La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



jueves, 26 de abril de 2012

ENERGÍA: PETROLEO, POLITICA Y PODER
Por: Contador Carlos Andrés Ortiz
SEGUNDA PARTE
Tras el golpe de Estado oligárquico – liberal de 1962, y las elecciones condicionadas posteriores, el radicalismo llegó al gobierno pero en una posición muy débil. Tal como prometió, anuló los contratos petrolíferos, pero carente en los hechos de un plan alternativo, Argentina volvió a importar petróleo.
Otro golpe de Estado se dio en 1966, pero este tuvo una impronta difícil de encasillar, pues comenzó como otra irrupción de liberales recalcitrantes, siendo Krieger Vasena (primer ministro de Economía), su claro personero.
Pero otros referentes de la autodenominada Revolución Argentina, tenían otras concepciones, que podrían definirse entre el viejo nacionalismo y el desarrollismo frondicista. Dentro de estos, descollando por su aguda inteligencia, su visión geopolítica y su patriotismo, estaba el General Juan Enrique Guglialmelli. Su impronta se advirtió en el fuerte énfasis industrialista, en el desarrollo hidroeléctrico (se comenzaron las obras de El Chocón y Cerros Colorados), y los muy consistentes apoyos dados al Sector Nuclear, diagramándose un ambicioso plan de obras, comenzándose Atucha 1.
Con el General Lanusse en el poder, la Revolución Argentina retomó la desgastada impronta oligárquica liberal y cerradamente antiperonista.
Muy a su disgusto, en 1973 debió entregar la Banda Presidencial al peronismo, nuevamente ganador en los comicios.
Con todo el desgaste de aquellos azarosos años, marcados ya por la guerrilla, que según testimonios del Dr. Julio González y otros analistas, fue instigada e incluso armada bajo subterfugios, con clara participación británica, acorde a las ideas de analista inglés Harry S. Ferns, quien afirmó que los avances sociales y económicos que había concretado Argentina, solo podrían ser destruidos por una guerra civil. Esa guerrilla muchas veces irracional, y las Fuerzas Armadas cooptadas por la nefasta doctrina de la Seguridad Nacional, harían realidad ese brutal enfrentamiento posterior, de cuyos coletazos aún necesitamos salir definitivamente.
El breve gobierno peronista de los ’70, con sus diferentes matices, intentó dar impulso a YPF, a Gas del Estado, a la hidroelectricidad y al Plan Nuclear. Logró firmar con Paraguay los acuerdos por Yacyretá, inauguró Atucha 1 y comenzó Atucha 2.
En 1976 nuevamente fue destituido el peronismo por una asonada militar, de neto corte ultra liberal, esta vez en una visión corregida y aumentada hasta el paroxismo. Los postulados retrógrados del liberalismo “criollo”, fogoneados desde los centros del poder financiero mundial, fueron impuestos a punta de fusil, buscándose la destrucción sistemática de la industria argentina, la desarticulación total del movimiento obrero, la desaparición del peronismo, y la reinstauración del modelo de “país – estancia” ya caduco en 1930.
En línea con la clásica alianza entre ultra liberales y los poderes petrolíferos transnacionales (léase anglosajones), se buscó en forma perversamente sistemática el endeudamiento irracional de las Empresas del Estado, con énfasis especial en YPF; todo ello como acciones previas a su posterior “privatización” o según el caso, desaparición lisa y llana.
A la vez, tal como siempre lo hicieron los liberales –operando como “aliados menores” de las petroleras anglosajonas (de EEUU y Gran Bretaña)-, buscaron frenar y/o desmantelar el Sector Hidroeléctrico y el muy estratégico Sector Nuclear. En este último, solo el claro patriotismo del Contraalmirante e Ingeniero Nuclear Carlos Castro Madero, logró enfrentar las ingentes presiones de Martínez de Hoz y sus secuaces ultra liberales.
Comenzaba así el tristísimo cuarto de siglo neoliberal, que duró desde 1976 a 2001, desembocando en la orgía destructiva de los años ’90, que desguazó al Estado y vendió o concesionó por monedas cuanto pudo, entre ello YPF y Gas del Estado; mientras que Agua y Energía Eléctrica fue suprimida, perdiéndose sin inocencia sus valiosísimos archivos, e interrumpiendo “Marijú” Alsogaray las invaluables tareas de aforamientos de los ríos.
A un tris estuvieron en 2001/2002 de lograr “el premio mayor” a tantos desatinos intencionales, pues sin duda buscaban la balcanización de Argentina en media docena de dóciles republiquetas bananeras.
Hasta Rudiger Dornsbusch tuvo el tupé de “recomendar” que nos impongan una suerte de “virrey financiero” del FMI, tal como de algún modo ahora lo consiguieron con Grecia, transformado el país Heleno en un vulgar protectorado financiero manipulado por la Banca Transnacional.
Desde siempre el liberalismo apátrida contó con los apoyos del “periodismo serio”, de “comunicadores sociales exitosos” y de “economistas de renombre”; los mismos que han quedado en evidencia como simples operadores a sueldo o comisión de los grupos de poder extranjeros que operan en Argentina.
Lo demás es historia reciente, con final abierto; pero también con un muy diferente contexto interno e internacional, con el BRICS moviendo fuertemente el tablero geopolítico mundial. No por casualidad, las potencias del BRICS aplican políticas económicas heterodoxas, alejadas de las “recetas” recesivas del liberalismo…heterodoxia económica que ha permitido a Argentina crecer a “tasas chinas” y ubicarse entre las 20 mayores economías del mundo, lo cual no es poco…por ahora.

 

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