia americana de toda sujeción extraña-  explica en Vida y Memorias de Mariano Moreno, (4) sus agudas observaciones sobre Liniers: Después de las invasiones inglesas, sus naturales adquirieron más bien el conocimiento de sus fuerzas que el deseo de emplearlas en mejorar su situación; y fieros  de haberse libertado de una operación extraña, se hallaban en cierta forma avenidos con la antigua, que les parecía menos violenta cuanto debía su permanencia a actos espontáneos de su coraje… Por otra parte, la fidelidad de aquel pueblo, llevado en repetidos actos hasta cierto fanatismo, sus costumbres, sus relaciones, hacían quiméricos cualquier aspecto de mutación formal, y aun la reforma de abusos que no había nadie que no admitiese la inconveniencia de cambiar de  dependencia de otra monarquía.

Esa orgullosa  fidelidad a España afirmada por las armas,   fue capitalizada por Liniers para sus propios intereses y planes y se manifiesta con mayor vigor en la tropa, cuya devoción por Liniers era también consecuencia de considerarlo encarnación de sus propias glorias.  

Liniers aprovechó esa circunstancia, y no se detuvo en fomentar con posturas demagógicas una rivalidad peligrosa entre los cuerpos asalariados integrados por nativos, y los de los voluntarios europeos que por supuesto no recibían sueldo.

Expulsado el invasor, los voluntarios debieron regresar a sus actividades específicas, pero los regimientos de nativos en la seguridad de que los ingleses intentarían una tercera invasión, la mayoría rehusó someterse a la disciplina y al cumplimiento de las ordenanzas vigentes. Se acordó en consecuencia, transformar los regimientos de nativos, en fuerza acuartelada, y por lo mismo, con salario.

Los cuerpos de Vizcaínos, Gallegos, Catalanes, etc. no se avinieron a tal medida, pues sus integrantes tenían que atender sus ocupaciones civiles, pero quedaron organizados con el compromiso de efectuar ejercicios semanales para mantener su estado militar. Se comprende que la diferencia entre los que servían sin interés por la paga y los que lo hacían por soldada, se trocara en rivalidad en cuanto alguien la provocara. Y Liniers la provocó.

Enfrentamiento con el  Cabildo de Buenos Aires. Algunas opiniónes de los capitulares.

El crónico enfrentamiento entre el Cabildo de Buenos Aires y Liniers -su duración y su virulencia-,  es uno de los ejemplos más notorios de la mala praxis en la práctica del ejercicio de gobierno. En los planes de estudio de varias materias de la Licenciatura de Ciencias Políticas, de otras tantas Universidades,  se puede encontrar este disparatado enfrentamiento como ejemplo de lo que no se debe hacer, a no ser que los gobernantes estén empeñados, en que ambas partes fracasen.  En nuestro caso puntual, lo lograron totalmente y cronológicamente fue una de las primeras antinomias en la que nos subyuga participar.

Inmediatamente luego de Liniers versus Cabildo, en menos de un lustro ya contábamos con Saavedra versus Moreno que duró poco más de una década. A partir de allí los versus de Fulano contra Mengano  ocupó y preocupó toda la joven historia de nuestra patria.

En nota del 13 de setiembre de 1808, dirigida a la Junta Central de Madrid, los capitulares pintaban la situación política de Liniers de manera terminal: En la administración de Justicia se procede sin sujeción a las leyes; la policía no conoce reglas; la Real Hacienda se maneja sin economía y con criminal indolencia; la milicia no se rige por su ordenanza y de nada dista más que de observarla y cumplirla.
Todo es un trastorno en esta parte de la dominación  española y un desorden que lleva tras si la ruina de la América del Sur. (4)

La razón de tanto desaguisado, mal que me pese a mí que soy su admirador, era notoria y real. La nota de los capitulares agregaba otros conceptos: Sea la distancia que nos separa,  sea el asilo y proyección que ha dispensado ese mal hombre, árbitro de la monarquía (6); la América en muchos  años ha tenido que sufrir jefes corrompidos y déspotas, ministros ignorantes y prostituidos, militares inexpertos y cobardes. La conveniencia propia ha sido el norte y guía de sus operaciones. El bien del Estado y felicidad de la nación se han mirado como quimeras, y solo se ha hecho uso de estas voces sagradas para encubrir la maldad, fomentar la estafa y sacrificar los pueblos.

