La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



martes, 25 de marzo de 2014

NUESTRO PERIODISMO EN SUS ORÍGENES


Por: Roberto Antonio Lizarazu

Cuadro de situación

En nuestro incipiente país, es verdad que el periodismo, los periodistas y las otras especialidades que conforman la posibilidad de editar un medio que pueda llegar al lector, existieron desde siempre; y los antecedentes al respecto son surtidos y numerosos. Primero es el período de Los Pasquines Manuscritos, como denominan los cronistas, pero hay un hecho que marca un hito trascendente en el proceso del periodismo escrito: La introducción de la imprenta en Buenos Aires.

Se debe notar que menciono “la imprenta”, porque había una sola. La misma de siempre, la que dejaron en Córdoba en los sótanos del Colegio Convictoriano de nuestra Señora de Monserrat  los jesuitas cuando fueron expulsados mediante Pragmática Sanción del Rey Carlos III del 2 de abril de 1776. Esta imprenta es la que termina siendo instalada en  la casa que albergaba a los niños expósitos, y que primero se denominó Real Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos y luego en el período independiente, Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos. Hay una sola, siempre es la misma. (1)

La instalación de la imprenta en Buenos Aires, divide las aguas en la confección de los periódicos. Hay un antes y un después de la imprenta en funcionamiento.

Se pueden mencionar  tres momentos trascendentes sobre el tema imprenta en Argentina, que: la primera imprenta fue construida en misiones y empezó a funcionar en 1700,    siendo el primer impreso el Martirologio Romano. Luego en Córdoba, la primera impresión fue del año 1766. Y que en Buenos Aires la imprenta traída desde Córdoba, empezó a funcionar en 1781.


Los Pasquines Manuscritos

Antes de ella, apareció un periódico, el primero que se conozca, o por lo menos el primero que el suscrito sepa, y del cual se conservan tres ejemplares de cuatro que oportunamente fueron hallados. Tres se conservan en el AGN y el que falta, dicen las malas lenguas, que gracias a la viveza criolla pertenece a la colección privada de un magnate brasileño, que compra nuestra original documentación histórica en cantidades industriales. Por peso. También se debe hacer notar que contamos con numerosísima documentación que no es original. Son copias y copias de copias.

Estos pasquines carecen de numeración pero no de fecha y eran manuscritos,  su nombre  Gazeta de Buenos Ayres.  La cabecera del más antiguo de ellos dice: Gazeta de Buenos Ayres del martes 19 de junio de 1764 y no se debe confundir con la Gazeta de Buenos Ayres, impresa entre 1810 y 1821 en el período independiente. La primera estaba compuesta de un cuadernillo de ocho páginas, pero extrañamente solamente cuatro de ellas y la parte superior de la quinta están manuscritas, el resto luce vacío. En su interior se informa de varios asuntos locales: la salud y actividades del gobernador, en ese momento Pedro Antonio de Ceballos Cortés y Calderón, más conocido erróneamente en nuestros manuales de historia como Pedro de Cevallos, quien ejerce el cargo entre 1756 y 1766. También da cuenta del cobro de haberes a los oficiales de la plaza, la captura de una embarcación sin bandera reconocida, el contrabando de los portugueses, varias riñas y grescas, epidemias y la llegada de cuatro navíos que trajeron la necesaria porción de barriles de vino blanco.

El segundo número conocido de esta gaceta es el del martes 24 de julio de 1764. De sus doce páginas sólo nueve están escritas. Como la anterior, informa ante todo de la salud del gobernador (Ceballos) quien padecía de ictericia (2). Las noticias sobre la vigilancia de la plaza de la Colonia del Sacramento, para evitar el contrabando ocupan gran parte del espacio (3) y otra noticia revela que la exportación (legal, pasando por aduana) de cueros estaba haciendo revivir el comercio local.

