La publicación de estos apuntes sobre Historia Argentina, no tienen otra pretensión que prestar ayuda, tanto a estudiantes como a profesores de la materia en cuestión.

Muchos de ellos, simplemente son los apuntes confeccionados por el suscripto, para servir como ayuda memoria en las respectivas clases de los distintos temas que expusiera durante mi práctica en el Profesorado. Me daría por muy satisfecho si sirvieran a otras personas para ese objetivo.

Al finalizar cada apunte, o en el transcurso del mismo texto se puede encontrar la bibliografía correspondiente a los diferentes aspectos mencionados.

Al margen de ello invitaremos a personas que compartan esta metodología, a sumarse con nuevos apuntes de Historia Argentina.




Profesor Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com



domingo, 25 de marzo de 2012

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La muerte de Leandro N. Alem

Por: Roberto Antonio Lizarazu

1896 fue un año aciago  para los radicales. Muere Aristóbulo del Valle, se suicida Leandro N. Alem y es asaltado y  herido de gravedad de dos balazos en un muy extraño incidente, que como es de rigor nunca fue aclarado por las autoridades policiales,  el futuro presidente Marcelo T. de Alvear.  El único radical para quién el año  1896 fue altamente positivo, fue Hipólito Yrigoyen, también futuro presidente, a quien se le despeja su camino político de opositores internos de fuste.
Leandro Nicéforo Alem nace el 11 de marzo de 1842 y es el hijo primogénito de Leandro Antonio Alén y de Tomasa Ponce. Leandro Nicéforo Alem es inscripto en su partida de bautismo como Leandro Antonio Alén, exactamente igual que su padre, y posteriormente modifica el uso de su nombre y de su apellido para disimular los antecedentes políticos de su padre.

Leandro Antonio Alén (padre) fue uno de los más importantes componentes de La Mazorca. La agrupación política que apoyaba a Rosas era la Sociedad Popular  Restauradora y el brazo armado o fuerza de choque de la Sociedad mencionada era La Mazorca. Cariaco  Cuitiño y Leandro Alén mueren juntos, pero no después de Monte Caseros que fue el 3 de febrero de 1853, recién después de la fallida sublevación de Hilario Lagos contra Urquiza en diciembre de 1853, y en la cual ambos toman parte. Son apresados, juzgados y ejecutados. El fusilamiento se realiza en el paredón este de la Iglesia de la Concepción, en las actuales calles Tacuarí e Independencia y la exposición de los cuerpos ahorcados en la Plaza de la Concepción, en las actuales calles Independencia y Bernardo de Irigoyen. Todo esto es presenciado por  Leandro N. Alem, en ese momento una criatura de once años.

Intentaré abreviar al máximo la vida de Alem hasta llegar al momento de su muerte que es el tema de este comentario. Fue combatiente condecorado en la Guerra de la Triple Alianza, abogado egresado en la Universidad de Buenos Aires. Dos veces diputado provincial y dos veces Senador Nacional. Participa en todas la revoluciones radicales. Agregado Cultural Argentino en Brasil. Activo  dirigente masón e iniciador en la misma de su sobrino Hipólito Yrigoyen. Cuando muere es Senador Nacional.  Siempre vivió en Buenos Aires, cuando joven en Balvanera y cuando mayor en La Piedad.
Su biografía la ampliaremos en otra oportunidad.

En 1896 año de su suicidio, para explicar el ámbito familiar y personal  de Alem, nada mejor que las “Memorias” de Gabriel del Mazo, un niño en ese momento, que vivía precisamente enfrente de la casa de Alem y fue un privilegiado testigo de sus últimos años, dejándonos en sus “Memorias” la mejor descripción directa que yo personalmente  conozca. “Frente mismo a casa, calle Cuyo 1752 (la actual calle Sarmiento) vivía Alem en Cuyo 1757, y con él su hermana Tomasa y sus sobrinos Hipólito y Martín Yrigoyen. (1) Usaba barba negra hasta entrada la década de los 80, y muy blanca después. El cabello totalmente blanco desde el 90. Estatura no muy alta; cuerpo delgado. Saco largo como media levita y todo el traje negro, la camisa blanca almidonada, la corbata blanca, la galera de felpa, que desde el 90 sustituyó al chambergo, ligeramente requintado y ligeramente ladeada.

