La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



viernes, 25 de enero de 2013



HÉCTOR PEDRO BLOMBERG

Por Roberto Antonio Lizarazu

“Y la fama es puro cuento” (Del tango Mi Vieja Viola, de Humberto Correa)

Varios años antes que Héctor Pedro Blomberg (18 de marzo 1889 – 3 de abril 1955) adquiriera un inusitado reconocimiento y  aceptación social por su notable obra como autor de letras de milongas, triunfos, rancheras,  valses, canciones y tangos, ya era un consagrado literato cuyas obras excedían de manera generosa, lo que luego lo consagraría como un famoso autor nacional.

Entre 1920 y 1933, (1) escribe y edita nada más ni nada menos que:

           “Las puertas de Babel”, novelas.
           “A la deriva”, canciones de los puertos y los mares.
           “Pancha Garmendia”, poema trágico.
           “Bajo la Cruz del Sur”, nuevas canciones de tierra y mar.
           “Los habitantes del horizonte”, novelas.
           “Los soñadores del bajo fondo”, novelas.
           “Las islas de la inquietud”, poesías.
           “Los peregrinos de las espuma”, novela.
           “La otra pasión”.  novela.
            “Los pájaros que lloran”, cuentos de la guerra del                     Paraguay.
             “Naves”, relatos del mar.
             “Las lágrimas de Eva”, novelas.
             “El pastor de estrellas”, poesías.
             “La pulpera de Santa Lucía”, y otras novelas históricas en un solo tomo. Además de “La pulpera…” se publicaron en ese mismo volumen, “La mazorquera de Monserrat”, “La sangre de las guitarras”, “La leona de los llanos”, “La guitarra del Cerrito” y “Panchita Nelson”.
              “La mulata del Restaurador”, novela histórica.
              “La cantora de la Merced”, y otras novelas históricas en un solo volumen.  Además de “La cantora de la Merced se publicaron en ese mismo volumen “La parda Balcarce”, “Los cantores del sauce de la luna”, “María la federala”, “Los jazmines de San Ignacio”, “La mudita de las carretas”, “Rosa de los sauces”  y “La zamba de sangre”.

Luego para no aburrirse editó una trilogía pedagógica dedicada a alumnos de la primaria de gran éxito editorial  en su momento. “Pensamiento”, lecturas escolares, primera parte. “El sembrador”, lecturas escolares, segunda parte y “El surco”, lecturas escolares, tercera parte.

Tampoco se privó de la poesía. En 1934 edita su hijo predilecto, según sus palabras, bajo el título de “Poesías selectas”.

Con Ignacio Corsini, “El Caballero Cantor”, grabaron: “El adiós de Gabino Ezeiza”  (milonga), “La pulpera de Santa Lucía”  (vals), “La mazorquera de Monserrat”  (tango), “Violines gitanos”  (tango), “Tirana unitaria”  (tango), “La viajera perdida”  (tango), “La que murió en Paris”  (tango), “Siete lágrimas”  (canción), “La guitarrera de San Nicolás”  (vals), “No quiero ni verte”  (vals), “Los jazmines de San Ignacio”  (canción), “La canción de Amalia”  (vals), “La china de la mazorca”  (canción) y “Me lo dijo el corazón”  (tango).

Ignacio Corsini fue su amigo y cantor casi exclusivo, con la rareza que Magaldi registró La Parda Balcarce (canción) el 28 de septiembre de 1932.

Enrique Maciel fue el músico de su obra. Con las excepciónes de “Novia del mar”, cuya música es de Otto Wiengreen y la ranchera “Bajo la Santa Federación que es de Salvador Mérico. En total suman 17 registros.

Si no me falla la contabilidad, Blomberg escribió y editó con un éxito enorme,  en poco menos de tres lustros,   la sorprendente cantidad de treinta y dos obras de diversos tópicos. Escribió a un promedio de dos obras por año.  Cuando ya era un consagrado autor, para no perder el vicio de escribir, gracias a Dios se dedicó a letrista de tangos; y nos regaló las obras por las cuales adquirió masiva y popular fama. El literato y poeta devino en escritor popular. Tampoco debemos pecar de ingenuos. Consagración y fama tenía, pero como dice Luis César Amadori, (2) en sus “Memorias” (1941): “Morfar, morfábamos, pero salteado”.