El tercer número existente consta de ocho páginas, de las cuales seis y la parte superior de la séptima están ocupadas. El título de esta tercera gaceta está dibujado en mayor tamaño y la letra del redactor es evidentemente distinta de la del que escribió los otros dos números, pero el tenor de las noticias sigue siendo el mismo y tiene relación con las gacetas precedentes.

Esta primer Gazeta circulaba, es previsible, de mano en mano, como circularon más tarde escandalosos panfletos anónimos que dieron lugar a procesos varios. Y aunque no entren propiamente en la categoría de periódicos, cabe mencionar, que en ausencia de los primeros, la circulación de pasquines en las calles de la ciudad, durante el virreinato de Juan José de Vértiz, en los cuales se protestaba por el aumento del dos por ciento en el tributo de las alcabalas (4). Si bien no los podríamos considerar como periódicos, algunos autores ven en ellos los precursores de nuestra Prensa Amarilla.

La difusión de tales anónimos pasquines motivó el bando del 23 de octubre de 1779, por el cual se hizo saber a los vecinos que debían abstenerse de: componer, escribir, trasladar, distribuir y expender semejantes papeles sediciosos e injuriosos, y de permitir su lectura en su presencia.

Aparecen los primeros noticieros impresos.

Debido a la instalación en su nueva ubicación, de la ahora denominada Real Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos,   se imprimió en número 1 (único que se conoce) de un periódico de ocho páginas, encabezado con el título: Noticias recibidas de Europa por el Correo de España, y por la vía del Janeyro. Buenos Aires, a 8 de Enero de 1781.

Como corresponde, la primera noticia que se publica, se refiere a la buena salud del Rey y de la familia real (5). Inmediatamente después siguen diversas informaciones  sobre la guerra entre España e Inglaterra;  y según las mismas, la escuadra hispana lograba grandes éxitos. Contiene además algunas noticias de Francia, Portugal y Filipinas.

El segundo noticiero, impreso también en la Real Imprenta de la Casa de los Niños Expósitos, está fechado el 1 de mayo de 1781, y si bien tiene lógicas semejanzas con el anterior, no lleva número que indique ser su continuación. Consta de diez páginas y se titula Extracto de las noticias recibidas de Europa por la vía de Portugal.

Este segundo noticiero está totalmente dedicado a la guerra con los ingleses en la que éstos siempre aparecen llevando la peor parte y como antecedente a tener en cuenta por los historiadores de décadas posteriores, se comenta una proyectada expedición inglesa a Buenos Aires. El redactor se manifiesta escéptico de este proyecto por las razones que detalla: No es de presumir seriamente este intento, contra un país defendido por un regimiento completo de tropas regladas, y por 5 ó 6 mil hombres de milicias.

Como vemos las dos primeras publicaciones en la Real Imprenta, ya ubicada en Buenos aires, tratan exclusivamente de noticias ajenas al medio local. Por ese motivo varios autores que tratan el tema no los contabilizan como pertenecientes a nuestro periodismo, sino recién en las publicaciones que sigue cronológicamente.

El Telégrafo Mercantil

El Telégrafo Mercantil, Rural, Político-Económico, e Historiográfico del Río de la Plata, comienza a publicarse el miércoles 1 de abril de 1801, bajo la dirección de don Francisco Antonio Cabello y Mesa, natural de Extremadura. Cabello y Mesa aporta su experiencia  dado que no era un principiante en la materia. Cabello había editado en Lima: El Diario curioso, erudito, económico y comercial; el Mercurio Peruano y el Semanario Crítico.

Hay que reconocerle al extremeño Cabello y Mesa gran coherencia. Antes de fundir El Telégrafo Mercantil, en Buenos Aires, ya había hecho en Lima lo mismo con otras tres publicaciones. Veremos como sucede. De común acuerdo con las autoridades virreinales (Vértiz) se propuso constituir una Sociedad patriótico-literaria-económica para publicar un periódico, que según el texto del convenio publicado en el primer número haría lo siguiente: Concurriendo si no a instruir y cultivar al pueblo le dé al menos, un entretenimiento mental e inspire inclinación a las ciencias y a las artes.

