SAN MARTIN PROCURA LA PAZ EN EL LITORAL
Por: Roberto Antonio Lizarazu
En 1819 en medio de la absoluta desorientación del momento, San Martín intenta mediar para poder lograr la concordia entre los caudillos del Litoral y el gobierno central.
Existen dos documentos firmados por el Libertador en ese fallido intento. Son dos conmovedoras cartas que enviara en fecha 13 de marzo de 1819 y que comentaremos. La primera a Artigas y la segunda a Estanislao López. Se que leer estos documentos no es una tarea amena, pero quiero hacer notar que las cartas están redactadas por el futuro libertador de tres naciones, por el autor de la gesta más memorable de la historia de estas regiones: el cruce de los Andes; y por el futuro renunciante en Guayaquil a toda aspiración política. El que escribe estas notas es el que en breve tiempo será el héroe de Chacabuco y de Maipú. Nada más y nada menos.
Cuadro de situación en el Río de la Plata
Inmediatamente después de la Jura de la Independencia en Tucumán en 1816, y luego de entrevistarse con San Martín, con Belgrano y con Alvear, y obtener sus respectivos apoyos más el de los componentes de la Logia Lautaro , Juan Martín de Pueyrredón, asume el Directorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Se aprueba el Reglamento Provisorio de 1817, que es copia del Reglamento de 1815, marcadamente centralista y unitario.
En ese momento había dos tendencias políticas perfectamente definidas y antagónicas. El partido de Los Congresales que representaba a la clase media, comerciantes, pequeños propietarios que apoyaban a Pueyrredón. Ya vimos el apoyo de San Martín, de Belgrano y de Alvear.
El partido opositor a Pueyrredón eran Los Segregatistas, de tendencia republicana y federal y encabezados por Dorrego, Chiclana, Agrelo, French, Pazos, Silva, Borges y Manuel Moreno. Muchos de ellos eran ex integrantes de la Sociedad Patriótica.
En 1816 se realiza una nueva invasión portuguesa a la Banda Oriental al mando del general Carlos Federico Lecor, que perdura hasta 1820.
Situación en nuestras provincias
La situación era de total anarquía en la mayoría de ellas. Muchas directamente se declaraban autónomas y enfrentaban al poder central, representado en el Director Pueyrredón.
En Santa Fe. Después del Pacto de Santo Tomé que se firmara el 9 de abril de 1816, entre Buenos Aires y Santa Fe, cuyos representantes Eustaquio Díaz Vélez y D. Cosme Maciel ratificaran un convenio de colaboración y paz que duró un suspiro. No se habían secado las firmas del Pacto que ya habían comenzado los disparos.
La campaña militar de Díaz Vélez contra Santa Fe, posterior al Pacto, solo sirvió para inclinar a los santafesinos a favor de Artigas. Díaz Vélez se retiró sin lograr ningún objetivo concreto.
Córdoba. Esta provincia proclamó su autonomía en mayo de 1815. Cuando llegaron a Córdoba las noticias de los sucesos de Santa Fe, el artiguista santafesino Pablo Bulnes, se puso al frente del gobierno cordobés.
Ante esta situación, Pueyrredón requirió que Belgrano enviara tropas (del ejército del Norte) y vencieron a Bulnes. Gracias a la intervención de Belgrano, Córdoba no pasó a manos artiguistas.
Santiago del Estero. Desde agosto de 1816, el comandante Juan Francisco Borges, del partido federalista, proclamó la autonomía de Santiago del Estero. En realidad Santiago del Estero no se estaba separando de las Provincias Unidas, se estaba separando de Tucumán. Nuevamente es Belgrano quien tiene que poner orden en el país. Belgrano comisionó al general La Madrid quien derrotó a Borges en el combate de Pitambalá y procedió a su fusilamiento de acuerdo a las órdenes recibidas de Belgrano.
El coronel Juan Francisco Borges fue el abuelo de nuestro Jorge Luís Borges, y a quien éste dedicó uno de sus poemas más notables, titulado “Al coronel Francisco Borges”.
Existe una versión que sostiene, que luego del fusilamiento llegó una orden de Belgrano suspendiendo la ejecución y perdonando al reo. Honestamente jamás leí ningún documento que confirmara lo mencionado. Probablemente forme parte de la tendencia historiográfica de mostrar las supuestas debilidades de carácter de Belgrano.
En el Litoral: López, Ramírez y Méndez. En este período del Directorio de Pueyrredón, el enfrentamiento del litoral con Buenos Aires, fue permanente. Estanislao López ocupa la gobernación de Santa Fe desde el 23 de julio de 1818 hasta su muerte el 15 de junio de 1838.
