La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



martes, 22 de enero de 2013

Pedro De Angelis


Don PEDRO DE ANGELIS, un gran historiador ninguneado

Por: Roberto Antonio Lizarazu
Hace unos días atrás, un Editorial de Corrientes Opina, se ocupaba de una de las características más relevantes de nuestra sociedad. La división de la misma. Casualmente a la semana siguiente un Editorial de La Nación señalaba el mismo problema y alertaba sobre el riesgo que ello representa. Dos días después un destacado periodista de La Nación reiteró el tema y ese matutino le dedicó la primera página para su desarrollo. Seguidamente recibí una invitación del Centro de Estudios Continentales CEC, a participar en un seminario que lleva el sugestivo nombre de “Sociedad y Violencia”.

¿Nosotros somos conscientes que con el modelo social adoptado, que es el de la división, el enfrentamiento y la crispación,  no tenemos la menor posibilidad de progreso sostenido?

Esta introducción viene a cuento porqué el tema de este comentario es el de una persona de una vasta cultura humanística que sufrió inmerecidamente de esa división, que de manera crónica  enfermó la vida de los argentinos y que hay que reconocer proviene  de tiempo atrás.

Se trata de Don Pedro de Angelis y según   lo define el profesor Miguel Angel Scenna en su libro Los que escribieron la Historia, Pedro de Angelis “Es el primer historiador hecho y derecho,  de pura raza, en la historiografía argentina. Pese a ello, ha sido sepultado bajo una crítica adversa, enconada, terminante, al punto que pocos personajes tienen peor prensa entre los historiadores”. Así tratamos a los que descuellan en cualquier disciplina, ni pensar como somos tratados y como tratamos nosotros a los demás, los simples mortales que transitamos por el común de la vida.

Lo que nos lleva a preguntarnos el porqué de esta oposición a la violeta, o como decía Félix Luna que hace que justifique la existencia de estos “terroristas de la historia”, que solamente dividen todo fundamentando sus opiniones en  sus posiciones políticas en lugar de leer y analizar los documentos.  Como vemos esta perjudicial tendencia no es nueva. No quisiera pasar por pesimista pero afirmaría que es de siempre.  Siempre fuimos así y hoy veremos una pequeña porción de esa división expresada en la intolerancia hacia el disidente de nuestras propias ideas, considerándolo como el peor enemigo al que hay que destruir completamente.

Entre 1830 y 1832 Pedro de Angelis, nacido en Nápoles, de cuarenta y seis años, hace su presentación ante la sociedad porteña con la publicación de sus primeros libros en nuestro medio, titulados: Ensayo histórico sobre la vida del Exmo. Sr. D. Juan Manuel de Rosas, Noticias biográficas del Exmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la Provincia de Santa fe, Brigadier D. Estanislao López y Biografía del Sr. General Arenales. Estas tres obras se constituyeron en la lápida que el mismo de Angelis se fabricó para su muerte como historiador en nuestro medio.

Los intelectuales exiliados en Montevideo y en Chile, a prudente distancia del tirano, se encargaron de sepultar al muerto con cataratas de críticas de todo tipo, que hasta hoy no se pudieron mensurar equilibradamente.

Pedro de Angelis había venido a Buenos Aires, unos años antes, en 1825 contratado por Rivadavia con la finalidad de dirigir un par de periódicos oficialistas que oportunamente se denominaron Crónica política y Literaria de Buenos Aires y El Conciliador”. Estos dos periódicos tuvieron poca vida y finalmente de Angelis para 1827 se hace cargo de La Imprenta del Estado. Cuando en 1828 Dorrego se hace cargo de la Gobernación, de Angelis queda sin empleo en razón de haberlo criticado vehementemente desde los periódicos rivadavianos que mencionamos.

En 1829 de Angelis hace su primera experiencia como periodista propietario y esta vez si es exitosa su empresa periodística. Publica El Lucero a partir de septiembre de 1829, introduciendo algunas novedades que en ese momento fueron aceptadas de inmediato por los lectores y puso a El Lucero” como el semanario de mayor distribución del momento. Esas novedades fueron: partes meteorológicos semanales, movimiento de naves en el puerto, cambios de moneda y entradas diarias de ganado en la ciudad y faena en los Corrales Viejos.