Extraordinaria pulcritud. Rostro pálido. Mucho mate, hasta en la puerta de la calle. Ahí se paraba un rato antes de salir y al llegar, tocaba el aldabón para que la muchachita le trajera el amargo.”
“La cuadra se alborotaba cuando se lo veía, y algunos de los que pasaban por su vereda conversaban con él. Los chicos eran su debilidad y nunca faltaba su ayuda de lápices y cuadernos, o algún dinero a la madre. Por la puerta pasaba el tranvía “de a caballo”. Si don Leandro estaba en la puerta, el conductor iba frenando, deseoso de que el doctor Alem lo individualizara, y si la operación era ajustada sacaba su chambergo o gorrita saludando, y Alem contestaba con su galera. Todos los pasajeros lo saludaban. Otro mundo.”

“Como sucedió en los tiempos que vivía en Balvanera, (donde luchó por años y entre balas dirigió batallas de defensa del sufragio contra soldados del gobierno disfrazados y sin disfraz), Alem se aquerenciaba con el barrio, que se volvía una especie de pequeña patria de amigos.
Aún por motivos políticos generales, prefería reunirse dentro de él, como si fuera una capital. Así con los cafés y así con los actos cívicos, para los que, cuando se mudó a esta calle Cuyo de la Piedad, frecuentemente usaba la Casa Francesa, como le decían, salón que quedaba en la manzana de mi casa, Rodríguez Peña entre Cuyo y Corrientes (números pares), todavía existe; la Casa Suiza que está todavía en la misma Rodríguez Peña entre Cuyo y Cangallo.”

Continúa Gabriel del Mazo en sus Memorias. “Cuando Alem murió, el desfile fue interminable, particularmente durante las noches del 1º y 2 de julio de 1896. El viejo-joven de canas y barbas blancas moría con solo cincuenta y cuatro años. Las tropas formaron al pié de la vereda de mi casa, es decir, frente a la casa de Alem, y doblaban por Callao hacia la Recoleta. Alem era senador nacional por la Capital, en ejercicio. Al retirar el féretro de la casa, el día 3, desde la mía se vio la escena: Hipólito Yrigoyen y Roque Sáenz Peña llevaban la cabecera. Un símbolo.” (2)

Como lo llamaban sus adversarios y sus amigos.
Alem por lo intransigente de sus criterios políticos, que algunos lo ven como una virtud y otros como un defecto, no gozó jamás de las simpatías de la clase política que gobernaba en esos momentos nuestro país. Sus adversarios internos y externos lo llamaban peyorativamente como: “El hijo del ahorcado”. Otros cuando se referían a él en su correspondencia privada lo denominaban burlonamente como: “El señor Presidente”. Habría que recordar como lo expliqué en mi comentario “Adolfo Saldías”, el primer revisionista”, de fecha 06 de enero del corriente año, que durante el transcurso de la segunda revolución radical de 1893, precisamente el 23 de septiembre de 1893, en el Parque Alem, de Rosario, donde se encuentra el Monumento a Alem, realizado por los escultores Guillermo Gianinnazzi y Herminio Blotta, Alem fue proclamado por los revolucionarios presentes como Presidente de la República. Uno de esos electores revolucionarios fue Adolfo Saldías. Como también era de rigor, luego de esa proclamación, terminaron todos presos en Ushuaia. De ahí la explicación del porqué sus adversarios lo mencionaban burlonamente como Señor Presidente.
También de ahí, la reivindicación de Marcelo T. de Alvear cuando en su sepelio lo despidió  como “El Señor Presidente de los corazones argentinos”.

