La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



sábado, 30 de marzo de 2013



LA DIVULGACIÓN HISTÓRICA EN MISIONES

Por: Ingeniero Alejandro Larguía Avellaneda
Este cuestionario-comentario que damos a conocer hoy,  del prestigioso historiador misionero, el ingeniero  Alejandro Larguía Avellaneda, autor entre otras obras de “Las Misiones Jesuíticas del Uruguay”,  fue publicado el 17 de diciembre de 2012, en el Diario El Territorio, de Posadas y facilitado por el autor para este sitio.
“El pasado domingo 9 la revista dominical del Clarín (Viva)  publicó el artículo “Nuestro indio gobernador” referida a Andrés Guacurarí, en la sección “La historia en foco” de Felipe Pigna. El historiador ya había estado en Misiones brindando una conferencia alusiva. Antes había llegado por un documental sobre la UES, y actualmente produce aquí otro sobre Misiones, como lo hizo sobre el Chaco.”

“En julio de este año la misma revista había publicado un artículo suyo que fue duramente refutado por Jorge Oscar Sulé, historiador mendocino: “se nos hace imperioso señalar sus errores, omisiones y tendenciosidad ideológica cuando emite juicios y comentarios sobre uno de los mayores próceres de la historia argentina”. Un movimiento de divulgación histórica regional se viene derramando en los últimos tiempos sobre distintas provincias argentinas a las que llegan, por ejemplo, Pacho O’Donell o el citado Pigna.”
“Sin embargo, llama la atención que estos renombrados historiadores mediáticos - que recorren el país dando conferencias, exhibiendo documentales o editando libros, o escribiendo la verdadera historia de tal o cual provincia - no realizan las rigurosas investigaciones que se requieren en los archivos, tarea específica de cualquier historiador que se precie.
Sobre este tema crucial Letras entrevistó al historiador Alejandro Larguía quien brinda una explicación de las razones y las consecuencias de este fenómeno de “divulgación histórica” en Misiones.”

¿Es difícil entender hoy la Historia?
El existencialismo que predomina actualmente en nuestra sociedad relega el conocimiento de la historia a posiciones cada vez más alejadas en la escala de preferencias porque ya bastante cuesta estar al día con lo tecnológico que genera la era digital y además mantenerse actualizado en la órbita cultural contemporánea.”

“¿Se la enseña bien en los colegios?
En Misiones solemos escuchar que muchas personas con inquietudes perciben su déficit de conocimiento de la historia regional y se lamentan de que “en el colegio de eso no nos enseñaron nada”. Muy cierto; se desconoce especialmente ese período crucial de la gesta de Artigas y los Comandantes Generales de Misiones, sobre los que nada se les enseñó. Es que para poder enseñar hay que saber, y sin textos de apoyo los docentes mal pueden desempeñarse.”

Hubo un intento de Flor del Desierto...
En efecto. Hoy recién comienza a darse un progreso: través de Flor del Desierto hemos distribuido mil ejemplares de la obra de Jorge F. Machón y Oscar D. Cantero (“Andrés Guacurarí y Artigas”) en las escuelas y colegios de Misiones. Abarca el breve (pero fundamental) período de 1815 a 1821 que es cuando Misiones integró la Federación de los Pueblos Libres. El libro ya está en las bibliotecas escolares. Es un buen comienzo.”

¿Y los hechos anteriores?
La historia de la Gran Misiones, la de los 30 pueblos de guaraníes reducidos y evangelizados desde 1609 hasta 1768, es bien conocida, porque quedó relatada en numerosas obras por los propios jesuitas y no parece requerir mayores investigaciones. Distinto es el caso del período post-jesuítico (1768-1865) al que arbitrariamente denominamos Historia Regional, porque no sólo comprende a Misiones sino a las vecindades de Paraguay, de Río Grande do Sul, de Corrientes y de la Banda Oriental.”