Además en El Lucero se publicaban todas las novedades de la campaña al desierto que comandaba Rosas. Esto convirtió al semanario en un articulo infaltable para las familias de los miles de participantes en esa exitosa campaña al desierto. Vicente López y Planes nos dejó en sus Memorias el siguiente comentario: “Era tanta la demanda de tener noticias de la suerte de la campaña que El Lucero se vendía antes de imprimirse. Los tipógrafos  informaban día a día de las novedades que llegaban.”

Como anécdota se puede mencionar que en El Lucero se publicó la primera nota elogiando a un  novel e ignoto poeta y reproduciendo varios de sus versos: Esteban Echeverría, quien años más tarde sería un severo crítico de la labor historiográfica de Don Pedro de Angelis. De hecho Echeverría y Paul Groussac fueron arbitrariamente los más enconados detractores de la notable obra de de Angelis. Fueron incapaces de separar el trabajo histórico de las simpatías políticas para expresas sus críticas. De Echeverría no llama tanto la atención porqué nunca fue muy criterioso. De hecho tanto Echeverría como Lavalle formaban parte del numeroso grupo al que la sociedad porteña llamaba como Los Tarambanas. Pero de Paul Groussac, un historiador y ensayista con todas las letras, es injustificado su encono con la notable obra de Pedro de Angelis.

Ya mencionamos que entre 1830 y 1832 publica tres importantes biografías, dando inicio en nuestro país al estilo biográfico, que es el más difícil y controvertido de los medios de escribir historia. Lo inicia   de Angelis y hasta la aparición de Juan Bautista Alberdi ningún otro autor se destaca en el mismo. De este mismo período, que podríamos llamar período biográfico, además se debe mencionar una pequeña joya, casi extinguida que es la Vida de Aimé Bonpland, que de joven pude leer  una sola vez  y que por supuesto no pude comprarla.                        

A fines de 1833 Rosas lo contrata para promocionar los logros intelectuales de su gobierno, en trabajos como el Archivo Americano y Espíritu de la Prensa del Mundo, la que se editaría en tres idiomas, castellano, inglés y francés y tuvo una amplia circulación en Europa con la aceptación de varios grupos de intelectuales encolumnados en el movimiento romántico, con el cual había coincidencias ideológicas evidentes. Hay que tener en cuenta que cuando el Romanticismo se difunde entre nosotros a partir de 1830, todo el movimiento era afín con los principios del  federalismo y con sus jefes.

En 1836 de Angelis comenzó su obra magna. La Colección de Obras y Documentos relativos a la Historia Antigua y Moderna de las Provincias del Río de la Plata.

El erudito de Angelis  era también un apasionado coleccionista de documentos, de los que llegó a reunir una cantidad impresionante. Todos ellos adquiridos de su bolsillo, pero como era un historiador y no un juntador de papeles, como es la debilidad del suscripto, agregaba a cada uno un comentario de su propia cosecha. Esta colección anotada, sería la base con que produciría su mayor obra como investigador y una de las más importantes que se publicaron en América en el siglo XIX.

Esta tarea que habría de valerle un lugar de privilegio entre los historiadores, fue iniciada en 1836 y se constituyó en el abrevadero de cuantos quisieron saber algo de estas lejanas regiones tanto en su aspecto histórico como geográfico. También se debe comentar que varios de los historiadores clásicos que renegaron públicamente de esta obra, reproducen capítulos enteros de la misma sin hacer mención de donde obtienen la información que publican.