En Entre Ríos, Francisco Ramírez también derrotó a las fuerzas de Montes de Oca a orillas del arroyo Cevallos el 25 de noviembre de 1817. Ya vimos como López en Santa Fe había hecho lo mismo, primero con Montes de Oca y luego con Marcos Balcarce en el combate de Saucecito el 25 de marzo de 1818.
En Corrientes, un intento de deponer al gobernador Juan Bautista Méndez, tuvo efímero éxito y para finales de 1818 fue repuesto en su cargo.
La carta dirigida a Artigas guarda los términos con que un padre podría escribir a un hijo aconsejándolo con razonamientos de gran sentido común y con buen criterio, le dice: “Me hallaba en Chile acabando de destruir el resto de maturrangos que quedaba, como lo he verificado, e igualmente aprontado los artículos de guerra necesarios para atacar a Lima, cuando me hallo con noticias de haberse roto las hostilidades por las tropas de usted y de Santa Fe, contra las de Buenos Aires: la interrupción de correos, igualmente la venida del general Belgrano con su ejército de la provincia de Córdoba, me confirmaron este desgraciado suceso.”
“El movimiento del ejército del Perú, ha desbaratado todos los planes que debían ejecutase, pues como dicho ejército debía cooperar en combinación con el que yo mando, ha sido preciso suspender todo procedimiento por este desgraciado incidente; calcule usted paisano apreciable, los males que resultan tanto mayores cuando íbamos a ver la conclusión de la guerra finalizada con honor; y debido solo a los esfuerzos de los americanos, pero esto ya no tiene remedio.”
“No puedo ni debo analizar las causas de esta guerra entre hermanos; y lo más sensible es, que siendo todos de iguales opiniones, en sus principios, es decir, de la emancipación e independencia absoluta de España; pero sean cuales fueren las causas, creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros crueles enemigos los españoles, quedándonos tiempo para transar nuestras desavenencias como nos acomode, sin que haya un tercero en discordia que pueda aprovecharse de estas críticas circunstancias.”
“No tengo más pretensiones que la felicidad de mi patria; en el momento que ésta se vea libre renunciaré el empleo que obtenga para retirarme, teniendo el consuelo de ver a mis paisanos libres e independientes; en fin, paisano mío, hagamos una transacción a los males presentes; unámonos contra los maturrangos, bajo las bases que usted crea y el gobierno de Buenos Aires más convenientes, y después que no tengamos enemigos exteriores, sigamos la contienda con las armas en la mano, en los términos que cada uno crea por conveniente: mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como éstas no sean a favor de los españoles y su dependencia.”
La carta que en la misma fecha le remitiera al gobernador de Santa Fe Estanislao López, esencialmente dice lo mismo pero su tono guarda una modalidad diferente que se puede observar a simple vista. No eran lo mismo. Sus personalidades tenían envergaduras distintas y San Martín lo sabía.
“La comisión mediadora de Chile que remitirá a usted ésta, se compone de americanos honrados y virtuosos. Su objeto, a nombre de su gobierno, no es otro que el de la libertad e independencia de nuestro país; yo respondo a Ud. Bajo mi palabra que éstos son mis sentimientos. Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos, que nos amenazan; divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos. Hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor. La sangre americana que se vierte es muy preciosa y debía emplearse contra los enemigos que quieren subyugarnos: unámonos, repito paisano mío. El verdadero patriotismo en mi opinión, consiste en hacer sacrificios. Hagámoslos y la patria sin duda alguna es libre, de lo contrario seremos amarrados al carro de la esclavitud.”
“Me he tomado la libertad de escribirle a usted como un ciudadano interesado en el bien general de nuestra causa: si usted me cree un hombre honrado, yo creo encontrar en usted otro que se interesa por mis deseos. No tendré el menor inconveniente en personalizarme con usted en el punto que me indique, si lo cree necesario, tal es la confianza que tengo en su honradez y buena comportación (sic) lo que espero me avise.”
Lo que todos sabemos es que este proceso finalmente desemboca en la denominada anarquía del año 20, y en todo el proceso de violencia y disgregación que continuó. Pobre San Martín. Pobre Belgrano cuanto sacrificio y esfuerzo de ambos, totalmente estéril.
Fuente documental. Vicente D. Sierra. Historia de la Argentina. Independencia y Anarquía (1813-1819) Tomo VI, páginas 639 y 640.
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