Se calcula que entre las treinta y dos obras impresas, se editaron 18000/19000 ejemplares. Y de las 17 grabaciones se reprodujeron en total 350000/370000 placas, solamente en vida de Blomberg. Que razón tiene Humberto Correa cuando escribió en “Mi vieja viola”  que: “Y la fama es puro cuento”.

Breve comentario sobre la ideología política de Blomberg.  Todos conocen que esto que escribiré -en realidad- reproduciré lo que el mismo Blomberg le confesara a su amigo Ignacio Corsini en una nota de fecha 19 de enero de 1933, no lleva agua para mi molino. Pero es lo que Blomberg siente y piensa. No reproduzco la carta completa porque varios son temas personales; solamente lo referido a su posición política ante el federalismo y ante el mismo Rosas.

“Fue Groussac en realidad, quien en los largos y silenciosos momentos que pasaba en la Biblioteca Nacional, despertó en mí el interés apasionado por aquel tiempo. No me interesó Rosas por si mismo, a pesar de su sombría y trágica grandeza personal, sino su época: los tipos, las costumbres, los cantos, los lugares sobre los cuales caía la roja sombra del Restaurador”.

“Por eso, desde 1929, año en que se publicó la novela y se estrenó “La sangre de las guitarras”, obra primigenia de mi serie “rosista”, me dediqué a evocar a los hombres y mujeres del pueblo porteño. Los fui a buscar en las pulperías, los mercados, los cuarteles, el matadero, los suburbios hormigueantes, las parroquias rumorosas, y los he evocado con toda la vida posible en la serie, ya un poco larga, de mis romances y dramas de la tiranía, breves casi todos ellos, pero, a los cuales traté siempre de dar colorido y realidad”.

“Pero como usted sabe, no todas mis novelas pertenecen al tiempo de Rosas. He salpicado por varias épocas; como “Los jazmines de San Ignacio” que se desarrolla en los últimos días del coloniaje; “Rosa de los Sauces” en los días del Primer Triunvirato”, y “La mudita de las carretas” allá por 1860.”  (3)



(1) Todas estas obras fueron editadas entre 1920 y 1930  por Editorial Librerías Anaconda, cuya Casa Central quedaba en Florida 508, Buenos Aires e impresas por Porter Hermanos Impresores, de la calle Entre Ríos 1585, Buenos Aires. Las obras editadas entre 1930 y 1933, que son a partir de “La pulpera de   Santa Lucía, y otras novelas históricas,  hacia abajo, continúa a cargo de Librerías Anaconda pero cambia de casa impresora. Supongo que el motivo fueron  razones de los mayores tirajes que se comercializaban.  Lo realiza la Editorial Tor de Río de Janeiro 760 en Buenos Aires.

(2) Luis César Amadori como el mismo Manuel Romero, consagrados letristas de inolvidables tangos, realizan una evolución similar a la de Blomberg. Primero periodista luego autor de obras teatrales y luego termina escribiendo tangos que le facilita su éxito popular y por ende, económico.

(3)  Sus amigos personales lo definían como  simpatizante de los anarquistas que estaban muy activos por esos años de 1920/30.  Mal que me pese de federal ni rosista: Nada. Lo reitero, “Y la fama es puro cuento”.

1 comentario:

  1. Este artículo me puso en contacto con el profesor Lizarazu. En mi calidad de argentino residente en México desde los 19 años ( 1958) estas lecciones me han ayudado a conocer y recordar mejor a mi patria original. Viajo mentalmente por aquellos años en los que mis abuelos inmigraron a Argentina. Mi abuelo Mauricio Porter, nació 9 años antes que Pedro Hugo Blomberg, en Rusia. No se donde ni por que se conocieron, pero Blomberg daba clases de ingles en un entrepiso de su primera imprenta que el profesor Lizarazu, cita en este artículo. Eso lo cuenta Cesar Tiempo, hijo de tía Rebeca, la hermana de mi abuelo. Es grato formar una familia argentina unidos por la historia, que es decir... El recuerdo...

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