Pero de Angelis fue un innovador en nuestro medio  en varios aspectos. Es verdad que en Europa el Enciclopedismo se hallaba en su momento de esplendor y ya lo utilizaban las casas impresoras de las obras enciclopédicas. Distribuir la obra en fascículos para luego encuadernarla. Don Pedro de Angelis vende y distribuye su Colección… en fascículos previamente encargados por los suscriptores,  que pagaban una parte cuando hacían la reserva y el resto cuando lo recibían en el domicilio. La Colecciónllegó a tener 588 suscriptores.
Pero, la prepotencia de un cónsul y de un oscuro marino francés que se creían el ombligo del mundo, y los dueños de la navegación de los ríos interiores de las naciones independientes, desencadenó una guerra con bloqueo incluido del Río de la Plata. Una de las varias consecuencias fue que en poco tiempo en Buenos Aires se terminó el papel, que era un producto importado. La Colecciónqueda trunca para siempre en el Tomo VII.

Ricardo Zorraquín Becú, en su obra El Federalismo Argentino” critica esta prepotencia francesa que causó, entre otras varias, un perjuicio enorme para nuestra cultura. “No es éste uno de los cargos menores que deben formularse a los que se autocalifican como defensores de la civilización y de la cultura.”

Varios de sus detractores, pasados los años de enfrentamiento y después de Monte Caseros, reconocieron públicamente y lo dejaron por escrito lo meritorio y valioso que representaba para nuestra cultura  la obra de de Angelis. Domingo Faustino Sarmiento que fue uno de sus críticos más consecuentes, finalmente reconoce su error inicial y refiriéndose a La Colección deja por escrito que: “Es el monumento nacional más glorioso que pueda honrar a un Estado americano, y a su autor Angelis (sic) que emprendió su publicación, le debe la República lo bastante para perdonarle sus errores políticos de juventud”.

Pero seguramente el reconocimiento que más debe haber agradado a de Angelis debe haber sido el gesto realizado por Bartolomé Mitre.
El 3 de septiembre de 1854, Mitre promueve la creación de una suerte de academia destinada a fomentar los estudios históricos y geográficos en la República Argentina. Era la primera institución destinada a tal fin en nuestro país y el nombre designado fue Instituto Histórico y Geográfico del Río de la Plata, y en pocos años termina siendo la Academia Nacional de la Historia.

Nombrado Mitre Presidente del Instituto.., el entonces coronel en persona visitó a de Angelis en su domicilio, y le llevó una invitación escrita, firmada por él como presidente del Instituto… y refrendada con las firmas de otros destacados miembros, todos ellos antiguos opositores políticos: Valentín Alsina, Domingo Faustino Sarmiento y José Mármol.

Una vez aceptada la invitación, en una carta personal a Tomás Guido, de Angelis narra estos hechos que lo llenaron de felicidad. “El señor Mitre que es Presidente y que lo merece por el celo que ha desplegado en la creación de este cuerpo literario, se propone y se lisonjea, abrir un camino más ancho y dar una dirección más noble a los que consumen su tiempo y gastar su inteligencia en luchas estériles para el bien público. Quiera Dios que lo consiga.”
El caso de Pedro de Angelis finalizó relativamente bien, pero no es la generalidad.

Quisiera terminar este comentario con un pensamiento de Marc Bloch, que jamás supo quién fue de Angelis, pero que se adapta perfectamente para contradecir a sus detractores antiguos y modernos. “Vemos muchas veces, eruditos a la violeta que se extrañan del tiempo sacrificado por auténticos eruditos en componer obras de este tipo, (heurística) y por todos los investigadores en conocer su existencia y aprender su manejo; como sí, gracias a las horas invertidas en estos trabajos que, aunque no carezcan de cierto escondido atractivo, desde luego están faltos del brillo romántico, no se ganará tiempo y se ahorrará mucha energía.”

Observaciones: La primera edición quedó trunca en el Tomo VII. En 1909, una Comisión de Homenaje por el cincuentenario de su fallecimiento, que había ocurrido el 10 de febrero de 1859, intentó sin éxito publicar su famosa obra Colección… pero no encontraron ninguna editorial interesada.
Recién en agosto de 1969 la Editorial Plus Ultra editó la Colección Pedro de Angelis completa, dividiéndola en doce tomos.

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