La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



domingo, 27 de mayo de 2012

Colonia del Sacramento



FUNDACION DE LA COLONIA DEL SACRAMENTO. SUS CONSECUENCIAS EN EL RÍO DE LA PLATA.


Por: Roberto Antonio Lizarazu

La unificación peninsular. La península ibérica se encontró unificada durante poco más de ochenta años. Desde 1580 hasta 1668  España y Portugal permanecieron unidas bajo el imperio de la Casa de Austria. La fórmula que se encontró para la denominación del monarca de esos años fue la siguiente: “Hispaniarum et Portugalliae Rex”.

Intentaré resumir lo más brevemente posible los pormenores que llevaron a que la Casa de Austria, -así como unas décadas antes sucedió con España- a quedarse con el dominio de Portugal. Durante el siglo XVI, como resultado de la muerte del Rey de Portugal, Sebastián Iº el 4 de agosto de 1578,  en la Batalla de Alcazarquivir, entre Portugal y Marruecos; su tío, el rey de España Felipe II, hijo de Isabel de Portugal y por tanto nieto del Rey Manuel I de Portugal, hizo valer su reclamación al trono portugués. Pero como además de los derechos se debe tener la fuerza para ejercerlos,  en junio de 1579 envió al Duque de Alba y su ejército a Lisboa para asegurarse la sucesión, cosa que sucedió al vencer al otro pretendiente, Don Antonio de la Casa de Braganza.

Durante esta unificación, y motivado por la importancia que estaba adquiriendo la colonización portuguesa en nuestra zona, en 1643 el virrey del Perú, el gobernador don Gerónimo Luís de Cabrera, ordena realizar un “Censo, Auto y Diligencia sobre el Registro y Desarme de los portugueses, asentados en Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe”.  

Realizado el censo es sobre los resultados del mismo, que  el doctor Manuel Ricardo Trelles, publica: “Los portugueses en el Río de la Plata  editado en la Revista del Archivo General de Buenos Aires,  T. m. pp 142-263, 1871 (1) y nos detalla sus interpretaciones.

“Es posible estudiar un importante sector de la sociedad de la época, su procedencia, actividades, su vivienda y chacras. Casados con portuguesas o con hijas y nietas de los conquistadores (castellanas de nación), son fecundos como ninguna otra raza, pues casi todos alcanzan de a cuatro y hasta siete hijos machos y hembras. Eran comerciantes, hacendados, herreros, calafates, carpinteros, plateros y gente de mar”.

“Allí encontrarán sus más antiguos antepasados muchos de nuestros Álvarez, Díaz, Rodríguez, Acosta, Paredes, Flores, Méndez, Guerra, Machado, González, Ferreira, Rivero, Sierra, Núñez, Maciel,  Suárez, Silva, Pintos, Carballo, Rocha, Fernández, Fonseca, Correa, Gómez, Olivera, Cabral, Pérez, Pino, Pereyra, Sosa, Vieyra, Ávila, Juárez, Báez, Herrero, Espinosa, Castro, Madero, Barbosa, Reyes y otros. A pesar de todas las prohibiciones previas a la unificación de la península, los portugueses se hallaban incorporados a la población española, a la indígena y a la africana, dando origen a la entidad argentina. De acuerdo al censo, en Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe, los portugueses se encontraban totalmente integrados al medio social conformando una sola unidad”.

La Nova  Colónia do Santíssimo  Sacramento. Cuando aún se mantenía la unificación peninsular, en los primeros días de enero de 1680 se erige frente a la ciudad de Garay, La Colonia del Sacramento, fundada por el Maestre de Campo Manuel de Lobo; y una de sus primeras utilidades fue la de servir de refugio a los acusados de  cristiàos novos”  provenientes de Río de Bahía y de Pernambuco. En materia de la aplicación del Santo Oficio, los portugueses -ahora unificados con los españoles- eran mucho más rigurosos que estos últimos. Llega a Río de Janeiro el obispo Francisco de San Jerónimo, delegado del Santo Oficio de Lisboa y comienza una cacería de “marranos”  al mejor estilo de Savonarola. La Colonia del Sacramento se transformó en la tierra prometida de los “cristiáos novos” y esa fue una de las causas de su rápido crecimiento demográfico de esa época. También hay que considerar que La Colonia servía de puerta de ingreso a todo el territorio colonial hispánico. Como veremos más delante  las quejas de las autoridades del Alto Perú del arribo de estos nuevos inmigrantes. (2)

Pero esa fue una de sus utilidades, la otra, ya no es tan sancta. Esta fundación fue para los vecinos de Buenos Aires, vivillos desde siempre, la solución a la limitación del monopolio con la metrópoli y se constituyó en una especie de cabecera de puente entre el Brasil y las Provincias del Río de la Plata, por donde habría de continuar permanentemente, el intercambio “no oficial” de mercaderías y de esclavos. Este intercambio se practicó siempre, antes de la unificación, durante la misma y se incentivó luego de la nueva separación como naciones independientes.

Esta fundación representó para los vecinos de Buenos Aires, desde el punto de vista económico, una gran oportunidad ya que ante lo engorroso de comercializar los frutos de la tierra por la vía designada por el Rey, tuvieron la oportunidad de hacerlo con los lusitanos de la otra orilla del río y para ello nada mejor que La Colonia con sus vastos almacenes, donde entregaban los productos de nuestra campaña y recogían los artículos industrializados en Europa. Fue una fuente de riqueza para los comerciantes y la causa de la ruina de las arcas del estado colonial de turno. (3) Respecto de los habitantes de a pié,  habría que escuchar la opinión de algún sociólogo con conocimientos de la economía para opinar si resultó mejor o peor para ellos.