La sociedad patriótico-literaria-económica  (el texto es del convenio), además debía promover la fundación de nuevas escuelas filosóficas, donde para siempre cesen aquellas voces bárbaras del escolasticismo (Santo Tomás de Aquino) que aunque expresivas en los conceptos ofuscaban, y muy poco o nada trasmitían las ideas del verdadero filósofo (Iluministas). Empiece ya a reglarse nuestra agricultura, y el noble agricultor a extender sus conocimientos sobre este ramo importante. Empiece a sentirse ya en las provincias argentinas aquella gran metamorfosis que a las de Méjico y Lima elevó a par de las más cultas, ricas e industriosas de la iluminada Europa.

Desde abril hasta setiembre del año 1801, El Telégrafo Mercantil apareció los miércoles y los sábados, en entregas de ocho páginas numeradas correlativamente hasta integrar un tomo. A partir de octubre de 1801 salió los domingos con 16 páginas, en dos oportunidades, porque Cabello reparó que no había renta alguna y se mantenía con los aportes del gobierno. A pesar de ello se mantuvo un año más. La última edición vio la luz el domingo 17 de octubre de 1802 y la excusa del gobierno para cortar el flujo financiero   merece comentarse. 

El Telégrafo en su número del domingo 10 de octubre, publica un artículo titulado Circunstancias en que se halla la provincia de Buenos Aires e islas Malvinas, y modo de repararse. Este artículo era muy crítico del estado financiero del Virreinato y colmó la paciencia de Vértiz quien hace suspender la publicación del Telégrafo Mercantil. Lo extraño es que pasados los años, gracias al doctor Antonio Zinny, sabemos que el autor del artículo en cuestión, no fue Cabello sino don Juan de la Piedra y había sido redactado en 1778. ¿Qué motivó a Cabello a publicar algo crítico de su sostenedor y gracias al cual existía su publicación? Probablemente su afinidad ideológica con Juan de la Piedra, un marino español, contador de navío de la Real Armada Española, de varias aventuras en la Patagonia; y partidario del iluminismo, igualmente que Cabello.

Semanario de Agricultura, Industria y Comercio

El criollo Juan Hipólito Vieytes edita y dirige, sin ingerencia financiera alguna del gobierno virreinal, el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio. (6)

Comienza a aparecer el 1º de septiembre de 1802 y publicó 218 números, en cinco tomos. En el primer número explicita Vieytes a sus lectores de lo que tratará su periódico: En él se tratará de la agricultura en general y los ramos que la son anexos, como son cultivo de huertas, plantío de árboles, riegos, etc.

De todos los ramos de industria que sean fácilmente acomodables a nuestra presente situación, del comercio interior y exterior de estas provincias, de la educación moral, de la economía doméstica, de los oficios y de las artes, de las providencias del gobierno para el fomento de los labradores y artistas, de los elementos de química más acomodados a los descubrimientos útiles, a la economía del campo y a la expedición de los oficios y las artes.

En los cuatro primeros números del Semanario… se dedican artículos a la agricultura, a la industria, al comercio y a la educación moral, respectivamente, y en ellos se refleja la certera visión de Vieytes sobre el porvenir de estas provincias. Similares argumentaciones comparte con Manuel Belgrano en su tarea como Secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires;  y siguen manteniendo actual vigencia, salvando la distancia,  con lo que se publica como carencia en los medios en el día de la fecha.