La falta de tino con que Liniers había procedido en sus relaciones institucionales con el gobernador de Montevideo Elío, respecto al fraude que representaron los Vales Patrióticos (5),  la inquietud que despertaban las aspiraciones de Portugal, que a fines de 1808 nuevamente intentó negociar la posesión de la Colonia de Sacramento; la quiebra de las finanzas virreinales; el crónico contrabando inglés; el también crónico contrabando entre Buenos Aires y La Colonia del Sacramento realizado por la nueva burguesía porteña; las sospechosas relaciones del Virrey con los franceses, no del todo claras y la colocación en la administración virreinal de ciudadanos franceses y/o partidarios bonapartistas, en momentos en que la nación española se encontraba en plena guerra contra la ocupación territorial  francesa,  y la restitución de la Casa monárquica,  realmente justificaban las expresiones extremas del Cabildo que en otra nota a la Junta Central,  clamaban a la Corona por la toma de medidas:

En nota del 2 de diciembre de 1808, se despachan con categóricas denuncias: Peligra la tierra en manos de este jefe, peligra también, sino se trata de una breve reforma en cuanto al gobierno de estas Américas, limitando las más altas funciones de los virreyes, a cuya sombra se constituyen en déspotas y árbitros de empleados y de Ministros de los ramos todos de Justicia, Hacienda, Policía y Guerra. La depravación ha tocado ya sus últimos términos.
No se administra justicia sino con el infeliz y miserable; la Real Hacienda se prodiga en multitud  de empleos inútiles y aún perjudiciales, cuando no se invierte en otros usos de criminalidad notoria. Si en algo se advierte eficacia es en consumir los caudales del Erario con plazas supuestas e inútiles, con multitud de oficiales de ninguna confianza, con otros que pudieran ser útiles en sus respectivos destinos, como en el día sucede con la numerosa marina que reside en estas partes sin ejercicio alguno.

En otra nota fechada en marzo de 1809, los cabildantes continuaban in  crescendo  con sus reclamos y denuncias, esta vez puntualmente,  en la degradación del ejército: Ha prodigado los grados militares en términos que a los pocos que há vimos (sic) de presidiarios trabajar en grillete en las obras públicas, a los que tienen aún pendientes causas por ladrones, o guardas, cabos de brigada, y otros de la hez del pueblo, los vemos hoy con las divisas de tenientes coroneles; a reos de estado , a los traidores, (se refieren a los nativos colaboradores de los británicos  en ambas invasiones, que fueron muchos y poderosos) a los convencidos de cómplices y factores en la fuga del general Beresford y del teniente coronel Dionisio Pack los vemos absueltos, , libres y aun premiados. ¿Que quiere decir esto, sino que pretende formar partido con esta gente soez, vil y baja, para sus fines, adecuada y propia a todo lo que sea bajeza? Contamos con dos mil fusiles menos aun para las tropas voluntarias alistadas, y ha sido preciso imponer exorbitantes contribuciones para pagarlas; sin embargo un oficial de los Granaderos de Liniers ha salido a reclutar gente para este cuerpo en la jurisdicción de Corrientes (7) y se ha dirigido otro al mismo fin a la provincia del Tucumán.

Por oficio del 15 de diciembre de 1809, siguen las quejas sobre los cuerpos asalariados creados por Liniers: Un cuerpo creado después de nuestra Defensa  (la defensa comandada por Martín de Alzaga en 1807) que hasta ahora no ha hecho fatiga, por falta de gente de tropa, y tiene primero y segundo Comandante, sargento mayor, ayudantes, abanderado, capellán, cirujano, y una multitud de capitanes, tenientes, y alfereces. Hay otros que no cuentan con cien hombres y se hallan con igual o mayor oficialidad, Los escuadrones de caballería, que nada operaron en la defensa de esta ciudad y que ni aun merecen tal nombre por su poca gente, se hallan en idéntico caso. En las baterías se puede afirmar, sin exageración, que es mayor el número de oficiales que el de las tropas destinadas a servirlas. Todos ellos disfrutan de sueldos crecidos, con la circunstancia de que de las cuatro partes, tres lo menos no concurrieron a nuestra defensa porque , o se ausentaron o permanecieron ocultos ante el invasor.