Su muerte. Narraré los pormenores externos y visibles de los hechos, sin intentar suspicacia alguna ni achacar responsabilidades que seguramente las hubo, pero que muchas de ellas  quedaron ocultas precisamente por su suicidio y de común acuerdo entre la dirigencia radical.
Para 1893 la Unión Cívica ya se había fracturado en dos partes. La Unión Cívica Nacional con Mitre a la cabeza y la Unión Cívica Radical presidida por Alem. En la Unión Cívica Radical también quedan Aristóbulo del Valle, su amigo y socio del estudio jurídico que compartían (3), Bernardo de Irigoyen, Lisandro de la Torre, Adolfo Saldías y otros.
Para ese momento la UCR de la Provincia de Buenos aires respondía a su sobrino Hipólito Yrigoyen y L. N.  Alem quedaba como jefe de la UCR de la Ciudad de Buenos Aires. La diferencia de electores entre ambos distritos  era muy considerable e Hipólito cuestionaba abiertamente el liderazgo de su tío, y además era apoyado en el plan de desplazarlo por Roque Sáenz Peña. Las dos personas que llevaron la cabecera de su féretro.
Además tuvo un enfrentamiento con Carlos Pellegrini con intercambio de cartas en La Nación, por el tema de una deuda de Alem al Banco Provincia que casi finaliza en duelo. Esta deuda de 26000 pesos que Alem no pudo saldar en fecha, lo llevó a una aguda depresión y marcó por lo menos un desorden financiero en el manejo de su vida. Un síntoma no menor en un principista intransigente.

El frío y lluvioso 1 de julio de 1896, Alem almorzó en su casa. A la tarde había convocado en su casa con carácter de urgente a un grupo de sus partidarios de la  UCR de la Parroquia de Balvanera. Fueron siete de los convocados. En un momento determinado Alem se levanta visiblemente alterado, da por suspendida la reunión, ingresa a su dormitorio y sale al rato, con el sombrero puesto y un poncho de vicuña envuelto en su cuello. Se disculpa con los visitantes diciéndoles que regresaría en pocos minutos y parte en el coche que habitualmente lo llevaba hacia el Club del Progreso. En el trayecto se disparó un balazo en la sien derecha. ¿Qué le informaron en esa reunión que puede haber determinado la adopción de semejante medida?

Fuentes: José María Rosa, Historia Argentina. Tomo VIII y IX El Régimen. Río de Janeiro, 1970.
Gabriel del Mazo. Memorias de Mi Niñez. A. Peña Lillo Editor S.R.L. Buenos Aires, 1969.
Observaciones
  1. Tanto Hipólito Yrigoyen como Martín Yrigoyen eran hijos  de Martín Yrigoyen Dodagaray y de Marcelina Alen, la hermana menor de Leandro Nicéforo.
  2. Se debe tomar nota que tanto Hipólito Yrigoyen como Roque Sáenz Peña pertenecían al grupo interno de la UCR opuesto a Alem. Roque Sáenz Peña era hijo de Luís Sáenz Peña, Presidente de la República en ese momento y uno de los más encarnizados adversarios políticos de Alem.
  3. Aristóbulo del Valle fue el amigo de toda la vida y el socio en el estudio jurídico que compartían. Ambos tenían la misma edad y murieron el mismo año. Aristóbulo del Valle era hijo del Coronel Narciso del Valle el edecán de Juan Manuel de Rosas y vivió prófugo y exiliado en el sur de Brasil hasta la amnistía de 1861 decretada por Santiago Derqui.


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1 comentario:

  1. Hola Tio usted q dice dd que no me enteré por nadie me entere por sólo fueee no estoy para la comida y yo mí mamá lo corrío al chileno y al maico le puso limites que si queria estar con esa niña en la casa de la escuela E.P.E.T N6 sigue asi mi niña para q el dia de la bandera como cuando se ba a dar una vuelta por q ya tenemos las cositas para usted sabe q le vas a ser pobre de la escuela E.P.E.T N6 sigue asi mi niña para q el dia de mañana seas una gran mujer te ama tu mamá y tu hermana de la mami una pregunta vs e l a mi mamá sabe que no me enteré por nadie me entere por sólo fueee 2 de mayo en san juan Rivadavia y vs a donde estas viviendo en la casa de la escuela E.P.E.T N6 sigue asi mi niña para q el dia de mañana seas una gran mujer te ama tu mamá y tu hermana de la mami una pregunta vs e l a mi mamá sabe que no me enteré por nadie me entere por sólo fueee no estoy para la comida y yo mí mamá lo corrío al

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