Sigue escribiendo Vieytes en el segundo número  del Semanario… Las naves que nos conducen diariamente de la Europa y de la América todas aquellas cosas que sirven no solo a satisfacer nuestras necesidades, sino también a surtir el gusto y alimentar asombrosamente el lujo, esas mismas naves retornarán cargadas de los frutos más necesarios y precisos. La abundancia de las primeras materias y el acomodado precio a que las compren las harán en demorarse en nuestros puertos, y en la prodigiosa distancia de 2000 leguas con que se nos interpone el océano no veremos otra cosa que esas máquinas flotantes que vienen a cargar de nuestros frutos para repartirlos por los innumerables puertos del mundo antiguo.

Las abundantes materias que produce nuestro suelo son de primera necesidad en todas partes: las carnes saladas, los tocinos, las harinas de trigo, el sebo, las pieles de toda especie, las lanas, etc. Todo este conjunto de cosas son del mayor aprecio a cualquier parte que se lleven, y permutadas traerán desde luego a nuestras provincias todo aquello que en ellas no se produce ni cultiva. El labrador verá recompensado su trabajo con la posesión y goce de innumerables bienes que ahora no disfruta ni desea: se despertará en su corazón aquel deseo de aumentar sus comodidades y ensanchar sus posesiones, y trasmitiéndose de padres a hijos esta gloriosa emulación ya no será el habitador de la campaña aquel ente desgraciado condenado a vivir en la estrechez y la miseria.

Pero no basta labrar la tierra y cosechar abundantemente: NACION ALGUNA (destacaba Vieytes en letra cursiva en el segundo número de su Semanario) PUEDE PROSPERAR SIN EL FOMENTO DE LA INDUSTRIA: SU EXTENSIÓN ES INMENSA, SUS OBJETOS INNUMERABLES, SUS UTILIDADES INDECIBLES.

Quebrado y suspendido el periódico de Cabello, El Telégrafo…   es el Semanario quien cubriría el espacio de la información pública y contribuiría en otros aspectos básicos como, por ejemplo, la salud. Precisamente en ese momento, en 1803, se introduce de manera privada, la vacuna contra la viruela; y el Semanario se constituyó en el más tesonero y práctico defensor de su inoculación.

Termina el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio

Con el número 197, del miércoles 25 de junio de 1806, se interrumpe la salida del Semanario… debido a la primera invasión inglesa, participando Vieytes en la Reconquista como Capitán de Milicias.  En el número 198 de fecha 24 de septiembre se publica una carta del reconquistador de Buenos Aires, Santiago de Liniers, en la que invita a Vieytes a proseguir con la publicación.
Los números 197 y 198 del Semanario deberían ser de lectura obligatoria en los Institutos especializados de enseñanza de historia argentina. Es sorprendente la cantidad de acciones heroicas realizadas por vecinos comunes que de pronto ven atacada su ciudad.

Los números sucesivos ponderan a la población de la ciudad por su valiente proceder y comentan las noticias concernientes al sitio de Montevideo. Y en el último número, el 118, del 11 de febrero de 1807, se cierra con el Aviso al Público sobre la toma de Montevideo por el ejército inglés, y finaliza con estas palabras: El Editor, suspende por ahora el Semanario.