Este es un pequeño muestreo de los textos remitidos a Madrid. Se registran muchos más y sería aburrir al lector con su detalle. Terminaremos este breve trabajo cerrando con otra opinión del doctor Vicente Sierra que se puede encontrar en la bibliografía mencionada y que se refiere a varios aspectos del gobierno de Liniers: Sobre un total de que no llegaba a cinco mil hombres de tropa, la plana de jefes , oficiales, y clases pasaba de mil doscientos, para cuyo sostenimiento Liniers llegó a emplear hasta el monto de los donativos hechos por el vecindario con destino al socorro de los huérfanos de la Metrópoli. La corrupción administrativa se traducía en un acrecentamiento del contrabando, que hundía al comercio honesto a la par que abarataba la vida del pueblo; mientras la división fomentada entre europeos y americanos por medio de los cuerpos armados voluntarios y asalariados,  fortalecía un importante factor de desorden.
Se comprende pues que no haya exageración en señalar que la anarquía, la corrupción y el despotismo fueran las características del gobierno de Liniers, y que sobre ellas apoyara una notoria popularidad , que dio forma a un fortalecimiento de la masa de criollos en un sentido político que no estaba en sus planes, y terminó por ser más fuerte que su prestigio, abriendo una nueva era en la historia del país.

La era de Fulano versus Mengano que aún perdura.







Observaciones

(1)           No son muchas las personalidades históricas que logran ese mágico equilibrio entre el decir, el hacer, el vivir y el morir. No deseo intentar mencionarlas a todas  porque me olvidaré de algunas, pero como ejemplos diré: Manuel Dorrego, Martiniano Chilavert y Ciriaco Cuitiño.

(2) Respecto a la hermenéutica, palabra que proviene del dios griego Hérmes, y que con los siglos se convirtió en el terror de los cronistas de historia, las opiniones no son unánimes respecto a su utilidad en el análisis de los hechos históricos. Por ejemplo, Mario Augusto Bunge sostenía lo contrario; y que si una persona con dificultades para interpretar algún hecho recurría a ella, acorde a sus leyes, cuando finalizaba entendía menos que al comenzar. Como dice el refrán no aclare que oscurece. Personalmente no me atrevería a contradecir a una eminencia  que mereció más de veinte honoris causa de distintas universidades de todo el mundo. Así como Carlos Warnes es el responsable de Agarren los libros que no muerden, Mario Augusto Bunge es el autor de: Estudien historia, el pasado no muerde.  Eso sí, recomendaba que al estudiarla, no hacerle mucho caso al dios Hermes y menos a la hermenéutica.

(3) Se puede leer en este blog, los comentarios Los Vales Patrióticos de Liniers, de fecha 2 de mayo 2012, Cuando Liniers fue Gobernador de las Misiones, de fecha 29 de marzo 2012, Las Pastillas de Liniers, de fecha 26 de marzo 2012 y Finalmente ¿Liniers era bonapartista o no?  publicado en fecha  27 de junio del 2012.

(4) Manuel Moreno. Vida y Memorias de Mariano Moreno. Editado por La Cultura Argentina, Introducción de Juan María Gutierrez, Buenos aires, 1918.

Manuel Moreno, es un destacado político y médico de nuestro medio, hermano menor de Mariano y uno de los fundadores del Partido Federal. Fue uno de los diplomáticos de mayor probidad y confianza  durante los gobiernos de Rosas. El único Moreno que mencionan desde 1810 hasta 1852  los cronistas e historiadores del momento, era Manuel Moreno. A Mariano Moreno  lo descubren luego del derrocamiento de Rosas, por medio de la Academia de Historia.
Después de Monte Caseros, Manuel Moreno regresa al país y no participa  en política. Dedicó sus últimos años a organizar un fundamental Archivo Diplomático, que sirvió de repositorio a nuestra documentación de las relaciones internacionales desde 1810 a 1852. Salvando la distancia con Pedro de Angelis, ambos  deberían ser considerados como los precursores de la conservación de nuestra documentación histórica. Por supuesto esto no es así, sencillamente porque el relato liberal es diferente y sobre ambos personajes pesa el baldón de haber sido federales y rosistas.

(5) Se amplía el aspecto económico financiero del virreinato en el comentario Los Vales Patrióticos de Liniers, de fecha 2 de mayo 2012 y el enfrentamiento con el Virrey Elio de Montevideo sobre este aspecto.

(6) Ese  mal hombre, árbitro de la monarquía, es Manuel Godoy y Álvarez de Faria, (1767-1851).

(7) Ambos datos son correctos. Liniers había organizado un cuerpo de granaderos montados que llevaba su nombre; y designó un  oficial de su confianza de apellido Maidana, que viajó a Corrientes y a Candelaria, en Misiones para reclutar personal militar, con promesa de pago. Se debe considerar que Liniers fue Gobernador Interino de los Treinta Pueblos de Misiones Guaraníes y Tapes, entre el 5 de noviembre de 1802 y el 3 de enero de 1804, conociendo el medio a la perfección.
    



  




No hay comentarios:

Publicar un comentario