“¿Y en adelante?
El escaso conocimiento que tenemos del período comprendido entre la Expedición al Norte de Belgrano (1810) y el comienzo de la Guerra de la Triple Alianza (1865) se debe a que en Misiones no existen archivos con la documentación asociada, que es la fuente natural de los historiadores.

Pero deben haber existido archivos...
Después de la expulsión de los jesuitas (1768) los quince pueblos misioneros - que hoy son argentinos - mantuvieron por unas cuatro décadas esos archivos, sus bibliotecas, sus libros de bautismo etcétera. Pero todo desapreció en 1817 y 1818, cuando fueron saqueados por las fuerzas de la Corona de Portugal en la cuenca del Uruguay, y por las del Gobierno del Doctor Francia en la cuenca del Paraná.
Nada se salvó del saqueo. Ni siquiera la población guaraní: las familias que no habían sido apresadas fueron dispersándose buscando refugio en puntos aislados y lejanos, sobre el límite con la jurisdicción de Corrientes. En estos nuevos pueblos-refugio (San Miguel y Loreto, ubicados detrás del Iberá; y San Roquito sobre el Miriñay) los misioneros se mantuvieron desde 1822 hasta 1827 cuando algunos grupos se sometieron finalmente al Gobierno de Corrientes, y otros pasaron a exiliarse en la Banda Oriental.

Desapare
ce la gente, desaparecen los archivos…
La consecuencia de esta progresiva declinación del cuerpo social guaraní-misionero - que en efecto, terminó en disolución - fue que en el territorio de Misiones no quedaron ni misioneros y ni un solo papel que los recuerde.”

¿Dónde se busca información?
Para reconstruir la historia de Misiones entre 1814 y 1865 el investigador debe buscar referencias en los archivos de Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Asunción, Porto Alegre, Montevideo, Buenos Aires y Rio de Janeiro.”

¿Y sobre la Guerra del Paraguay?
En 1865, al comenzar las acciones de la Guerra del Paraguay, la División de Operaciones sobre el Uruguay al comando del Coronel Antonio de la Cruz Estigarribia cruzó Misiones con 9 mil efectivos. Atravesaron el espacio apenas habitado por unos pocos pobladores en San José de la Rinconada (hoy Posadas). Esta situación poblacional se venía manteniendo en la Misiones “residual” desde el año 1823. Habían transcurrido 42 años de “desierto”, y sin población misionera ¿qué clase de historia misionera se puede construir.”

¿Dónde se ubica entonces el horizonte historiográfico?
El horizonte historiográfico se despejó a partir de la creación del Territorio Nacional. Ciertamente no había en 1880 más pobladores guaraní misioneros, y las ruinas de los 11 pueblos asignados - porque cuatro quedaron en la provincia de Corrientes - estaban cubiertas por la selva. Con el flamante Territorio surge una población nutrida con inmigrantes del litoral uruguayo, que no sabían nada de los misioneros guaraníes ni de la historia jesuítica. Por eso parecía que la historia de Misiones recién “comenzaba”.”

¿Cuál es su diagnóstico?
Debería armarse el relato de la historia de Misiones acotado al territorio asignado por ley del Congreso, esto es, incluyendo lo perdido en el laudo Cleveland, sin excluir aquellos episodios que  se suelen soslayar porque no convienen a la “línea editorial”. Para escribir Historia en serio se requiere mucho trabajo de investigación. Mucha paciencia.
Hay bastante documentación reunida en los últimos treinta años y su procesamiento, con la debida clasificación e interpretación, requiere oficio y mucha paciencia. A veces recién en la tercera lectura de un archivo se descubren elementos de información que en las primeras dos lecturas no se habían advertido.”

¿Se puede divulgar sin investigar a fondo?
Sin el progreso de la investigación, el resultado será sólo una historia improvisada. Esa clase de historia es la que estilan ciertos difusores mediáticos, que recopilan lo ya publicado sin siquiera reparar que algunos textos ya fueron superados por correcciones y terminan haciendo un refrito sin el agregado de ningún dato nuevo.”

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