Observaciones

(1) En 1779 el Virrey Vértiz fundó una Casa de Niños Expósitos y   dada la necesidad de que el gobierno tuviese un instrumento adecuado para difundir noticias, bandos y proclamas; y además para  que ésta casa se beneficiase con parte de las ganancias que produciría la explotación de una imprenta,  Vértiz recurrió a los funcionales franciscanos, que administraban para beneficio de su orden, los bienes de los expulsados jesuitas desde 1767. Entre esos bienes se encontraba esta Imprenta.        
Éste trámite, Vértiz lo comienza con una carta fechada el 7 de agosto de 1779, en la que solicita al Rector del Colegio Convictoriano de nuestra señora de Monserrat, fundado en Córdoba por los jesuitas el 1 de agosto de 1687,  se le informe del estado y el precio de la imprenta. Finalmente la gestión terminó económicamente de manera muy satisfactoria para ambas partes.
Algunos autores especializados en el tema, sostienen que en las misiones existían tres imprentas en otras tantas reducciones; y que la del Colegio Convictoriano de Córdoba era una cuarta imprenta. Por supuesto todas ellas pertenecían a los jesuitas y  todo esto amerita para un apunte específico al respecto.
(2) Coincide una de las manifestaciones de esta enfermedad con el mote que se registra en varios diarios personales de vecinos de Buenos Aires, cuando se referían al gobernador Ceballos, era: El Chino Ceballos, en referencia al tono amarillo de su piel.  Pedro de Ceballos fue gobernador del Río de la Plata entre 1756 y 1766 y luego virrey del río de la Plata desde el 15.10.1777 al 12.06.1778.
Un conocido poema de esa época, es el de Juan Baltazar Maziel, (1727-1787) titulado: Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo señor Don Pedro de Ceballos, 1777. En este poema se menciona al gobernador Ceballos varias veces y finaliza de la siguiente manera: Perdone, Señor Ceballos/ mi vena silvestre y guasa,/ que las germanas de Apolo/ no habitan en las campañas.
Si en 1777 era Ceballos no comprendo como el progresismo dos siglos después,  lo convierte en Cevallos. Lo mismo sucede con el propio autor del poema, Maziel, ahora se lo identifica como Maciel, incluso en las nuevas ediciones donde se registra su poema Canta un guaso… ¿Será una epidemia de idiocia?
(3) Oficialmente se hacía toda una representación simulando el control del contrabando, que todo el mundo, desde el gobernador hasta el más despistado de los súbditos conocía en detalle como se realizaba desde el Puerto de Las Conchas. La medida más visible de contralor consistía en dos navíos anclados, uno en la rada de Buenos Aires a la altura del límite sur del actual Parque Lezama y otro navío a la altura del Retiro, frente a la Plaza de Toros, que debían impedir la navegación del río sin autorización. Jamás se conocieron los responsables,  la tripulación ni el armamento de estas naves.         
Tampoco nadie conoce ninguna intervención de los navíos mencionados en más de un siglo. ¿Cómo alguien puede encontrar contrabando en el Puerto de Buenos aires, si el mismo se realizaba desde el Puerto de Las Conchas (Tigre actual) hasta y desde la Colonia del Sacramento en la Banda Oriental?
El lector que desee ampliar sobre el tema del contrabando puede consultar en este mismo blog el apunte titulado Fundación de la Colonia del Sacramento, sus consecuencias en el Río de la Plata, de fecha 27 de mayo de 2012.
(4) Equivalente al actual impuesto a las ventas.
(5) Se trata de Carlos III, monarca desde 1759 a 1788
(6) El lector que desee ampliar el tema de Juan Hipólito Vieytes, puede consultar en este mismo blog, el comentario de fecha 29 de marzo de 2012, titulado: Juan Hipólito Vieytes, Un periodista injustamente olvidado.


Bibliografía General
Juan Probst, Juan Baltazar Maziel, maestro de la generación de Mayo, Editorial Coni, Buenos aires, 1946.

Academia Nacional de la Historia, Historia de la Nación Argentina, Tercera edición, Volumen IV. Segunda Parte, Capítulo II, El Periodismo, Por Doctor Juan Pablo Echagüe, El Ateneo, Buenos Aires, 1961.

Antonio Zinny, Efemeridografía argirometropolitana hasta la caída de Rozas, Edición privada, Buenos Aires, Imprenta del Plata, 1936.
La edición original es de 1869 y se reeditó de manera privada en imprenta Luxor en 1936.
El doctor en jurisprudencia Antonio Abraham Zinny (1821-1890) es un destacado historiador, periodista y docente. La provincia de Corrientes le debe la fundación del Colegio Argentino que funcionó varias décadas en su ciudad capital.


Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Estudio preliminar de Ángel Acuña, Ediciones Estrada, Buenos Aires, 1947.

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