También existieron otras dificultades derivadas de esta situación del comercio “no oficial”. La confluencia en un solo punto (Buenos Aires-Colonia-Buenos Aires) de casi todo el comercio de una dilatada comarca suscitó recelos de la burguesía y del comercio limeño, que se retrajo sobre si mismo y dejó de comerciar por Buenos Aires. Buscaron otros medios “no oficiales” pero más cercanos.  

También el Santo Oficio portugués, inquieto por la deserción de mucha gente, que se pasaba a las posesiones españolas cuyas autoridades eran más laxas en materia religiosa, “degradaba a su tierra de origen”  (4). La presentación de Gabriel de Aldunate y Rada (4) del 28 de julio de 1694, pidiendo que la corona tome medidas al respecto porque los portugueses que ingresaban, llegaban en su migración hasta el Alto Perú,  es bastante explícita: “…porque entre los que han desertado de la Colonia a nuestra población, pasan muchos que fueron a la Colonia degradados y prófugos, que se pasan para vivir encubiertos y vagando entre aquella dilatada nueva cristiandad y porque se hacen dueños de la tierra, pues ya lo son de las faciendas del río  (Uruguay) como situados en los mejores parajes. Nuestros montes los sustentan de maderas, nuestros campos de sus frutos, y las campañas de los ganados. Han prosperado comerciando con Brasil desde La Colonia.”

La corona simula tomar medidas, porque no hay que perder de vista que la misma corona reina en ambas naciones. Proclama en 1736 una Real Cédula en Aranjuez, que ordenaba expulsar a los que arribaban ingresando por La Colonia. Pero la medida fue dejada en suspenso “in eternum” primero por el Consejo de Indias y luego por el Gobernador de
Buenos Aires don Miguel de Salcedo.

El 18 de enero de 1746, el nuevo gobernador, don José de Andonaegui dicta una acordada que es todo un ejemplo de cómo un gobernante transforma en lícito algo ilícito. Incluso contradiciendo una Real Cédula, la de Aranjuez. Pero todos están en la “inteligentzia”  desde el monarca para abajo que no era para cumplirla, era solo era para llenar las formalidades del caso.

Dice Andonaegui aludiendo al intercambio ilícito entre Buenos Aires y Colonia que: “Es contagio general  y muy radicado en el pueblo,  que no hay quien declare la verdad. Por ser el pueblo grande, la mayor parte vive del comercio y en habiendo falta de género, no hallan en qué emplearse y tienen por cosa lícita traer de donde puedan”. (5)

Otra de las consecuencias de la fundación de La Colonia, fue que aprovechando la creciente prosperidad de la zona, entra en escena un nuevo actor. Un numeroso grupo de comerciantes peninsulares, oriundos en su mayoría del norte de España: gallegos,  asturianos, cántabros y vascos, y que según nos explica Juan Agustín García, en La Ciudad Indiana(3) “Buenos Aires rápidamente se convirtió en un apeadero de polizones y punto de arribo de cuantos emigraban de la Península en busca de la felicidad por medio del intercambio fácil y sin impuesto. El encumbramiento en el Río de la Plata de algunos personajes y familias de esa procedencia está fundamentado en el tráfico ilícito con la Colonia del Sacramento- Muchos de ellos que ostentaban riquezas de origen absolutamente ignoto, no tardaron en fusionarse con los antiguos vecinos y mercaderes. Y allí tendrá su raíz la futura burguesía comercial y terrateniente porteña; y no pocos de los que mostraron luego con orgullo sus añejos pergaminos y blasones”.

El nuevo estado comercial que goza Buenos Aires, produce en poco más de un siglo una sustancial modificación en la economía, primero de la Gobernación y luego del Virreinato que usufructúa Buenos Aires. La burguesía cada vez más rica y el estado cada vez más pobre. La ciudad de Garay dejó de ser un simple contacto entre las Provincias y el exterior para transformarse en el punto de exportación de todos los frutos del país. Los lícitos en franca minoría hacia España y los ilícitos, que eran la gran mayoría incluyendo los esclavos,  vía La Colonia del Sacramento, primero hacia Brasil y de ahí al resto de los mercados mundiales.

En lo que parece ser una constante histórica de las diversas colonias que se liberan de sus metrópolis, ese momento histórico que se llena de súbito patriotismo, se da precisamente cuando las colonias reparan que las metrópolis ya les es innecesaria. Los portugueses fueron responsables en gran medida de todas esas transformaciones producidas en Buenos Aires y ellos fueron, a sabiendas o no, los responsables de la independencia económica de las Provincias del Sur, las que en pocas décadas más habrían de luchar con las armas por la emancipación política.


Fuentes Documentales

(1) En 1871 el Archivo General de Buenos Aires, es lo que a partir de l884, en la primera presidencia de J. A. Roca, sería el AGN.
(2) (5) Torre Revello, José Miguel. “Nuevos Datos para el estudio de la Inquisición en el Río de la Plata en Humanidades, T. XX, La Plata, 1930, pp. 317-339.  
(3)  Los señores lectores pueden leer en este mismo sitio la nota del suscripto “Los Vales Patrióticos de Liniers” de fecha 2 de mayo de 2012, donde se menciona el estado de quiebra permanente del estado virreinal.
(4)  Gabriel de Aldunate y Rada. Maestro de Campo, Corregidor de la Provincia Lacareja. Tenía como títulos anexos los de General, Justicia Mayor y Alcalde de Minas y Registros. Residía en La Paz.
(6) Juan Agustín García. La Ciudad Indiana. Editorial Coni, Buenos Aires, 1986.




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