Genaro Berón de Astrada |
APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LA BATALLA DE PAGO LARGO
Por: Roberto Antonio Lizarazu
Las razones inmediatas de este conflicto, sucintamente fueron las siguientes: El Gobernador Berón de Astrada, motivado por la prohibición de Rosas de la libre navegación de los ríos, hace un acuerdo para contrarrestar la medida porteña, con el Brigadier Fructuoso Rivera, presidente uruguayo, conjuntamente con el gobernador de Santa Fe Domingo Cullen y la anuencia del futuro enemigo, el gobernador de Entre Ríos, Pascual Echagüe.
Rosas reacciona y ordena a Echagüe que actúe en contrario de lo que este mismo, previamente había acordado.
Echagüe luego de recibir las expresas órdenes escritas de Rosas, secundado por el Coronel Mayor (General) Justo José de Urquiza y por el Coronel Servando Gómez, moviliza sus tropas y rápidamente hace avanzar las mismas desde su posición inicial en que se hallaban en el arroyo Calá, hacia Curuzú Cuatiá. El Campamento de Calá o Campamento Calá, se encontraba ubicado cerca de la actual ciudad de Basabilvaso y fue durante varias décadas el centro de maniobras y preparación de las tropas entrerrianas.
Igualmente Berón de Astrada, quien había formado campamento en Ombú, al norte de Curuzú Cuatiá, se dirige hacia el arroyo Pago Largo.
A orilla del arroyo Pago Largo, quien da su nombre a la batalla, al sur de Curuzú, culminan las escaramuzas previas entre ambos bandos y se decide finalmente la suerte de la batalla.
En principio el choque inicial efectuado por la infantería correntina resulta favorable y deja una relativa ventaja en el centro de las tropas entrerrianas.
Pero esto dura poco, la caballería entrerriana al mando de Urquiza fue arrolladora para las inexpertas tropas del ejército correntino.
Las persecuciones de las partidas dispersas y las ejecuciones posteriores duraron dos días enteros.
Las bajas producidas en ambos bandos son visiblemente dispares. En el Ejército Federal fueron casi nulas y en el de nuestra provincia 2000 muertos y 800 prisioneros.
El propio Berón de Astrada es muerto a lanzazos y sus restos mutilados al mejor estilo piel roja, la diferencia es que no le quitaron la cabellera sino la piel de la espalda. Luego se realiza la ya conocida fabricación de una manea que Urquiza le obsequiara a Rosas y que este macabro trofeo fuese expuesto en su escritorio personal de la casona de Palermo.
Si comparamos la cantidad de muertos con la cantidad de participantes en combate, que fueron 5000 del lado correntino y 6000 del bando entrerriano, no cierran las cifras, a no ser que reconozcamos como verídicas las múltiples crónicas que narran los excesos que se cometieron. De las cuales solamente reproduciré algunas pocas.
Si leemos a nuestro notable historiador el Doctor Manuel F. Mantilla, en Crónica histórica de la provincia de corrientes, Buenos Aires, 1928, tomo I pp. 300 y 301, se puede observar “Los historiadores destacan la ferocidad de los vencedores, señalando que no tomaban prisioneros: Los mataban. El cadáver de Berón de Astrada fue mutilado, cortándosele una oreja y sacándole la lonja de la espalda para maniota”
Bartolomé Mitre en su casi ignota obra Una provincia guaraní, Buenos Aires, 1878, p 4 dice: “Ninguna sola voz contestó desde el Plata a los Andes a este grito valeroso de redención lanzado por un pueblo inerme: ni un solo argentino fue a incorporarse a sus filas populares. Ante esa actitud inconscientemente heroica de un pueblo varonil, que solo y en el nombre de la dignidad humana, reivindicaba los derechos de todos, todos sintieron miedo y perdieron hasta la última esperanza de libertad”. Mas adelante dice “Casi todos murieron y su gobernador primero. Mil doscientos cadáveres quedaron en el campo. De la piel del gobernador se hizo una manea; los prisioneros fueron degollados y los caballos de los vencedores se ataron a los cadáveres de los vencidos. El vencedor, como Carlos IX ante el cadáver putrefacto de Coligny, dijo, que siempre olía bien el enemigo muerto”.
Como al doctor José María Rosa se le pueden achacar críticas de variada índole en el tratamiento histórico de sus obras, pero jamás el de no ser proclive al rosismo y al partido federal, deliberadamente elegí su opinión al respecto. Historia Argentina Tomo IV, Unitarios y federales (1826-1841) Página 374 “El 31 Echagüe sorprendió las milicias en Pago Largo. Aquello no fue batalla ni nada parecido: 4 o 5 mil hombres sin dirección, sin instrucción, sin saber por qué se los hacía morir, enfrentados a una carga conducida personalmente por Echagüe secundado por Urquiza y Servando Gómez. Fue una masacre: dos mil correntinos según el parte de Echagüe, que no sabían rendirse murieron al grito de ¡Viva la Federación !, el mismo de sus atacantes”.
Hilario Ascasubi dedica algunos versos de su poema Isidora a este singular obsequio que Urquiza ofreciera a Rosas. En la parte que nos interesa, Ascasubi dice lo siguiente:
Lo primero que vio
Isidora en cuanto entró
Fue un cartel
Con grandes letras en él,
Y una manea colgada
De una lonja bien ganada
Y el letrero
Decía así:
¡Esta es del cuero
Del traidor Berón de Astrada
Lonja que le fue sacada
Por unitario salvaje,
En el paraje
Del Pago Largo afamado
Donde fue descuartizado!
En realidad este verso Isidora o Isadora, según los diferentes autores, debería leerse completo para intentar aproximarnos a comprender cabalmente el tema de la idiosincrasia y nuestra recurrente utilización de prácticas barbáricas para la solución de nuestros diferentes conflictos.
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