La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



sábado, 24 de marzo de 2012


CARLOS SAAVEDRA LAMAS. NUESTRO PRIMER PREMIO NOBEL



Por: Roberto Antonio Lizarazu

Hace setenta y cinco años, el 25 de noviembre de 1936, Carlos Alberto Saavedra Lamas, se convirtió en el primer ciudadano argentino galardonado con el Premio Nóbel. Y como eso sucedió en 1936, época en que nuestro país se hallaba a la cabeza de las naciones latinoamericanas, por supuesto además, fue el primer latinoamericano honrado con ese premio internacional.

Carlos Alberto Saavedra Lamas, nace en Buenos Aires el 1 de noviembre de 1878 y fallece en la misma ciudad el 5 de mayo de 1959. Fue político, diplomático y destacado jurista de vastos conocimientos. Graduado con honores y medalla de oro en la Universidad de Buenos Aires, su especialidad, a lo que el mencionaba como “mi debilidad”  era la legislación del derecho internacional.

Saavedra Lamas era bisnieto de Cornelio Saavedra, presidente de nuestra primera junta patria establecida el 25 de mayo de 1810.  Era nieto de Mariano Saavedra quien fuera gobernador de la provincia de Buenos Aires en dos oportunidades: desde el 15.10.1862 al 23.07.1863 como gobernador provisorio  y desde esta última  fecha hasta el 03.05.1866 como gobernador electo titular. Su padre Mariano fue un destacado político  del Partido Demócrata Conservador  de la Provincia de Buenos Aires.
En 1936 cuando Carlos Alberto Saavedra Lamas tenía 58 años obtiene el Premio Nóbel de la Paz por su labor en pro de la paz en general, pero en particular –así se menciona en los considerando detallados en el diploma que se le otorga- por haber inspirado el “Pacto antibélico Saavedra Lamas”, que fuera firmado por 21 naciones y que se convirtió en un instrumento jurídico internacional de relevancia y consecuencias notables. Además del brillante papel como mediador para poder finalizar la Guerra del Chaco que enfrentaba desde hacía varios años a Paraguay y Bolivia. Fue el mismo Saavedra Lamas quien convoca a la Conferencia de Paz en Buenos Aires para detener el conflicto desatado entre dos hermanas naciones y además limítrofes con nuestro país. El problema no era menor.

Para poder comprender mejor el logro obtenido por la intervención de Saavedra Lamas, previamente comentaremos en una apretada síntesis los detalles de La Guerra del Chaco (1932-1935). Por supuesto que ese logro se refiere a lograr la solución del efecto: La guerra entre Bolivia y Paraguay, por que las causas de ella, la salida al mar de Bolivia, estaba más allá de sus  posibilidades diplomáticas.

Una de las consecuencias más perjudiciales para Bolivia, luego de perder con Chile, la Guerra del Pacífico de 1879 fue la pérdida del acceso a costas marítimas en el Pacífico. Una de las posibilidades que los bolivianos vieron como factible era la salida al Atlántico a través del Río Paraguay vía Río Paraná. Y a ese intento se abocaron durante varias décadas, fundando varios fortines en la margen derecha del Río Paraguay. El 15 de junio de 1932 tropas bolivianas ocupan un fortín ya construido por los paraguayos,  denominado Carlos Antonio López a orillas de la laguna Pitiantuta. Los bolivianos al fortín lo denominan Esperanza  y a la laguna, Chuquisaca.  Este fue el pretexto, el desencadenante para la declaración de guerra por ambas partes, en la que se vieron involucrados directamente 250.000 soldados bolivianos y 150.000 soldados paraguayos.

La guerra de hecho se convirtió en un conflicto por el dominio del Chaco Boreal y por la posesión de los pozos petroleros que Bolivia ya explotaba  en ese momento, tanto en el Occidente como en el Oriente boliviano.

En junio de 1935 se declaró un cese de hostilidades, cuando  ya Paraguay controlaba todo el territorio en conflicto. Las tropas paraguayas habían llegado hasta el río Parapití que era el límite de sus aspiraciones territoriales y lo cruzó tomando la ciudad de Camiri, amenazando las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, Tarija y Sucre. Paraguay en ese momento había tomado, además de Camiri, las poblaciones de Crandaití, Izoog y la ciudad de Villamontes. Paraguay para junio de 1935, había logrado todas sus pretensiones territoriales en conflicto y más.

En ese momento es determinante la labor de negociador de Saavedra Lamas, las que luego de largas y engorrosas circunstancias,    se firma en Buenos Aires, el 21 de julio de 1938, el Tratado para finalizar la guerra entre Paraguay y Bolivia, en el marco de la “Conferencia de Paz de Buenos Aires”. Saavedra Lamas canciller argentino de Agustín P. Justo, quien para ese entonces ya había sido galardonado en 1936 con el Premio Nóbel de la Paz, por su pericia en la mediación del conflicto; el haber logrado el cese de hostilidades de junio de 1935; y en particular por haber inspirado el Pacto antibélico Saavedra Lamas,  que ya mencionamos  en este comentario.

Posteriormente,  fue designado rector de la Universidad de Buenos Aires, cargo que ejerció entre los años 1941 y 1944, y obtuvo el nombramiento de profesor titular por riguroso concurso,  de Derecho Internacional hasta el año 1946, en que  renunció a la Rectoría de la UBA y a sus cátedras en la Facultad de Derecho de la misma.          

Nuestro primer premio Nóbel, nunca más ejerció cargo público alguno, ni siquiera el de la docencia. Otros vientos habían comenzado a soplar en nuestro país: el nacionalismo y el populismo. Dañina mixtura como pocas, que en este caso en particular, envió a su casa a nuestro primer premio Nóbel, dejando el paso libre  a las nuevas generaciones de ideólogos  que se encargarían de colocar   a nuestra patria, en el  llamativo lugar que en la actualidad se encuentra entre las naciones del mundo.

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